~ Julietha ~
Felices veintidósIncluso una vida feliz,
no puede existir sin
una dosis de oscuridad.10 de Julio del 2025
Agradecía no haber recibido invitaciones por parte de nadie. Y para evitarlo por completo de personas desconocidas del trabajo había dejado el móvil en un cajón de mi mesita de noche.
Iba a desparecer durante ese día. Aarón lo pasaría conmigo, tal vez saldría a cenar con el grupo si coordinábamos algo y luego cada quien para su propio apartamento. No haría barullo por un día que en realidad no me llenaba de felicidad.
Por petición mía nos fuimos a la casa de la playa cuando Aarón llegó al apartamento y se lo comenté mientras cenábamos, las temperaturas altas nos daban tregua y corría cierta brisa, un clima adecuado para poder hacer un pequeño viaje en carretera de una hora sin morirse de calor.
Al llegar nos dirigimos a la habitación y entramos al Netflix de la televisión. Creía haber fingido muy bien haberme quedado dormida mientras veíamos la serie de Aarón, en realidad, sí lo hice, pero como si tuviera una alarma muy bien programada en la cabeza me levanté a medianoche y pude escaparme sigilosamente de la cama.
Esta vez me dolía menos comparado con otros años en donde no paraba de llorar hasta que se hiciera de día, ese día los recuerdos venían con más frecuencia, como ráfagas de fotos o flashes de mi pasado, pero ahora tenían matices diferentes y los conceptos de cada acción que habitaba en mi mente se distorsionaban. No es lo mismo recordar a tu madre llorando y no tener la certeza si es por un dolor que creías compartir en silencio con ella, o como también podría ser por culpa, impotencia o rabia. Nada estaba en lo cierto. Ya no me fiaba de los sentimientos que pensaba notar en mi alrededor de personas que durante tanto tiempo me mintieron mirándome a la cara.
Me abrace a mí misma. Recordé a mis hermanos más pequeños, a Logan sacándome a pasear a la feria, comprándome todos los helados en un día que regularmente me comía a lo largo de una semana, regalándome materiales de pintura, meciéndome como una bebé hasta quedarme dormida, a Santiago cuando era muy pequeñito y mamá lo dejaba durmiendo en la cama, yo no dejaba de contemplarlo y sonreír como tonta cada que agarraba mi pulgar con su manita, verlo crecer, ofreciéndome siempre a cuidar yo de él, evitando que llorara porque no me gustaba verlo así, aprendiendo a ser una pequeña mamá para mi hermano menor.
Ello me hizo sonreír un poco, quería darle un sentido diferente a ese día, al menos ese año quería que no fuese igual a los anteriores. Pero pensar en ellos no sería lo mismo si no ampliaba el panorama y veía a mi padre gritando por todo, golpeando a mi madre y a Logan jugando a las escondidas conmigo, diciendo que me metiera en ese armario, que él buscaría otro escondite igual de bueno para que nuestros padres no nos encontraran. Pero sabía que no era así en cuanto oía cosas rompiéndose, más gritos, llantos y suplicios para que papá se detuviera, para que no lastimara más a Logan que defendía a mamá.
Quizás eso lo enervaba más, que la defendiera cuando le entraba la locura y se cegaba por los celos y furia, queriendo desahogarse con ella de esa forma por la traición a su matrimonio. No lo justificaría ni me pondría de su lado, jamás lo haría, porque nadie tiene el derecho de elegir el castigo de nadie. Nunca exigiría ningún bando, no me iría ni con ella ni con él, hasta hubiera preferido haber conseguido mi cometido de escaparme del hospital antes que volver a repetir mi infierno con algunos de los dos. Definitivamente había tenido la peor suerte cuando me asignaron a mis padres.
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Contigo hasta el infinito (INFINITO #2)
RomanceUna parte de ella se rompió hace tres años y él es quien conserva los pequeños trozos que le hacen falta. Reconstruirse no fue un camino fácil y los muros de hielo congelaron su corazón, su vida había dado una vuelta completa, sus sueños se estaban...