57. "Uniones"

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Sasuke se puso de pie y quitó su cinturón y túnica, dejando su espalda de piel muy blanca al descubierto. En la luz azulada de la estancia, se veía como un espejismo. Naruto se acercó con rapidez, deslizó su cabello negro a un lado, descubriendo su cuello y rozándolo con las puntas de los dedos. Se inclinó lo suficientemente para sentir su aroma y luego dejó un fugaz beso en su nuca. El príncipe suspiró y le dió acceso, ladeando su cabeza.

Los labios de él apenas tocaron su piel, abrió los ojos nuevamente cuando sintió la consciencia de Sasuke extenderse y contactar con la suya. Sin miedo alguno, quitó sus barreras y lo dejó entrar. Esa música hipnótica y miléflua en el pensamiento del elfo, lo sedaba. Llenó su mente con ella y se olvidó de todo lo que existía fuera de esa habitación. Justo lo que necesitaba.

Tiró de las cuerdas que ataban su calzas y Sasuke se despojó de ellas, quedando desnudo. Entonces quitó su cinturón y lo arrojó al suelo, luego su túnica y calzas. Solo sentía seguridad por parte del príncipe, él le dejaría hacer cuanto quisiese, disfrutar de su cuerpo. Cuando terminó de desvestirse, se volvió a acercar y comenzó a jugar con los dedos en su cuello, para luego bajar por los costados de su cuerpo y tocar su pecho.

—Mgh...— gimió el elfo, tras el jinete apretar levemente uno de sus pezones, mientra seguía besando su nuca y hombros

Naruto tomó su mano y lo hizo girar, acarició su rostro sujetándolo delicadamente por la barbilla para besarlo. Lamía sus labios, buscaba su lengua, todo con el objetivo de probar un sabor al que ya era adicto. Rodeó su cintura, lo cargó y sin romper el contacto de sus bocas, lo acostó en el lecho y se colocó justo encima, sujetando su propio peso sobre los codos. Sasuke sintió su miembro endurecerse y latir, y esa misma sensación llegó a la mente de Naruto, que le sonrió divertido y realmente excitado.

Fué dejando un rastro de besos a su paso mientras bajaba por su cuerpo. Se detuvo un largo rato en su pecho, acariciándo sus planos pezones con la lengua, mientras observaba con atención las reacciones de Sasuke. Este mordía sus labios, reteniendo los gemidos y apretó los hombros del jinete. Cuando Naruto chupó y mordió ligeramente cada uno, sus expresiones ya lo habían endurecido más de lo que nunca estuvo.

Siguió bajando hasta llegar a su abdomen. Besó cada músculo y lamió justo en la V definida que guiaba hasta la erección del elfo. La rozó con su nariz para luego recorrerla con su lengua y tragarla casi entera.

—¡Ahhh...!  Naruto, se siente tan bien...— gimió él, inundando la estancia con su voz.

—Cada parte de tí, es tan dulce como la miel...— dijo, su aliento cálido sobre la punta de su erección, lo hizo estremecer.

Sasuke contrajo su abdomen, con sus manos enredadas en los rubios mechones del jinete. Tiró de su cabello cuando sintió un dedo intruso en su interior y jadeó. La combinación de la boca caliente en su miembro y la estimulación en su entrada, lo hicieron subir las piernas para darle más acceso. Cuando ya tenía dos dedos, Naruto los curvó hacia arriba, presionando un lugar en concreto y un sonoro e incontrolable gemido salió de su boca al correrse, solo segundos después.

Sasuke lo vió tragar y luego saborear sus labios. Entonces trepó y se colocó entre sus piernas, de rodillas. Puso su miembro en la húmeda entrada y al tiempo que buscaba sus labios, fué introduciéndose lentamente. El ernil soltó un quejido de dolor que Naruto acalló con un beso profundo.

Naethen (Lo siento). Todavía te duele— murmuró él, apenas separándose. Había percibido la sensación punzante gracias al contacto con su conciencia. Sasuke negó y rodeó su cuello con los brazos.

—Pasará pronto.

⌘⌘⌘

—¿Duele mucho?— preguntó el arod. Itachi estaba sujeto a su espalda con fuerza, casi clavando sus uñas en la piel. Asintió y escondió el rostro lloroso en su cuello.

—A pasado... mucho tiempo...— balbuceó.

Shisui frotó su espalda baja con la mano abierta. Después de darle un beso en el hombro, se acercó a la orilla y lo apoyó sobre una roca alisada por la corriente del riachuelo. Aún sin mover sus caderas, comenzó a jugar con su pelo, lo apartaba de su rostro y enroscaba entre sus dedos. Luego acarició sus cejas, tabique y labios. Todo en el aran lo consideraba perfecto, como una figura tallada en mármol.

Los ojos negros de Itachi lo miraron con ensoñación y pegando su frente a la de él, soltó un suspiro para aliviar su pecho apretado y comenzó sus embestidas. Los quejidos dolorosos del rey, fueron sustituidos por gemidos bajos. Su piel se erizó en su totalidad cuando el arod movió su cadera y llegó aún más profundo. Llevó una mano a su miembro y comenzó a tocarse él mismo, cosa que encendió a su par. Este se encorvó para besar su cuello mientras sujetaba su muslo para más firmeza.

Aisten... (Por favor...)— suplicó Itachi, Shisui recibió sus pensamientos a través de su vínculo mental. Salió de él y lo volteó, permitiéndole ponerse de pie y apoyarse en la roca. Volvió a entrar con una fiera embestida. Los jadeos del aran, hacían eco en las piedras de la casaca.

⌘⌘⌘

El interior de Sasuke era cálido y húmedo, más aún después de llenarlo con su semilla. Pero lejos de estar satisfecho, el jinete se acostó a su lado y lo tomó nuevamente, mientras sujetaba sus caderas y besaba su espalda. Esta vez con total calma, poniendo atención a su respiración y los latidos de su corazón.

Juntos llegaron al éxtasis, sintiendo como sus cuerpos se fundían tanto físicamente como en su pensamiento. Ya no sabían quien sentía cada cosa, solo que se amaban, se amaban tanto que su lazo parecía desígnio de la misma Luna.

Naruto no pudo conciliar el sueño esa noche, miró al príncipe dormir durante horas. Su rostro sereno, enmarcado por lasios mechones oscuros. Notó en su cuello las marcas rojas que dejaron sus besos y sonrió, recordado la manera en que lo había poseído. Cuando el alba iluminó la estancia, depositó un beso cariñoso en su frente y comenzó a vestirse, con el objetivo de ir a hablar con su maestro.

Justo antes de irse, él despertó, le dió una leve sonrisa adormilada y Naruto se arrojó a la cama. Lo abrazó, volvió a unir sus labios y luego lo miró con dulzura.

—Mi príncipe, fué otra noche maravillosa. Gracias por quedarte conmigo, siento que tus caricias limpiaron mi alma de penas— confesó.

—Tan sensible— murmuró el elfo con diversión y Naruto rió avergonzado, escondiendo su rostro por última vez en su cuello y dejando otro beso.

—Debo marchar, necesito hablar con Jiraiya amlugben, ayer no me comporté con respeto...— dijo apenado.

—Sé que él entenderá. Yo también tengo que irme, hay cosas que preparar antes de la llegada de mi hermano. Si todo salió bien, ya debe estar arribando a Galadh Mallen.

—Es una excelente noticia— pegó su frente junto a la de él y luego lo besó —Garo lend vaer, meleth nín (Ten una buena jornada, amor mío)— dijo en tono juguetón, recordándole a Sasuke como lo había llamado el día anterior.

El príncipe enrojeció y golpeó su pecho, escuchando avergonzado una carcajada por parte de Naruto. Él lo observó por última vez y luego, con rápidas zancadas, se dirigió hasta la plataforma de madera. Amplió su conciencia lo más que pudo y llamó a Kurama, el dragón respondió de inmediato e instantes después, lo vió en el horizonte volando en su dirección. No aterrizó junto a él, en su lugar, pasó cerca de la plataforma. Naruto tomó impulso y luego saltó, cayendo sobre su grupa con precisión.

PRESAGIO (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora