~ Julietha ~
El más grande errorMe tuve que entretener entre esas paredes que escondían y guardaban los secretos más rastreros de Cristobal Ruiz, deseando que los minutos pasaran o si tenía un poco de suerte, que el tiempo se detuviera y emergente de la nada una fuerza me extinguiera del planeta, no me importaba dejar de existir, me parecía demasiado agotador tener que hacerlo.
Estuve con los ojos cerrados durante un momentos y luego me puse a deambular por el despacho esperando que algo o alguien me dijera que ya era posible y seguro salir, mientras tanto no lo haría, no me arriesgaría a que Natalie me viera salir de la oficina de su padre como si nada, pensando Dios sabrá qué.
Odié tanto a Aarón Ruiz en ese momento. Hasta su nombre pasó a segundo plano a mi mente y me erguí en el sillón al contemplar el librero en la esquina contraria. Me levanté creyendo que quizás encontraría algo bueno y entretenido.
Pasé mis dedos por el lomo de los libros que reposaban con cuidado y ordenados por tamaño en la estantería, recordé lo igual de minucioso y obsesionado que era Aarón con el orden y limpieza, con que todo estuviera perfectamente ubicado, y allí estaba de nuevo en mis pensamientos, el eje central de cada uno de ellos.
Sonreí ante la tonta idea que se me vino a la cabeza hacía años y volvió a surgir en el presente, la cual era que en nuestra casa a diferencia de las familias convencionales: él sería quien mantendría cada cosa en su lugar mientras nuestros hijos y yo disfrutaríamos de andar desacomodando lo que encontráramos a nuestro paso. Me gustaría oír lo que opinaría acerca de mi gran desorden cuando pinto a las tanta de la madrugada. Si yo me estreso, al pobre le crearía un cuadro de ansiedad.
Traté de esfumar ese pensamiento y con ello la posibilidad de un presente juntos sin rencor interponiéndose. Mi atención solo se basó en una colección de clásicos de la literatura, algunos otros más infantiles como también los más básicos para las carreras que Cristobal Ruiz estudió y de las que se había graduado.
Saqué por curiosidad uno de los libros que me recordó a mi madre y aunque sentí un regusto amargo por todo lo que había pasado con ella no pude evitar sentir nostalgia al ver una edición especial del Mago de Oz en aquella estantería, al sacarlo de su lugar observé que había cierto relieve entre algunas páginas, algo que evitaba que el libro se cerrara por completo y me llamó curiosidad. Lo abrí en donde estaba el objeto que lo obstruía. Y me sorprendió encontrarme con una llave entre las páginas.
Observé que aquella misma llave era un separador, de quizás la única página más deteriorada de todo el libro, el párrafo en donde la forma de la llave se había impregnado fue el que captó mi atención y lo leí en mi mente.
«Fue terrible mi sufrimiento, pero durante el año que pasé allí tuve tiempo para pensar que la pérdida más grande que había soportado era la carencia de corazón. Mientras estaba enamorado fui el hombre más feliz de la tierra; pero el que no tiene corazón no puede amar, y por eso decidí ir a pedir a Oz que me dé uno.»
Fue difícil tratar de asimilar lo que mi mente entendió a la primera leída. Se refería a un Cristobal que quizás muy pocos conocían, la parte de enamorarse supuse que se refería a Gretel...dejé de desglosar y atar cabos y pasé a buscar donde encajar aquella llave. Dejé el libro en el escritorio y aprovechando que no había cámaras seguí moviéndome, husmeando entre los rincones de la oficina sin ser consciente de que era lo que en realidad quería encontrar.
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...