Me quedé mirando un poco mientras mi bebe se iba. Tan pronto como dejé de verlo, me dispuse a irme igualmente. Ya era demasiado tarde, y puesto que estaría solo, tendría que cocinar.
Mientras me acercaba a mi coche, lo vi en la parada del autobús. Definitivamente el destino quiere que lo cuide. Él parecía fijarse en los horarios del colectivo así que me permití informar:-La línea está cerrada - El me volteó a ver rápidamente con un sonrojo evidente, pero también con algunas lágrimas en sus ojitos. Probablemente lo había asustado: al parecer era bastante sensible.
- Si, lo acabo de ver - "Que ganas de tomarlo en brazos", pensé. Se veía tan vulnerable, como si fuera lo peor que le pudiera pasar en la vida. Estaba tan sonrojado, que me pregunto si no está enfermito mi bebe.- ¿Usted también?...
- No, mi coche está allá. ¿Si gustas te llevo a casa? - pregunté señalando mi nuevo coche, agradeciendo no haber tomado el deportivo, claramente su silla no entraría en él, y más aún estaba rezando para que no me tome como un viejo pervertido. Lo que realmente me inquietó, puesto que pasó un rato mirando sus manitas.Pero al final, terminé dándome cuenta de que estaba aún más rojito, era tan lindo avergonzado de esa manera. Sé que está mal, pero disfrutaría un poco (demasiado) de verlo así.
Como tampoco pareció ofendido por la oferta, decidí tomar el control de la situación. De todas formas, si iba a cuidarlo, era mejor que se fuera acostumbrando. Le di unas palmaditas en su espalda para llamar su atención sin que se asustara de nuevo, y le pedí que me siguiera.
Cuando lo hizo no pude evitar levantar una ceja: El niño era definitivamente muy inocente. Si alguien le quisiera hacer daño igual de iría con él. Eso me preocupa demasiado. Pero cuando aclaremos las cosas le diré que no lo puede hacer. No definitivamente, ¡bajo ningún concepto debe hacerlo!
Me tranquilicé un poco al llegar frente al coche, por ahora solo le cuidaría lo justo. Así que fui de su lado para abrir la puerta. Y antes que pudiera hablar informé:-Luego pongo tu silla en el maletero ¿vale? - me hizo una pequeña señal de afirmación, y continué - ¿Permiso? - Y antes incluso de escuchar su respuesta le tome a modo princesa, y lo puse en el asiento del copiloto. "Mientras no pueda tenerlo en un asiento adecuado, mejor tenerlo cerca", me dije a mi mismo. Cuando lo dejé Allí, estaba ardiendo de la vergüenza, parecía una fresita, aproveché para ajustar un poco su asiento para que estuviera más cómodo. Sin duda no serían más de algunos minutos pero bueno, quería que se sintiera bien. Al terminar, lo que en realidad no duró más de unos segundos, escuché un pequeño "gracias", casi inaudible, pero lo suficiente para hacerme sonreír de oreja a oreja. Salí del habitáculo, y tomé su silla, sin ningúna dificultad, dándome cuenta del liviano que estaba el niño cuando lo levanté de allí. No sabía si era normal, pero como tampoco era tan grande, no me sorprendió demasiado. Con facilidad terminé doblando el artefacto para guardarlo, y seguí camino a mi asiento. Cuando llegué, ya se había puesto el cinturón: "que pena, una oportunidad menos para hacerlo sonrojar", pensé divertido.
Me calmé en un segundo y le pregunté tranquilamente su dirección. Pero por dentro estaba emocionado. No solo lo estaba cuidando, de cierta manera, sino que también iba a conocer su dirección, así que si algo le pasaba, podría ayudarle. Cuando me respondió, bastante tenso en verdad, puse su dirección en el GPS, no tardaría más de 15 minutos en llegar y eso pareció de algún modo tranquilizarlo. Aún así, se quedó en silencio, mirando la ventana. No logré saber lo que estaría pensando, pero el silencio no me pareció incómodo.
Cuando solo faltaban unos pocos minutos para llegar noté que se tensaba un poco, así que decidí preguntar si todo iba bien. Como siempre solo recibí un pequeño "sí".-¿Ocurre algo? - intenté averiguar con cuidado. El no dijo nada durante un instante, y luego me miró. Así que insistí, esperando a que no lo tome mal. Pero cómo es demasiado inocente, casi me preocupaba que me lo dijera sin pensarlo. - ¿Es por la llamada de al rato?
- Huhum... - Definitivamente era muy tímido.No tuve derecho a ningún tipo de aclaración más, así que tampoco continué, de todas formas estábamos llegando.
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Los cuadernos de Marcos
RandomMarcos, es un chico un poco reservado, que tiene como bienes más preciados sus cuadernos, donde escribe historias, y todo tipo de textos que le representan. Su obra es parte de el, y lo ayuda a superar su soledad, y las dificultades que viene pasand...