Capítulo 50

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~ Julietha ~
La prueba de fuego

Asentí sin prestar tanta atención en realidad.

Esas consultas no me interesaban en lo más mínimo siendo sincera. En cambio, mi acompañante a mi lado era el más atento de todos los hombres en la faz de la tierra.

Habíamos pasando antes por un laboratorio, fue divertido ver cómo Aarón intentaba leer los resultados de los análisis pero no entendía nada ni tampoco se atrevía a reconocerlo en voz alta y ahora nos hallábamos en el consultorio del nutricionista que mi hermano había contactado para mi estancia en Los Ángeles, con el cual me había negando a tener intacto directo por temor a ser presionada para soltarle la sopa acerca de la relación que mantenía con Aarón.

Y pensándolo bien, si así de eficientes fueran ambos para otras cosas lo agradecería mucho más.

Me crucé de brazos fingiendo que escuchaba cada palabras cuando de verdad lo único que pretendía era acelerar el pronóstico que seguramente era su receta con más vitaminas y medicaciones que me negaría a consumir lo que haría que la dosis de vitaminas aumentara. Ya me había resignado a tomar esas benditas vitaminas durante el resto de mi desastrosa e infortunada vida así que oír los sermones sobre mis escasas ganas por mejorar era lo último a lo que iba a estar dispuesta a recibir cuando la noche anterior no había podido pegar ojo por culpa de pesadillas que tenía cada dos por tres.

Era una de las consecuencias de dormir sola. Cuando llegamos de La Palmera yo juraba que por puro ánimo de molestar mi hermano estableció tácitamente que cada noche iba a dejarme hasta la puerta de mi habitación quedándose conmigo recordándome cosas como mis vitaminas o mi cita médica, así que Aarón se colase a mi cama para dormir fue un no definitivo.

-Muchas gracias, doctor.-solté un tanto arisca sosteniendo mi bolso, tomando la receta de su escritorio y saliendo de primera del consultorio a penas el señor de la tercera edad cerró su boca.

De seguro y pensaba que mi hermano era mucho más carismático que yo y lamentaba que tuviera esa imagen de mí, sin embargo, todo lo que tuviera que ver con desinfectante y medicamentos me daba repelus. Además de agobio.

Por comportamientos como ese era que ese doctor le pidió a Logan que llevase a alguien conmigo. Yo sola provocaba mis desgracias. Observé mi bolso y luego la corta lista, supuse que solo era más de lo mismo, mejor así ya que me olvidaría de los horarios con tantas medicaciones.

-Traigo dinero encima,-le dije a Aarón que estaba caminando a mi lado-¿pasamos por una farmacia para comprar lo que sea que me haya mandado a tomar?

Su cara de desesperación por mi accionar dentro de su Ferrari me demostraba que no estaba muy contento con mi conducta.

-Antes que digas nada.-me adelanté desafiándolo con la mirada, no sabía porque me sentía tan inmadura cuando siempre había reaccionado de la misma forma y jamás me había sentido así.-Lo lamento si te incomoda mi cara de fastidio pero sé lo que el médico va a decirme, que sigo con anemia y que debo continuar con la dieta establecida, y que quizás los resultados mejoren en la próxima consulta, que no pierda la esperanza y que mi preocupación debe ser casi nula porque no estoy al borde de la muerte...

-¿Vas a esperar llegar a eso para empezar a cuidarte?-me disgustó como habló a pesar de ser la verdad-¿De verdad estás descuidando así tu salud, Julietha?

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora