78. "Magia por instinto"

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A pesar de la oscuridad, veía claramente la diana de madera en el campo de entrenamiento del campamento. Había regresado hacía un rato de la reunión con los carneros, pero Naruto no tenía ánimos para entrar a su tienda y entablar una conversación con su esposo. Sasuke lo había herido, las palabras, aunque inconscientes, calaron dolorosamente en él. Más aún proveniendo de la persona que más amaba.

Retuvo el aire con la cuerda pegada a la mejilla y luego disparó, dando justo en el blanco. Desde su salida de El Valle de las Hojas, no había vuelto a tomar el arco, arma que una vez fué el medio para ganarse el sustento. Su anterior vida era tan simple... Atender la pequeña granja, ir a cazar, vender las pieles, ayudar de vez en cuando al herrero o al molinero por unas monedas. Y ahora estaba allí, en la frontera de dos países, guiando un ejército, pensando en tratados, alianzas, casado con un príncipe elfo.

En tan solo un año todo había dado un vuelco increíble, y sabía que aún quedaban cosas más difíciles por venir. A veces le preocupaba no ser suficiente, que el presagio se hubiese equivocado y ser solo un farsante en medio de personas de alta índole. Sentimientos y miedos que no le diría a nadie. Solo Kurama lo comprendía tan a fondo, porque aunque Sasuke tenía libre acceso en su mente, el elfo siempre le daba su espacio privado.

Otra flecha impactó en la diana.

Tal vez si Sakura no hubiese peleado, ahora no estarían enojados, pero no la podía culpar, que ofendan a alguien que es importante para uno, es difícil de soportar. Naruto sintió lo mismo cuando Sasori llamó "asesino" a su padre. Con las imágenes de la apuesta en la mente, recordó la manera en la que Sakura había utilizado nuevamente la magia sin el idioma antiguo ¿Cómo lo hacía? Kurama le había dicho una vez, que al igual que la pelirrosa, él tenía esa asombrosa facultad. Algo instintivo, sin pensar mucho en dirigir el cause de angol.

Naruto preparó otra flecha y se le quedó mirando un rato. Luego buscó su torrente de energía y al dispararla, ordenó con su mente que se desviara. Nada pasó. Lo hizo nuevamente, y otra vez acertó al centro. Así, hasta que en el carcaj que tenía a sus pies solo quedó una flecha.

-Sin pensar, usa tu energía y olvida las palabras. Guíala con tu instinto- murmuró bajo.

Disparó, y justo cuando el proyectil iba a mitad de su recorrido, torció a la derecha y se clavó en el poste de una antorcha. Naruto sonrió, pero en medio de la celebración, sintió la energía del eldunarí en la bolsa que tenía colgada al cinturón. Respiró profundamente y entonces extendió su consciencia, buscando la de la dragona.

-Maestra- habló internamente.

-Naruto, queríamos contactar contigo- dijo ella.

-¿Hay noticias del aran?- preguntó.

-Sí, pero será mejor que Jiraiya te cuente.

Luego de un instante, sintió la consciencia de su maestro unirse al enlace. Sonrió ante la familiar sensación e inevitablemente sus sentimientos fueron transmitidos al elfo.

-¿Contento de escucharme, muchacho?- preguntó este, con su voz cálida.

-Sí maestro, le hecho mucho de menos- admitió -Me alegra que haya contactado conmigo, quería pedir su consejo sobre un asunto importante, pero Gama me dijo que tenía noticias de Itachi aran...

-Así es- afirmó -Mañana, el ejército edhel saldrá de Galadh Mallen. Estamos listos para luchar.

-Eso es estupendo ¿Cuáles son sus planes?- preguntó.

-El aran, Shisui arod, y unos pocos generales, nos reunimos y acordamos que lo mejor sería atacar la ciudad amurallada de Melian, al norte de Barad Môr. Una vez que nos apropiemos de ella, tendremos una base de operaciones fortificada y cerca de la fortaleza negra.

PRESAGIO (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora