69. "El nombre verdadero"

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La mano del jinete fué subiendo poco a poco por su pierna, mientras besaba y mordía ligeramente sus labios. Cuando llegó a sus caderas desnudas, lo sujetó con fuerza, acercándolo más. Él tiró de la correa de sus calzas y liberó su erección, Naruto soltó un suspiro pesado cuando envolvió su miembro con la mano y comenzó a frotarlo con lentitud.

Era un tortura, su cuerpo se tenzaba cada vez que se acercaba a la húmeda punta y la apretaba con el dedo pulgar. Sin poder resistir, se movió rápido, acostándose de espaldas y colocándolo sobre su regazo.

—¿Así?— murmuró, un poco enrojecido. Naruto sonrió y tomando su túnica, le indicó que se la quitara.

—¿Ahora te da vergüenza que tu esposo te vea desnudo en pleno día?— preguntó sarcástico, observándolo intensamente —Siente lo que estoy sintiendo yo, en este momento...— extendió su consciencia para que Sasuke se percatara de la veneración y deseo con que lo miraba.

Sonrió, apabullado de emociones, y se inclinó buscando nuevamente sus labios. Naruto acarició su cabello y luego su espalda desnuda. Sujetó su trasero con ambas manos y comenzó a tocar su entrada con un dedo. El príncipe se mecía en consecuencia, rozando sus erecciones una con otra, mientras jugaba con su lengua. Solo unos minutos después, Naruto rodeó su cintura con un brazo, mientras con la otra mano colocaba la punta de su miembro, más que listo. Cuando lo penetró, hizo al príncipe incorporarse y gruñir, al sentirse lleno de repente. Naruto jadeó por tener su erección apretada y completamente dentro de su esposo.

Sasuke gimió, observándolo con sus ojos negros velados por el deseo y las sensaciones que lo recorrían. Cuando comenzó a mecer sus caderas, Naruto se sostuvo fuerte de sus muslos, clavando los dedos en la piel blanca e inmaculada del elfo. Podía ver perfectamente su expresión libidinosa y su miembro balanceándose con cada movimiento. El pecho marcado, su abdomen perfecto con el pequeño ombligo en el centro. Esa mano con dedos largos viajó hasta su erección y comenzó a autocomplacerse, logrando que Naruto gruñera de excitación ante la vista tan erótica. Se sentía realmente afortunado de haber contraído matrimonio y ser amado por el príncipe edhel. Acarició su rostro y luego el lóbulo de su oreja, cuando tocó la punta, él gimió más alto, arrancándole una sonrisa de satisfacción.

—Eres sensible aquí...— dijo con voz grave y volvió a rozar el borde. Luego apretó sus pezones planos y tiró ligeramente, haciéndolo jadear —...y aquí. Quiero ir descubriendo todos tus secretos— confesó.

—Donde sea que tú me toques... mi cuerpo reaccionará— suspiró y se acostó en su pecho cuando la sensación de un orgasmo amenazaba.

Naruto lo sostuvo con fuerza y levantando sus caderas, comenzó a embestir con rapidez y profundidad. Sasuke hundía el rostro en su cuello, ahogando los gemidos de placer que le provocaba. Cuando él lo sintió tenzarse, acalló su grito de placer con un beso y luego, con dos penetraciones más, se dejó ir, llenando su interior.

⌘⌘⌘

Después de vestirse y comer un poco de pan de nuez y vino, salieron de su campamento y comenzaron el recorrido por la ciudad en ruinas. Naruto fantaseaba con haber visto el lugar en pleno apogeo, lleno de jinetes y sus dragones. Los entrenamientos, las celebraciones, reuniones importantes, el nacimiento de nuevas crías...

Deseó con todas sus fuerzas poder restaurar la orden de los amlugben, en honor a su padre, maestro, y también por la felicidad de su dragón.

—¿Cómo pudo ser destruido este lugar? ¿Qué tipo de poder posee Madara, como para acabar con una ciudad entera?— murmuró, recogiendo del suelo una daga élfica con la hoja completamente derretida.

PRESAGIO (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora