Capítulo 87

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~ Julietha ~
El fuego en el mar

No tuve fuerzas para regresar al hospital de nuevo y hacer como si nada hubiera pasado.

Llevaba horas comiéndome la cabeza en el apartamento, sin saber qué decisión tomar o qué resultados tendría en un futuro. Estaba encogida en el sillón igual que en la noche pasada en mi buhardilla, era el único lugar en el que no me sentía tan sola cuando no se encontraba conmigo.

Eran casi la diez de la noche cuando la puerta de casa se abrió, estaba envuelta en la manta que Aarón había dejado en el sofá la noche anterior. Me desperecé y salí para poder hablar con él, quizás no de nuestra actual situación pero sabía que lo necesitaría después del haber estado en el hospital con su madre en una habitación.

Avancé por el pasillo con una camiseta enorme y unos pantalones de franela con el cabello mojado. No tenía ni una gota de maquillaje, mi uñas estaban maltratadas y mordidas por mi ansiedad al sobrepensar mi vida. Me crucé de brazos al oír el tintineo de las llaves sobre la isla de la cocina y una voz que no era la de Aarón. Sino una que me producía malestar.

—No iba a dejar que manejes sólo hasta aquí. Y ya que Julietha no fue al hospital como decías que iba a hacerlo, y yo no sé manejar.—se rió con cierta culpa por su falta de habilidad al volante—Pagar el taxi fue lo mínimo que podía hacer por ti.

Aarón se relamió sus labios dispuesto a responderle, llegué viéndolo ir por un vaso con agua. Su aspecto había tenido días mejores, su rostro con varias señales de no estar durmiendo nada, tenía una barba de varios días y su camisa recogida hasta los puños y por fuera del pantalón me indicaba que tan grave era la situación.

—Que considerado de tu parte.—farfullé delante de Vivianna y luego dirigiéndose a Aarón que me miró embelesado, además de incrédulo con respecto a mi aparición—Tuve un contratiempo, amor, perdóname. Mañana vamos juntos, ¿te parece?

—Julietha.—Vivianna no lucía tan contenta tras verme como dueña y señora de esa casa.

¿Qué pensaba? ¿Qué vendría haciéndose la buena queriendo ayudarlo y luego también lo arrullaría hasta meterse en las sábanas con él? Estaría muy equivocada si por tan siquiera un solo segundo se lo planteó.

—Exactamente.—asentí con los brazos bajo mi pecho—Te agradezco una vez más, este día ha sido muy largo.—busqué mi cartera cerca de la isla donde Aarón había dejado las llaves y tomé mi celular también—Queremos descansar. Déjame te llamo y te pago el taxi yo esta vez. Es lo mínimo que puedo hacer.

Y así lo hice fingiendo que Aarón y yo estábamos en nuestro mejor momento. El taxi que pedí por aplicación llegó, Vivianna se despidió con la mano y estuve a nada de empujarla fuera, que ahora viniera con esa actitud tan solidaria me causó repulsión. Di un portazo cuando se fue dirigiéndome hasta donde se hallaba Aarón con los brazos sobre la isla observando mi conducta. Alzó un ceja creyendo que así conseguiría una explicación.

—¿Qué? Si no hacía algo iba quererte meter en la cama y todo.—murmuré de mala gana.

Terminó de beber y giró el vaso entre sus manos, mi mirada se desvió hasta el anillo que lucía en su anular izquierdo en conjunto con otros. A pesar de los días que llevábamos separados yo tampoco fui capaz de quitármelo.

—No quiero discutir.—me indicó pasivo y con la mirada perdida—Taylor entró en coma desde el día de accidente, no responde, y mi madre tienen contusiones en la cabeza, temen que si no se les desinflama provoquen consecuencias graves en su organismo.

Lo escuché en silencio. Dejó el vaso en el fregadero y se agarró del borde. Me acerqué y sin mediar palabra lo abracé, era difícil ver como alguien tan grande y poderoso podía derrumbarse cuando la vida de seres que amaba estaba en riesgo.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora