Capítulo 52

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~ Aarón ~
El destino de un Ruiz

La besé con todos mis deseos en su máximo nivel de quedarme con ella en esa habitación de hotel y no tener que arreglar un problema que no sabía que ya tenía encima.

—Volveré lo más pronto que pueda.—susurré contra sus labios, y ella asintió sonriendo, aún tenía ciertos rasgos de haber estado durmiendo, lucía cansada pero su semblante tenía un brillo diferente, algo en su mirada no me parecía familiar y me obligué a recordarme analizar lo que lo estaba causando.—Y pasaremos el resto del día tonteando por la ciudad, juntos.

—Tranquilo.—no quise que sintiera la desesperación en mis palabras, las ansias por solo ser una pareja normal que van tomados de la mano por la calle—Iré a visitar a mi madre y mi hermano. Cualquier cosa estaré atenta a mi celular.

Asentí y antes de irme le dije que Taylor estaría pendiente de ella haciendo de su chofer, que la esperaba abajo en cuanto quisiera salir, intentó rebatirme pero fue muy tarde. Ya estaba cerrando la puerta para cuando quiso decir nada. En el jet ya me había comunicado con mi padre y me esperaba en casa, no tuvo que decir mucho para informarme con su tono de voz que ya estaba más que enterado de todo. Y hablé también con Taylor para ponerlo al tanto y pedirle de favor ser el guardaespaldas de Julietha por ese día.

—¿No pretendes que te acompañe?—me preguntó Taylor al abandonar el vestíbulo y encontrarlo apoyado contra la puerta de una camioneta negra. Iba con camisa y corbata, luciendo demasiado joven para su edad.

—Prefiero que te quedes con ella.—fui honesto extendiéndome mi mano para estrechar la suya, pero fue más rápido y me atrajo a sí.—Lo sabe ¿cierto? Todo lo que he estado haciendo a sus espaldas.

—Ella estará bien.—me aseguró y con su evitación me dijo más. Ya debía ir haciéndome una idea del gran lío que se me avecinaba.

—Cuídala. Y no la dejes sola por mucho que te lo pida. Puede ser muy persuasiva.—advertí y él entrecerró los ojos, agradecí no entrar más en detalles sobre cómo era la pelirroja.

—Me recuerda a alguien.—bromeó y yo negué fingiendo que no se refería a mí.

—Su familia no te conoce, pueden decirle que eres parte de un regalo de Elliot.—propuse y pronunciar su nombre me produjo bilis, no sabía como reaccionaria cuando lo viera a la cara e intentara acarrearse a Julietha pensando que aún era su prometida.

—¿Ir con un lazo azul en la cabeza me haría parecer más creíble?—pregunto satírico y yo negué recibiendo la notificación en mi celular que mi taxi ya había llegado.

—No. Pero a Santiago le hubiera encantado verte así.—aseguré mencionando al pequeño de los Navarro. Ya me estaba pasando factura no ir a visitarlo.

Sonreí ante la idea de ir a recogerlo de su escuela tomado de la mano de su hermana y bromear con que volvíamos a ser familia de nuevo. Esta vez sin marcha atrás.

Ese niño se había convertido en mi lazo más cercano con Julietha en esos tres años de separación, me contaba cada cosa que le sucedía a su hermana ya que hablaba con él más seguido que con nadie, era mucho mejor informante que cualquier detective privado que haya podido contratar y desde entended creía que cumplir ese sueño de su hermana de tenerlo cerca y verlo crecer sería un regalo para ambos, aún no sabía cuándo decírselo pero hallaría el momento.

Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora