Capítulo 80

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~ Julietha ~
"No más demonios que nos acechen"

No podía hacer nada en cuanto descubrí que ese USB guardaba una grabación que sería el detonante a mi vida entera.

—¿Dónde está?—inquirió Aarón apoyado en el umbral de la habitación.

—¿Qué cosa?—pregunté confusa y alterada levantando de golpe mi mirada.

—Ya puse de cabeza tu buhardilla. El folio no está ahí.—en cuanto terminó de hablar, se dio cuenta que me sucedía algo y para desviar la atención de mi, me incliné sobre la cama, abriendo el cajón y sacándolo.

—Sabía que lo harías.—me forcé a sonreír—Así que lo cambié de lugar hace horas.

Lo tomó dudando, porque era una actitud sospechosa que cediera tan fácilmente. Se lo cedí y me recosté en la cabecera haciéndome a un lado para que ocupara su lugar en la cama.

Tomé mi celular, volviendo a desbloquear la pantalla y saliéndome de WhatsApp, odiando haber entrado en primer lugar. Pasé mis manos por mi cabello al meterme entre las sábanas, la desesperación estaba matándome por dentro.

—¿Qué te sucede?

Negué levantándome con frenesí y encerrándome en el baño. Me senté en el suelo sintiendo el frío de las baldosas por la planta de mis pies. Debía averiguar qué sucedía cuanto antes, pero no con Aarón allí.

Cerré los ojos y volví a reproducir el primer corte del video donde Cristobal detrás del escritorio con Aarón y Natalie a su lado conversaban de algo que enervaba a los "hermanos".

Había visto las fechas, era una grabación de hace tres años, antes de que terminara conmigo, luego se cambiaba y había otro pedazo con ellos en las mismas posiciones unos días antes de que me marchara y por último sólo Cristobal escondiendo el USB unos días después de la segunda grabación.

Apoyé mi cabeza en la puerta imaginándome lo peor. ¿Sí creí tontamente de nuevo en Aaron cuando no habría hecho nada más que mentirme? ¿Y si eso video revelaba que fue cuando tramaron todo el maldito juego de hacerme quedar como la tonta enamorada? Ya había perdonado cualquier mierda que Aarón hubiera hecho, confié ciegamente con solo la certeza de que lo que hizo fue para protegerme, no sabía más de la verdad y no me daba señal alguna de llegar el día de decírmela.

Era inevitable que las dudas no llegaran, que las preguntas fueran lo único que me abordaran y la cabeza se me llenara de los peores escenarios tratando de ver al hombre que amaba y con él que me había casado como él villano de la historia. Pasé las manos por mi cabello negándome a pensar así, cerré los ojos cubriéndome los oídos para no imaginarme más su voz soltando palabras que no lo había oído pronunciar.

«Respira, Juls. Solo concéntrate en respirar. Solo respira.» me dije a mi misma para calmarme.

Oí que querían abrir la puerta, tocaron con los nudillos y volvieron a forcejear.

—¿Amor? ¿Estas bien, Julietha? Dime que tienes.—se preocupó Aarón detrás de la madera.—Julietha contéstame. Sabes que soy capaz de tirar abajo la puerta. Julietha.

—Ahora voy.—dije creyéndolo muy capaz de todo.—Solo me acaba de llegar el período.

—¿Estás con cólicos? ¿Necesitas algo?—me consultó y le dije que no, después de ello me dejó un momento más a solas.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora