Treinta y seis.

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Si mi parte favorita era despertarme y ver a Daryl a mi lado, ahora que sabía que estaba gestando vida en mi interior, era cien mil veces mejor.

Mi espalda estaba pegada a su pecho, su mano protegía mi abdomen, el cual ya estaba siendo un tanto más abultado. Sus dedos dibujaban patrones sobre el mismo, mientras hundía su cara en el espacio que existía en mi cuello.

—¡bien! Decidí que quiero vivir en las mañanas para siempre – le dije, asustándolo – perdón, pensé que ya me habías escuchado despertar

—descuida – dejo un beso en mi mandíbula – también me gustan las mañanas – suspiró – aunque creo que esta mañana si vas a querer levantarte

—¿Qué vamos a hacer? – gire, su mano no se movió ni un poco

—¿no te acuerdas? Vamos a ir con Siddiq a Hilltop para conocerle

—¡ah! Es verdad

Me removí emocionada sobre la cama, no recordaba que hoy por fin podríamos ver que era lo que estaba dándome tantas náuseas y la razón por la cual Daryl ahora sonreía mucho más.

No dude ni tantito en levantarme y salir corriendo a la ducha, quería estar lista lo antes posible. Daryl hizo lo propio una vez que yo salí del baño, no sin antes dejarme listo el desayuno.

Desde antes de saber, me moría por las tostadas y la mermelada que llevaban desde el reino, no solíamos encontrar mucho café, pero los tés siempre me salvaban y juraba que sería mi desayuno ideal por el resto del embarazo.

—¿están listos? – pronunció Siddiq en cuanto nos vio salir

—¡sí! Ya quiero llegar – aplaudí, emocionada – quiero verle, ¿sabremos ya si es niña o niño?

—¿quieres saber? – Daryl me observo con el ceño fruncido

—sí, ¿tú no? – hice un puchero

—me gustaría más que fuera sorpresa – se encogió de hombros – pero lo que tu decidas, está bien – guiñó

—no es por desilusionarlos, pero no... aún no se podría saber, así que tienen tiempo para decidir – nos anunció el doctor

—bien, entonces andando...

Los tres subimos a un auto, los dos iban al frente y yo en la parte trasera del mismo. Durante el camino hacía Hilltop, observaba todo, claro que sabía que era estar afuera, que era sobrevivir y lo que muchos teníamos que hacer para mantener a los grupos unidos, pero ahora que de mi dependería una vida, las cosas no se iban a poner mejor.

Los brazos de Maggie me rodearon en cuanto cruzamos la puerta y baje del auto, ella había pasado por esto un tiempo atrás y ahora se veía tan feliz con su pequeño Hershel.

—está todo listo, Glenn también esta emocionado – sonrió la castaña – todos queremos verlo o verla...

—solo me provocan más nervios – me seque las manos con mis jeans

—lo harás genial, ahora ve y luego nos enseñas la primera fotografía de nuestro o nuestra sobrina – me dio otro abrazo

Daryl y Siddiq ya se encontraban en el camper que utilizaban como enfermería, en aquella comunidad tenían otros aparatos que en Alexandria no, así que, si queríamos hacer estos chequeos, tendríamos que viajar seguido o mover el aparato a la comunidad.

—sube y descúbrete el abdomen – dijo el moreno

Obedecí sin poner muchos peros, Daryl se colocó a un lado y tomo mi mano, ambos estábamos bastante nerviosos.

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora