- Julietha -
Me convertiría en asesinaLa charla con mamá fue dura, creo que otra parte de mi sensible corazón, una más sólida se quebró por la tarde mientras le pedía explicaciones y ella soltaba mentiras que ni siquiera se esforzaba por hacer que se conectasen entre sí.
Más dudas comenzaron a aflorar, más de las que ya tenía, porque cuando alguien se ve forzado a mentir se debe a que existe una verdad oculta, algo que se esmeran a que no salga a la luz, aunque tarde o temprano eso pasaría.
Le pedí que fuese sincera, vi a mi madre derrumbarse frente a mí, sus ojos color miel se llenaron de lágrimas que intentó no soltar fallando en el camino, quiso encontrar mi mirada, y no entendí de donde saqué la fuerza para no mostrarme débil a pesar de que las paredes de hielo comenzaron a fisurarse, oí como se iban quebrando en mis oídos, pero una parte que se negaba a que mi lado vulnerable saliera era una coraza difícil de poder vencer, que se había fortalecido y endurecido con el paso del tiempo.
Era mi madre quien no podía ser honesta conmigo, podía entender que fuese difícil, pero no que me negara que existía una verdad detrás de las mentiras que soltaba, era como si le quemaría la garganta al decírmelo de frente.
Odié los vacíos de su relato, las excusas sin fundamentos y no pude más, no quise que las cosas terminaran así en mi corta estancia pero tuve que irme de aquella casa, despidiéndome en un susurro y con la promesa en el aire de que volvería pronto, que lo haría por Santiago y la esperanza de que ella tomaría la valentía necesaria para que decida contarme eso que la atormentaba, la razón por la que volvió al trabajo, estaba segura que no era por el dinero o la costumbre de estar siempre de un lugar a otro, necesitaba saber porque dejó tan solo a Santiago en esos tres años y le decía que sería una carga si hablaba con nosotros sobre eso.
Al menos en mi propia casa quería explicaciones, no más secretos, sino que hipócrita sería de pedirle al mundo que no me ocultase más cosas.
Lo más difícil fue volver a despedirme de mi hermano que me esperaba en la puerta de la casa de la señora Jones, los días habían sido muy cortos y ser testigo de su felicidad parecía que los hacía pasar más rápido. Me abrazó por largos minutos en donde me negué a soltarlo.
No vi a la abuela de Natalie y agradecí que haya ido a su cocina a revisar su pastel de zanahoria para no cruzármela y estar obligada a saludarla por educación.
Santiago triste en ves de ir a casa, corrió dentro de la casa de la señora Jones, no me pregunté porque lo hizo, yo tuve su edad y cuando te sientes así a los once solo vas al lugar donde más seguro y tranquilo te hace sentir.
Me subí a un taxi y me sumergí en el hotel por largas horas, sin hablar con nadie hasta que le envié un mensaje a Dominik haciéndole una pregunta de la nada, sin un contexto previo ni explicación alguna.
Julietha.
Dom, ¿El Ruedo aún existe?Dominik.
El King sigue manteniendo el espíritu rebelde del lugar o al menos eso es lo que me dijo Dalila la última vez que hablé con ella. ¿Por?Julietha.
Nada en especial. Estuve recordando los buenos tiempos, es todo.Dominik.
¿No tramarás ser iniciadora de carreras clandestinas por las calles parisinas, verdad?
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...