~ Aarón ~
Solo dime que me quieres14 de septiembre del 2022
Volvió a saltar el buzón de voz como tantas veces en otras ocasiones en lo que iba del año.
Me dispuse a dejar un mensaje esa vez. Había días en los que simplemente dejaba que su voz grabada en la línea telefónica saltara y luego de ello colgaba, una hora después volvía a intentarlo, aunque solo fuese para oír su voz.
Ese día era distinto. Era nuestro día especial. Había insistido más. Y quise arrojar mi celular al no recibir respuesta alguna de su parte. Quería oír su voz, no un mensaje grabado, quería sentirla allí conmigo ese catorce de septiembre, el día que todo inicio hacía un año atrás, quería decirle lo mucho que la quería y la echaba de menos.
Había bebido igual que ayer o antes de ayer, o como la semana pasada, las colillas en el cenicero eran un pequeño montocito que con una brisa podría cubrir mi mesa de centro por completo como una capa de polvo. Así que mis niveles de paciencia eran casi nulos. No lo estaba soportando, su ausencia se sentía en cada paso que daba, en cada artículo sobre ella que leía y no podía ir a casa a felicitarla por cada logro conseguido.
Amar y no tener a esa persona te consumía en mente, cuerpo y alma. Y era una experiencia que aunque pasara, al recordarla ardería ese espacio en tu corazón por el resto de tu vida.
Me senté en la orilla del mar a una distancia prudencial para que de ser el caso el agua solo tocara mis pies. Seguí intentando hasta que entendí que no me lo cogería ni esa vez, ni la siguiente ni la próxima. Le dejé un mensaje con la esperanza de que lo escuchara donde sea que estuviera, en un apartamento de Paris, en una alguna fuente de una plaza o incluso entre los brazos de otro hombre.
Hablé tras escuchar el pitido después de su voz, me quedé en silencio unos segundos y ordené mis ideas para que el tiempo no se me hiciera muy corto.
«—Te amo hasta el infinito, Julietha. Y creo que he comenzado a necesitarte como el oxigeno para vivir. Te quiero conmigo, te quiero para mí. Y aunque no estoy seguro de si escuches esto, de ser así, solo tienes que decirme que quieres que vaya allá donde tú estés para iniciar de cero, amor. No pretendo arruinar tu vida otra vez. Por ello te pido que si me das otra oportunidad te prometo que sabrás la verdad y entenderás que nunca mentí cuando decía que te amaba. Tendremos una vida juntos, sin mentiras, sin ningún secreto de por medio. Solo tú y yo, Julietha. Solo nosotros, ángel. Lo lamento, mi amor, no sabes cuánto. Solo pídemelo, por favor.»
No era capaz de subirme a un maldito avión si no era porque ella así lo quería. Le había pedido que se marchara tras haberle dicho que la amaba antes de que ordenaran ir a las puertas de embarque, ahora sería muy contradictorio pedirle que regresara o que iría a por ella presentándome sin avisar. ¿Qué tal si estaba bien ahora y no me quería allí? ¿Qué tal si no me respondía porque no quería seguir arrastrando su pasado y yo formaba parte?
Me cubrí los ojos odiándome por cada una de esas ideas, ir a esa casa se volvía cada día más difícil, cada espacio me recordaba a ella, hasta el mar era del mismo tono que sus ojos.
No lo soportaba. No dejaba de amarla. No la olvidaría jamás. Y no lo hice durante los siguientes días. Ni durante los siguientes meses. Ni durante los siguientes años.
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15 de octubre del 2022
«Hola, Julietha...¿qué tal va todo?
Soy insistente lo sé y seguramente este debe ser el mensaje número cincuenta que te envío, pero no me conformo con no saber nada de ti por voz propia. Vi que sigues trabajando con Olivia en París, me alegro por ti, ¿ves como todos esos cuadros que no les tenías fe los quiere todo el mundo? Te estás convirtiendo en una artista famosa y espero que las fotografías siguientes puedan captar el brillo que debe de haber en tu mirada. Porque no has dejado de hacerlo, pelirroja. Nunca dejes de brillar ni de sonreír. Desde aquí espero que estés siendo feliz, es lo único que deseo para saber que todo valió la pena.»
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...