91. "El bebé perdido"

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El ejército edhil, estaba apostado aún a las afueras de Melian. Habían logrado rendir a la ciudad, sin embargo, no interfirieron en el día a día de los ciudadanos. Encarcelaron al alcalde, quien había sido obligado a jurar lealtad a Madara en el idioma antiguo. El hombre hizo un poco de resistencia, pero luego de ponerlo tras las rejas y de que Shisui tuviera una larga conversación con el capitán de la guardia de Melian, lograron convencerlos de que su causa era justa. El que no hubiesen matado a ningún civil, era un gran punto a su favor. Al final resultó mejor de lo esperado, ganaron nuevos aliados y muchos de los soldados estaban dispuestos a acompañarlos a luchar en Barad Môr.

Itachi se mostró muy contento por el resultado que obtuvo Shisui en las negociaciones, siempre fué bueno simpatizando con las personas, lo que lo hacía un excelente embajador. Pero la felicidad de la victoria se vió ensombrecida por la muerte de Jiraiya amlugben. El rey ya estaba preparado para que sucediera, pero no de la forma en la que pasó. Ordenó a una escuadra de elfos para que trasladaran el cuerpo del jinete y su dragón mediante magia, hasta El valle del descanso, pues solo haciendo flotar el cadáver de la enorme dragona, eran capaces de moverlo.

El arod (noble) hacía sus rondas matutinas cuando un soldado edhel se acercó, y después del saludo correspondiente, le dió la noticia de que Hen Ithil había llegado al puesto de guardia.

—¿Y por qué no le dan paso? ¡¿Por Ithil, cuál es su incompetencia?!— regañó al soldado.

Arod, es que...— se calló, indeciso.

¡Ped-edhel! (¡Habla elfo!)— gruñó.

—Está acompañada de un hombre bestia.

Shisui se sorprendió ante la noticia, y a paso firme llegó hasta la guardia de su campamento y allí vió a la princesa, algo desaliñada y cansada del viaje, sin dudas habían recorrido una gran distancia en muy poco tiempo.

Hinata mantenía un ceño fruncido en su rostro mientras discutía con uno de los guardias, para que bajaran sus arcos y dejaran de apuntarle al carnero que la acompañaba, un hombre bestia muy grande con marcas rojizas en su cuerpo, incluyendo sus mejillas. Este permanecía estóico a las amenazas, solo sujetando el mango de una de las hachas que colgaban en el cinturón de su cadera.

—¡Rsto es una ofensa!— gritó la princesa —¡¿Acaso no recuerdan quien soy?!

Hen Ithil...— la voz de Shisui llamó su atención y ella suspiró aliviada. Abrazó a la pareja de su hermano y luego Shisui llevó sus dedos a la frente, en señal de respeto a su rango, lo que no pasó de ser percibido por los demás elfos, que bajaron la cabeza en vergüenza —Es una sorpresa verte aquí, sabía que Los Rebeldes debían mandar un mensajero, pero no creí que fueses tú... acompañada de...— miró al carnero.

—Él es Kiba— presentó Hinata y el hombre bestia enseñó el cuello en saludo —Después te explicaré en detalles, pero Naruto amlugben aceptó la petición de su pueblo de unirse a la causa. Ellos han respetado su pacto con honor, por lo tanto, deseo que se le trate como un invitado, no como enemigo.

—Eso es...

—Kiba es mi pareja, peleó con todas sus fuerzas en la batalla de Los llanos ardientes, y gracias a sus hombres no sufrimos la derrota. Merece más que un simple agradecimiento, y toda esta situación me está dejando en vergüenza— espetó furiosa.

Shisui quedó impresionado y sin saber que decir ante la situación, por la convicción que mostraba Hen Ithil, entonces asintió con solemnidad e hizo una señal para que los arqueros se alejaran.

Mae tollen (Bienvenido)— le dijo al carnero con una leve inclinación de cabeza y luego volvió a mirar a Hinata —Sígueme, te llevaré con tu hermano de inmediato— ella asintió levemente y junto al alfa, siguió al noble por entre las filas de tiendas, mientras todos los edhel que miraban al carnero se alejaban un poco de ellos —Itachi... bueno, ya lo verás por tí misma— la voz de Shisui se volvió grave de repente.

PRESAGIO (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora