- Julietha -
Salir corriendo siempre es opciónMi cabeza me daba vueltas. Ya percibía las estrellitas rondando por la circunferencia de mi cráneo. Sumándole el alcohol que conforme los minutos seguía bebiendo hacía que mi equilibrio se esfumara con mayor rapidez. Que me volviera más idiota de lo qué ese mensaje me había hecho sentir.
El chico castaño había pasado de ser un tipo tierno y atento a comenzar a ser algo más excitante y travieso, sus labios se entretuvieron descendiendo por mi cuello y sus manos se perdían por debajo de la fina tela de la camiseta de tiras que me cubría el abdomen.
Parpadeé varias veces cuando mi mirada trato de enfocar la suya y terminó topándose con una imagen difusa de sus irises pero con el color café pigmentado en mayor protagonismo. Lo aparté de los hombros y me miró divertido. Fui allí cuando entendí que no se trataba de quien yo creía. Bajé las defensas, no me pusé en plan protector conmigo misma.
Me llevé una mano a la cabeza y quise alejarme con sutileza ya que el nombre de Aarón comenzó a colapsar mis pensamientos como una especie de eco. No quería que me tocara, que fuese quien me estuviese besando, no quería que Aarón estuviese tratándome con deseo ni ternura, ni amor, ni nada. Ni siquiera quería que me mirara. Me sentía demasiado vulnerable cuando estaba cerca. Como si volviera a respirar pero a la vez me ahogara en aguas que no conocía.
Hacia unos minutos ubiqué a Jhonatan que charlaba con un grupito de chicos vestidos con chaquetas de mezclilla, él también notó que lo estaba mirando, le alcé mi mano saludándolo entre los brazos del castaño, sonreí como tarada y cada quien siguió en lo suyo. Quise acercarme a él cuando vi que tenía algo entre sus dedos pero el tipo castaño me lo prohibió y volví a perderlo de vista.
—¿Estas bien, rojita?—preguntó el chico con la voz ralentizada, detesté ese estúpido apodo que había empezado a utilizar conmigo y luego se inclinó a susurrarme al oído:—¿Quieres ir a recostarte? ¿A una habitación? Te prometo que no va a pasar nada que tú no quieras.
Soltó mis caderas alzando los brazos en señal de rendición. Quise asentir, de verdad, esperaba estar haciéndolo pero alguien me apartó de la cintura con delicadeza haciéndole retroceder con un torpe empujón en su pecho mientras yo tropezaba un poquito. Giré el rostro casi masticando unos de los rulos que rozaban mi nariz. Me reí al darme cosquillas. Me sentía rescatada y a la vez confundida porque no me sentía capaz de controlar mis cinco sentidos.
—Ey, castañito, ya quítale las manos a mi amiga.—musitó Jhonatan alargando las palabras, temía que hubiera fumado la misma mierda que yo.—No acabarás entre sus piernas esta noche. Perdón. Su futuro marido está en camino.
Aparté a Jhonatan, pero mi empujón no rindió los frutos que esperaba y ni siquiera consiguió inmutarlo unos centímetros. Quien sí se mostró confiando fue el castaño simpático.
—Elliot está en Francia. Y no te lo dije pero ya no me voy a casar con él.—expliqué gesticulando con las manos como niña pequeña y cansada de que le repitan el mismo tema.
—No hablaba de ese.—negó Jhonatan con la cabeza y reí al atrapar un rulo entre mis dedos, y luego me lo puse como especie de un bigote haciendo la boca como pato.
—¿Entonces de quien?—pregunté.
—Aarón sabe que estás un poquito colocada y yo algo borracho.—lo graciosa se me quitó de golpe y solté su cabello como si me quemase la piel—Creo que terminé llamando a ese ogro en un brote de felicidad y locura. ¿Ya te dije que aquí también está Ashley?
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...