Los cuadernos de Marcos

📓 Capítulo 11 📓

    Cuando nos aproximamos del estacionamiento, pude ver a alguien, esperando. La mujer tenía un uniforme blanco, pero tampoco parecía muy contenta, así que dejaría a mi pequeño en su departamento. No sé lo que le pasa, pero cada vez se le ve más nervioso. ¿Me pregunto si vive solo?

    Después de aparcar le informé que buscaría su silla, y acto seguido lo hice. Como hace unos minutos le ayudé a trasladarse a ella, y le dediqué una sonrisa:
-¿Todo bien? ¿Te acompaño? - cuestioné, pero realmente no esperaba que se negara. Así que como más temprano puse mi mano en su espalda, para incitar a que avanzara.
- Todo bien gracias, no se preo... - empezó, pero al sentir mi contacto no dijo nada más y empezó a moverse.

    En ese momento la mujer empezó acercándose a nosotros:
- Al fin - dijo, sin ni siquiera un "buenas tardes". "Ya me caes mal" pensé muy a dentro de mí... los dos nos volteamos a verla - Te estoy esperando hace rato, ¡¿qué hacías?! - "Muy, muy mal", reforcé mi pensamiento.
- Yo... solo, perdón. - ¿Cómo qué perdón? ¿Quien es ella? Mi bebe estaba cada vez más intranquilo. Así que terminé interviniendo. Probablemente no debería, tal vez no le gustaría demasiado a Marcos, pero me dió demasiada rabia.
- Estaba conmigo, cuando llamó no estábamos cerca. ¿Pero a qué horas tenían cita? - De lo que escuché de la conversación, sin importar quien sea, no debía venir tan pronto, así que estaba relativamente seguro de mí mismo.
- ¿Y usted es?... - Me dijo mirándome por primera vez. "Tu peor pesadilla" pensé cínicamente. Pero luego caí en cuenta ¿le digo "su Daddy", o como?
- Samuel - respondí fríamente. El pequeño se quedó mirándome, parecía sorprendido, pero no dijo nada.

    Acto seguido me cumplimentó un poco más educadamente, aún así se veía muy contrariada. No le reclamo más a mi bebé, y pidió que subiéramos a su departamento para darle sus medicinas. Eso me intrigó ¿que tendría el niño? Bueno lo sabría muy pronto, no los iba a dejar solos, "capaz que la vieja pende** esta, se desquitara con el" intuí para mí mismo.
    Terminé siguiéndoles, aún que el pequeño no pareció muy contento con la idea, solo apartaba la mirada. Sabía que no diría nada, y que incluso pudiera estar incómodo, pero me urgía saber.

    Cuando estuvimos adentro, lo primero que me pareció raro fueron las cajas por todas partes. También pude notar que vivía solo. No había más de una habitación allí. Y como la enfermera estaba apresurada, entramos rápidamente a ella. Así que, por la cantidad y la disposición de las cosas, pude claramente ver que solo mi bebé residía en ese lugar.

-Yo... - Empezó, inaudible como siempre.
- Ve a la cama, empezaremos el nuevo tratamiento hoy, así que serán 3 inyecciones, y las cápsulas habituales. - "¿Te gusta demasiado tu trabajo no?" Me dije a mi mismo al oírla. Realmente no sabía qué pensar, me daba demasiado asco esa mujer... Pero al ver el pucherito de mi bebé me tranquilicé un poco.
- ¿Te ayudo? - pregunté, pero no obtuve respuesta. Creo que estaba tan asustado que no me escuchó. Luego procedió a levantarse solo: ¿Así que puede caminar, al menos un poco no? ¿Pero qué más da? realmente prefería cargarlo yo. Si si, me encargaría de malcriarlo demasiado en un futuro...

    El se sentó en la cama, apoyando su cabeza y espalda en el cabecero de la misma. De seguido la mujer se aproximó de él, con las agujas claramente visibles en la mano. ¿Por qué no me extraña que Marcos le tenga tanto miedo? Hablando de él, parecía que le ganaba el pánico. Sus ojos se cristalizaron un poco, pero parecía evitar llorar. Que lindo mi pobre niño. Yo solo asistía la escena, de brazos cruzados, apoyando en la pared al lado de la cama. Pero realmente, creo que ambos olvidaron mi presencia.

-Vamos dame tu brazo ¿si? ¿Ya eres grandote para eso no crees? - le dijo con un tono condescendiente. Así que me aclaré un poco la garganta, para señalar a la señora esa que todavía seguía ahí. Ella me miró de reojo y empezó a tomar su brazo para darle el primer pinchazo.