63. "En la herrería"

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Cuando la conexión con la mente de Sasuke se disolvió, Naruto cayó al suelo, sentado y ahogado en lágrimas. Fué demasiado doloroso escuchar las palabras de su padre. Deseó tanto estar allí físicamente y abrazarlo, decirle que ya sabía quien era y que lo perdonaba por todo...

Sasuke se arrodilló frente a él y lo encerró en sus brazos. Permitió que se desahogara en su hombro mientras le daba suaves caricias en el cabello. Cuando Naruto se calmó un poco, limpió su rostro con las manos y lo besó.

—Minato estaba muy orgulloso de tí — le dijo.

—Yo quiero trazar mi propio camino, siguiendo sus enseñanzas y las de su maestro. Intentar ser el hombre que él quería que fuera— confesó.

—Ya lo eres— Sasuke sonrió con dulzura y acarició una de las orejas puntiagudas del jinete, logrando que riera —¿Sigues enojado conmigo?

—No... Perdóname— murmuró y dejó apoyar la cabeza en su hombro —Han sido tantas cosas. A veces me siento agobiado, y aunque intento dar el máximo de mí, el temor a fallar me llena de ansiedad. Debí escuchar antes de enojarme contigo, no tienes la culpa de la decisión de mi padre.

—Ya no importa— concedió y comenzó a dejar suaves besos en su cuello —Ven a la cama, déjame alejar esos problemas de tu cabeza, al menos mientras dure la noche.

⌘⌘⌘

Despertó bien temprano en la mañana, cuando los primeros rayos de Sol iluminaron la habitación del príncipe, a través de unas delgadas cortinas blancas. Miró a un lado para ver un enredo de cabello oscuro y sonrió. Apartó con delicadeza los mechones del rostro del ernil y después de besar su frente, se movió hasta sentarse en el colchón. Sasuke se acomodó sin despertar y murmuró algo inentendible. Naruto se acercó nuevamente y comenzó a dejar besos por toda su columna, desde abajo hasta llegar a su nuca.

—Mmh...— murmuró el elfo.

—Debo irme— dijo, maldiciendo el hecho. Podría permanecer todo el día en la cama junto a su pareja.

—No...— rechistó Sasuke.

—Quedé en ver a la herrera— explicó. El ernil se giró, con los ojos aún adormilados y lo abrazó.

—De acuerdo— suspiró —Pero esta noche también te quedas conmigo.

—¿Tanto te gusto?— preguntó divertido el jinete.

—Te adoro, y lo sabes— confesó —Vete ya, o no te dejaré salir.

Naruto rió, se puso de pie y después de recoger su ropa esparcida por el suelo de la habitación, se vistió con rapidez. Luego se inclinó sobre su pareja, que aún dormitaba.

—Te amo, Sasuke— le dijo al oído, sorprendiéndolo.

El príncipe se volteó bocarriba y lo abrazó.

—Yo también. Suerte...

—Nos vemos más tarde— dejó un beso en sus labios y salió.

Fué al adabnel para recoger el metal, de camino hacia la casa de Tenten contactó con Kurama, que se había quedado en el risco con la dragona, y este se le unió luego de unos minutos. No le dijo nada, a través de su conexión, su compañero supo de la confesión de su padre y lo afligido que había estado Naruto la noche anterior. Le tocó la mejilla con su enorme y húmeda naríz, y él lo miró, sonriéndole con tristeza.

—¿Me pregunto qué hubiese dicho si supiera que tú eras el hijo de su dragón?

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PRESAGIO (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora