Cuando miré mi teléfono eran casi las 7 p.m, y me llamaban de un número que conocía demasiado bien, a mi parecer. ¿Pero por qué? Todavía no eran las 8, se suponía que me sobraba tiempo. El teléfono paró de sonar un instante, y de seguida intentaron llamarme de nuevo. Sin más remedio, tomé la llamada. El hombre de la editorial se me quedó mirando con una expresión neutral, pero no me quitó la vista de encima. "Si, a mi también me hubiera gustado quedarme así" pensé para mí mismo, mirándolo de reojo. Ahora que lo pienso, debería preguntarle su nombre...
Cuando cogí el teléfono, una de las enfermeras me cumplimentó sin demasiadas ganas. "Que bien, a mi tampoco me gustaba que me llamara tan pronto", pensé. Me pidió si me podía ver más temprano, puesto que ya había terminado todos sus pacientes, solo quedaba yo para que pudiera tomar su descanso.
En estos momentos me gustaría tener un poco más de autoridad, no me gustaba como me hablaba, y no quería irme, pero como siempre, solo asentí.- Bueno, eh... tengo que irme - me disculpé rascándome la nuca, estaba demasiado nervioso...
- ¿Ah si? ¿Pasó algo? - preguntó dudoso, realmente pareció interesarle. Yo no podía parar de mirarlo, pero igual ¿Quien se creía? ¡No era de su cuenta!
- Ham pues, no, solo tengo que volver a casa. - Dije neutral, al menos eso creo, realmente sabía lo que me esperaba, y no me apetecía eso...
- Oh entiendo - respondió con una sonrisa pequeña.Así que me despedí y fui hasta la parada del autobús. Pero como nada en mi vida puede pasar normalmente, la línea estaba totalmente parada, por los trabajos que se realizarían de noche, se cortaría hasta las 8 del día siguiente. Me llevaría más de una hora llegar a mi casa, ¿Pero como no me di cuenta del aviso antes? Solo de pensarlo me frustré bastante, y creo que incluso se me escapó una lágrima. Si soy demasiado emotivo creo...
-La línea está cerrada - al oírlo me sobresalté, "¡pero avisa imbé...!" Me sonrojé de mi propio pensamiento cuando le vi detrás mío.
- Si, lo acabo de ver - respondí avergonzado - ¿Usted también?...
- No, mi coche está allá - Me interrumpió, apuntando un coche blanco. Bueno tampoco es como si lo pudiera regañar por ello, así que lo dejaré pasar. - ¿Si gustas te llevo a casa? - ofreció.Yo me tuve que poner demasiado rojo, ¡¡seguro, segurísimo!! Pero si me llevaba probablemente se enteraría, y no quería eso. Pero tampoco era mala oferta, además hace frío, oscuro y si hay alguien en la calle que me intenta hacer algo yo...
- Ven - me dijo tranquilo, palmeando levemente mi espalda. Yo lo seguí, ¡¿por qué lo seguí?!
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Los cuadernos de Marcos
RandomMarcos, es un chico un poco reservado, que tiene como bienes más preciados sus cuadernos, donde escribe historias, y todo tipo de textos que le representan. Su obra es parte de el, y lo ayuda a superar su soledad, y las dificultades que viene pasand...