🔖 Capítulo 72 🔖

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    Al ingresar en aquella sala, ya casi no podía respirar. La tremenda carrera que me había echado me dejó sin aliento. Pero realmente no me podría importar menos mi condición física en aquel momento... Solo quería a mi hijo.
    Sin tardar mucho, me dirigí hacia el policía que estaba en la entrada, le expliqué lo sucedido. Aún podía sentir un par de lágrimas caer por mi mejilla, el pánico no se había detenido totalmente. Sin hacer demasiadas preguntas, el hombre nos llevó hasta una sala al fondo de la unidad, tocó la puerta, y después de escuchar la confirmación, nos la abrió.
- Allez-y (Pase) - Ofreció antes de retirarse. Mi esposo y yo nos adentramos en la pieza, y mi alma volvió a mi cuerpo, en el segundo en que vi a mi niñito en los brazos de un oficial.

- Bonjour, on vient pour le petit. (Buenas tardes, venimos a por el pequeño.) - Anuncié un poco más sereno. Marquitos reconoció mi voz, y de inmediato quiso venir hacia nosotros. El policía que lo sostenía, le pidió que se calmara. Pero obviamente el niño no lo hizo. Esto pasó en unos pocos segundos, así que rápidamente el hombre que cargaba a mi hijo se levantó, y vino en nuestra dirección, dándole el niño a Samuel.

    Mi bebé lloró perdido durante un tiempo, mientras su padre intentaba calmarlo, con caricias y palabras bonitas y todo... Yo solo quería tenerlo en mis brazos. Pero el pequeño se aferró de tal manera al mayor, que hubiera sido imposible.
- Ça va aller, c'était juste une frayeur. (Ya va a pasar, fue sólo un susto.) - Nos dijo el policía, al dejar un par de palmaditas sobre la espalda del niño. Antes de explicarnos lo que había sucedido.

    Ellos estaban buscando un tipo que justamente andaba por el aeropuerto en esos días. Lo hacían en pequeños grupos para no llamar la atención. El hombre al que cazaban se había llevado ya 3 niños, que fueron encontrados más tarde con un par de criminales muy poco recomendables... Eso sí, ese hijo de puta era muy bueno para esconderse. Por ello, les estaba costando.

    El policía sugirió incluso que Marquitos había tenido mucha suerte de no encontrarse con él. Cosa, que a duras penas pudimos verificar. En realidad sí lo había hecho, pero había podido escapar, antes de ser encontrado por la policía. No pudimos saber nada más: el niño difícilmente logró explicarse sin ahogarse en llanto. Yo estaba mortificado, y los oficiales también. Luego de llegar a aquella conclusión, el policía cambió de tema y nos contó lo que había pasado una vez lo habían encontrado. Eso me aquietó un poco...

    Al parecer el niño estaba bastante asustado, pero lograron calmarlo. Por suerte el hombre que cargaba a mi hijo hace un rato, y la mujer que estaba allí, también eran daddys, tenían un pequeño juntos, y supieron lidiar con el nuestro sin demasiada dificultad. Incluso lo habían cambiado. Ese dato me sorprendió un poco, mi bebé debió sentirse realmente indefenso para permitir eso... Pero igualmente estaba agradecido con ellos por cuidarlo.

⏳⌛️

    Luego de la charla con los oficiales, y de algo de papeleo, puesto que de igual forma había que registrar el suceso, nos fuimos; no sin antes quedarme el número de los policías, les agradecería debidamente... A la salida, tomé a mi hijo de los brazos de Samuel. Y me lo llevé hacia fuera, buscando un taxi, sin importarme si mi marido nos seguía o no. En el acto, mis sentimientos hacia él eran encontrados. Era mi esposo, lo amaba, pero estuvimos a punto de perder a Marcos, y no vi ni una pizca de aflicción. Dos pobres lágrimas y una disculpa no serían suficientes para perdonarlo.

    Con mi hijo en brazos, subí al taxi. Samuel también se subió: los tres íbamos en la parte trasera del vehículo. Mi niño estaba todavía muy afectado, sus ojitos y su carita estaban hinchados por el llanto, y también bastante rojitos. Como pude lo ayudé a limpiarse los rastros de lágrimas que habían secado sobre sus cachetitos, a la vez que le di su tete, para impedir que succionara su dedito...

    En cierto momento, mi niño y yo conectamos miradas. Eso se sintió tan consolador... Nos quedamos así durante todo el trayecto. No quería pensar en nada más. Su padre me resultaba bastante irritante, así que solo decidí ignorarlo, y un silencio incómodo y frío se instaló entre los adultos en ese habitáculo.

    Al llegar a la casa familiar a las afueras de la gran ciudad, ya estaban mis tíos: Lisa, la hermana menor de mi madre, con su esposo Pierre, y sus hijos Arthur y Léa; y Charles, el hermano mayor de mi madre, con su esposa Anne y su hijo Raphael. Además de ellos, se encontraban los anfitriones de la casa, mis abuelos Gustave y Marie, que por aquellas alturas ya estaban muy mayores, pero que de igual manera nos acogieron con los brazos abiertos.

    Después de haber pagado al taxi, me dirigí de inmediato a la puerta principal. Fue mi tío, Charles quien vino a darnos la bienvenida. Pareció preocupado, es cierto que no habíamos pensado en advertirles del retraso; pero toda su preocupación se transformó en curiosidad al ver a la criaturita en mis brazos.

    El tío charles era un poco duro en temas de educación, pero realmente era muy blandito si los niños se portaban bien. Los pequeños siempre estaban felices de quedarse con él, y esto que se pasaba la vida regañandolos... Este pensamiento me trajo muy buenos recuerdos, pero rápidamente los dejé de lado para cumplimentarlo con dos besos, como ya era costumbre. Él me preguntó por el pequeño, que al instante se escondió, con su carita en el espacio de mi cuello. Tuve que explicar que, mi bebé era demasiado tímido, además, estaba cansado y había sido un día muy difícil; intenté explicar todo esto sin entrar en muchos detalles, por ahora, no quería que supieran lo que acababa de suceder...

    Mi tío no se preocupó mucho por eso: lo importante es que ya estábamos allí. Animadamente, fue hacia Samuel, dándole dos besos, y disponiéndose a ayudarlo con las maletas. Ellos dos se llevaban muy bien.
    Eso si, no me detuve esperándolos y en menos de un minuto estaba en la sala con todos los demás...

Los cuadernos de MarcosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora