📓 Capítulo 80 📓

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Nota de la autora:

⚠️ ¡importante leer la nota hasta el final! ⚠️

    ¡Hola! ¿Como les va? En lo personal me la he pasado muy bien estos días, especialmente escribiendo.

    Como os daréis cuenta, este capítulo es bastante largo: quería hacer algo especial para el capítulo 80, y espero haberlo logrado.

Eso si, quería avisarles que esta semana solo habrá este capítulo. En un documento texto este capítulo hace 9 páginas de texto y 4225 palabras, así que creo está bien si no publico uno en los próximos días. El capítulo siguiente será publicado en 8 días por la misma razón.

En este capítulo también habrá bastantes referencias musicales. Así que les he preparado un pequeño regalo: ¡la playlist que escucharan Samuel y Alexander durante el capítulo! Espero les guste la idea, y les dejo el enlace Spotify a continuación. Si preferís dejarme un mensaje y les paso la lista escrita con cada canción... 😊💛

(Las canciones están en el orden en que ellos las escucharían. Pero no están bien sincronizadas con la lectura, puesto que en tiempo real, se pasaría varios minutos entre cada cosa. Si queréis, durante la lectura se mencionan los títulos principales, o los grupos, y siempre estará en orden, así que podéis cambiarlas de posición como les guste^^')

🎶 https://open.spotify.com/playlist/6XRs3WuxtHND1EyQb8xFES?si=LC4dFCKFT_2ML5Fr2tTfcA 🎶

⚠️ También me gustaría avisar que el capítulo contiene escenas explicitas. Y, si bien no es la primera vez, en este caso, puede no ser del agrado de todos, así que les pido respeto a los que no les guste, y apoyo de parte de los demás. Si podéis dejar un voto y/o un mensaje, para saber si es algo que puedo volver a intentar, les agradecería mucho. Y espero que el detalle que aporté en este capítulo no se les haga pesado o así... ⚠️

Sin más que decir, buena lectura. ¡Buenos días, tardes, noches et à bientôt!

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     Era nuestra última noche de vacaciones. Al día siguiente, por la tarde volveríamos a nuestro hogar y retomaríamos nuestra vida de siempre. Eso no era malo, el pequeño ya necesitaba un chequeo médico: había progresado mucho en estos días. Y los adultos necesitábamos nuestro espacio seguro también.

Con Alexander teníamos una pequeña tradición: siempre que nos quedábamos con su familia apartábamos la última noche para nosotros. ¿Era un poco ilógico? Tal vez... pero sin duda era una de mis partes favoritas en esos viajes.
Por lo general, habíamos concluido, que cada que lo hacíamos, uno de nosotros preparaba algo para el otro. Cosas simples: Un hotel, un paseo, un pequeño regalo... Y en esta ocasión era mi turno.

En la tarde, dejamos a Marquitos con el abuelito y los demás. Claro está, era la primera vez que lo hacíamos para una cita romántica, y mi niño estuvo un poco confundido. Sin contar que el no tenerlo cerca me angustiaba un poco; así que mi ya presente nerviosismo era aún más evidente.

Sin embargo, cuando pienso en la hermosa imagen de mi pequeño esposo bajando las grandes escaleras de la casa, todas mis preocupaciones se evaporan. Era hermoso. Vestía un traje azul marino, muy oscuro, que era mi color favorito, con una camisa blanca y sin corbata, zapatos formales, y lo único que gritaba lujo, era el delicado reloj de cristales color blanco en su muñeca.

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