PRESAGIO (Terminada)

60. "La reunión"

—¿Ya llegaron?— preguntó Naruto, entrando apresurado al salón del trono en el palacio edhil. Había demorado un poco dándose un baño y poniéndose ropa adecuada, recomendación de Kurama.

—Sí,— respondió Sakura, con una sonrisa —pero no los hemos visto, el aran quizo... Oh, mira— señaló emocionada a la puerta por donde entraron el rey elfo y Shisui.

Itachi vestía una túnica marrón oscuro con su acostumbrada capa negra, y su pareja una de color verde, ribetes dorados adornaban el cuello y las mangas. Cuando vió a la pelirrosa, abrió los ojos sorprendido y corrió hacia ella.

—¡Sakura... por Ithil, estás a salvo! ¡¿Itachi, por qué no me dijiste nada?!— reclamó, mientras le daba un muy poco ortodoxo abrazo a la chica.

—Era una sorpresa— justificó el rey, encogiéndose de hombros.

—Amlugben y Sasuke ernil, me rescataron de la prisión de Sasori el hechicero, hace ya algunos meses. Han pasado muchas cosas desde entonces.

—Muindor nín (Hermano mío)— llamó el príncipe, entrando al salón, y Shisui se dió la vuelta —Mae tollen na mar (Bienvenido a casa)— hizo un ademán con la mano, pero el arod le dió un incómodo abrazo que lo hizo reír.

—Gracias, Sasuke, Itachi me dijo que por fin te decidiste a tener una pareja oficial. Debo decirte que me sorprendió bastante... Digo, tú...— lo señaló y el príncipe carraspeó avergonzado —¿Quién es la elfa afortunada?

—No es una elfa— confesó y sintió la risa de Naruto.

—Oh, ¿una humana?— el aran se cubrió el rostro para ocultar su risa.

—Un humano más bien— corrigió Itachi.

—¡¿Qué?!— exclamó Shisui.

—Creo que están hablando de mí— dijo Naruto y se rascó la cabeza. Shisui abrió los ojos sorprendido, buscando la confirmación en su pareja, y después de que este asintió, se giró a ver a la chico —¿Estás loco, muchacho, como decides quedarte con este dôlgín? (cabeza hueca)— todos se echaron a reír y el ernil le pegó un golpe en el brazo.

—Yo también te aprecio— soltó sarcástico.

—Mell nín (Mi amado)— llamó Itachi al arod —Él es Naruto amlugben— presentó al muchacho y este hizo la habitual reverencia de cortesía.

Shisui cambió su semblante por uno serio y se acercó al jinete. Extendió su mano en el saludo común de los humanos y Naruto, sorprendido, la estrechó.

—El huevo de Kurama apareció delante de mí. Ni siquiera sabía que era al inicio, pero a los pocos días prendió y... aquí me tienes— explicó con simpleza.

—Dí prácticamente mi vida para enviárselo a Minato el guerrero, no entiendo porqué llegó hasta tí, pero sin dudas fué obra del destino y me alegro, me alegro en verdad— confesó y le ofreció una sonrisa.

—Yo tampoco lo entendía, hasta anoche— suspiró —Resulta que, Minato era mi padre.

—¡¿Qué?!— exclamó Sakura y Sasuke lo miró con ojos velados, acercándose hasta tomar su mano.

—También me sorprendió— confesó —Lo conocí durante toda mi vida y no tenía idea de quien era, pero... ya lo explicaré después, con más calma.

—Ahora comprendo porqué veía tanto de él en tí— confesó el aran —Al inicio pensé que, por ser tu maestro, habías adquirido ciertas expresiones que me lo recordaban, pero estaba equivocado. Te pareces mucho a tu padre, Naruto, él fué un gran jinete y una gran persona. Debes estar orgulloso.