Habían pasado varios días desde nuestra boda. Con mis pequeños habiamos retomado nuestra rutina. Bueno, al menos la que teníamos desde que habíamos adoptado a Marquitos...
Sin embargo, ya era hora de volver al trabajo. En lo personal, e incluso si muchas veces hacia mis labores desde casa, habia acumulado una cantidad de papeleo monstruosa. Alex también necesitaba volver a la clínica. Mi suegro lo necesitaba, y sus pacientes también.Era la noche, y al día siguiente empezaríamos de nuevo a trabajar. Por ello, mientras yo cuidaba a nuestro muñequito, mi esposo arreglaba su pañalera. El pequeño miraba fijamente a su dadá. La pieza estaba en silencio.
De nuevo, dejé al bebé en el cambiador, apenas terminaba de bañarlo y secarlo para ponerle en pañales y ponerle su pijamita... De mientras le di su chupetito para que se entretuviera.Ya casi era la hora de dormir del niño, en algún momento habría que decirle que en la mañana no tendría a sus dos papás con el. Alex no podía cuidarlo, así que se quedaría conmigo. Lo llevaría a la oficina, y solo pordria ver a mi esposo en la casa.
Sabía que eso no le agradaría, el era muy apegado a su dadá. Y mi maridito igual estaba destrozado: sus horarios eran un désastre. Sin más remedio, nos volvimos hacia la habitación de mi niño. Hoy dormiría en su cunita.Alexander se sentó en la mecedora cerca de la cuna, y me pidió al bebé. Se lo di, y me fui a por el gran puf que estaba por allí. Me senté en él, mientras Alex le dejaba caricias y besitos por toda la carita del niño. El pequeño reía a carcajadas. Eran adorables.
Finalmente, le alcancé el biberón a mi esposo, antes de dárselo al chiquito, quiso explicarle.- Cosita, papá y yo tenemos algo que decirte mi vida. - El niño detuvo sus risitas de inmediato y se enderezó sobre el regazo de mi esposo. El también sintió que Alexander tenia una expresión apagada... - Veras... eh... mañana los papás vuelven a sus trabajos. - Dijo rápido, tampoco era necesario alargar mucho esa charla. El niño abrió sus ojitos como platos.
- Pe'lo... - El chupetito no le dejaba pronunciar bien. Se lo quitó el mismo. - ¡Pero no quiero estar solo! - Tenia una carita de pánico, pobre nene...
- Aww cosita, no vas a estar solo. - Alex habló, el pequeño lo miró con interés, ¿como era posible que le vinieran tan rápido las lagrimitas a esos lindos ojos azules? - Iras con papá.
- ¿De verdad? - Nos miró a los dos, se a había despertado totalmente, y no parecía especialmente complacido...
- Si cariño, te cuidaré mucho ¿si? - El niño no respondió a mi pregunta, me dió mucha lástima.
- Si, papá te llevara a su oficina. Estarás bien. Además, creo que te esperan muchos regalitos allá. ¿No es así papá? - Mi esposo intentó animarlo.
- ¡Eso es! - Respondi alegremente. - Tendrás muchas cositas para jugar. - Intenté acariciar su pelito, pero el se escondió en el pecho de dadá. - Cariño...
- Anda principe, no es tan malo... en la noche dadá volverá contigo. Y jugaremos mucho ¿si? - Marquitos negó con un gesto de cabeza, para luego desatarse a llorar. En el fondo, me lo esperaba. Pero dolió. Sabía que no era por estar conmigo, era por no tener a su dadá también, pero igual me sentí un poco mal...El príncipe de la casa, ni quiso tomar su biberón, simplemente lloró hasta cansarse, y se terminó durmiendo. En serio intentamos calmarlo, explicarle que tampoco era la gran cosa, pero nada surtió efecto.
Con mi esposo, lo dejamos en su cuna, asegurándonos de que estuviera cómodo y totalmente dormido. Finalmente le dimos su chupetito, que si aceptó, y lo dejamos descansar después de que mi esposo limpiara sus lagrimitas. Mañana sería un día difícil...
Nosotros tampoco teníamos energía para nada, solo fuimos a nuestra habitación a aprovechar nuestra última noche sin preocupaciones. Con una peli de fondo nos perdimos entre palabras bonitas y mimos, no tardamos mucho hasta caer rendidos en los brazos de Morfeo...
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Los cuadernos de Marcos
RandomMarcos, es un chico un poco reservado, que tiene como bienes más preciados sus cuadernos, donde escribe historias, y todo tipo de textos que le representan. Su obra es parte de el, y lo ayuda a superar su soledad, y las dificultades que viene pasand...