H E R O || Daryl Dixon

Once.

Ya nada más importaba, estábamos encerrados en un maldito vagón y al parecer las personas que prometieron ser las mejores para darnos un lugar seguro, eran una bola de mentirosos.

Glenn aseguraba que encontraríamos la manera de salir de ahí, está bien que estábamos juntos y ya habíamos salido de peores... como el ataque a la prisión, pero aun con el grandulón de Abraham esto nos costaría un poco más, nos quitaron todas las armas y ellos estaban armados hasta los dientes.

Me hice bolita en una esquina obscura del vagón para poder dormir, escuché a uno de ellos susurrar que "¿cómo era posible que pudiera dormir en una situación así?" siendo sincera ahora ya no me quedaba nada por el cual luchar, mi familia se convirtió en esas cosas y nuestro grupo estaba dividido en mil partes, ni siquiera sabía si de verdad estaban con vida.

Intentaba pensar que así era, intentaba mantenerme positiva, más aún después de ver aquella bonita reunión entre Maggie y Glenn, pero ¿realmente era posible?

Me odiaba, odiaba el hecho de que en mis pensamientos solo existiera aquella última vez que lo vi, que lo deje solo mientras yo corría detrás de Glenn. Debí escucharlo, al menos ahora sabría si está vivo o no.

[...]

Acabábamos de ver morir a Hershel en manos del estúpido gobernador. En medio de una batalla entre su nuevo grupo y el nuestro, ese maldito tenía que morir hoy y de eso nos íbamos a encargar nosotros.

Los cañones comenzaron a avanzar hacia la prisión, destrozando las cercas que teníamos para protegernos y haciendo que su gente ingresara con facilidad. Sabía bien cuál era el objetivo, pero mi cuerpo estaba actuando en automático y simplemente disparaba contra cualquier cosa que se moviera, evitando a Rick que seguía allá afuera.

A mi derecha estaba Daryl disparando de la misma forma y mientras supiera donde estaba él, me sentía lo suficientemente segura.

Pedazos de la prisión volaban como si estuviera hecha de Legos, claro que aún había gente dentro, incluso Glenn que continuaba débil.

—necesito volver a dentro – le dije con urgencia a Daryl – necesitamos sacarlos de ahí

—no, no te vas a ir, Maggie se puede encargar de ellos

Ya que la gente estaba cada vez más cerca y los caminantes también aprovecharon el momento para unirse a la fiesta, no me quedo más remedio que quedarme a su lado y más al ver que nos acorralaban en la trinchera que previamente armamos.

Uno de los caminantes nos sorprendió tomando a Daryl por los hombros, deje de disparar y saque mis dagas para enterrársela en la cien, cayó a un costado haciendo que otro de sus amigos cayera junto a nosotros, también queriendo probar algo de nuestra piel. Ahora fue Daryl quien le clavo una de mis bebés en los sesos del segundo.

—tengo una idea, ponte detrás de mi ¿de acuerdo? – dijo el cazador mientras le clavaba en la cabeza su arma a uno de los muertos – no te separes

Me dio solo tiempo de asentir y de levantarme para colocarme en donde había dicho. Avanzo con cuidado, pero unos tipos reaccionaron con velocidad y empezaron a dispararle al caminante que nos servía como escudo. Daryl lanzo una granada haciéndolos volar por el aire, aquí ya nada importaba, era salir vivo y si tenían que ser ellos o nosotros, claro que preferíamos a nuestra familia.

El ruido del autobús alejándose llamo mi atención, entonces de alguna forma vi a Glenn ir hacia dentro de la prisión.

—mierda, ahora vuelvo – le grite a Daryl – Glenn va a volver

—Max, no, debe de estar esperando a Maggie – frunció el ceño – juntos, tenemos que estar juntos

—solo será un momento, sal y te alcanzare – dije como si realmente supiera que iba a suceder después – lo prometo

Su cara no pareció de alguien que estuviera de acuerdo con la locura que estaba por hacer, pero termino por acceder, quizás sabía que no iba a quedarme en paz hasta traer al chino con nosotros.

—te esperare afuera – lo escuche decir, para entonces yo ya corría en dirección contraria

—juntos Daryl – voltee para guiñarle y seguir con mi camino

Y esa fue la última vez que había visto a Daryl.