Setenta y ocho. ⚔️

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Los viajes ahora eran tan aburridos, recuerdo cuando al menos te pasaban una película en el avión o podías escuchar música en el tren, pero ahora lo único que me entretenía era jugar con Laurent hasta que Isa o Daryl quisieran hacer alguna parada ...

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Los viajes ahora eran tan aburridos, recuerdo cuando al menos te pasaban una película en el avión o podías escuchar música en el tren, pero ahora lo único que me entretenía era jugar con Laurent hasta que Isa o Daryl quisieran hacer alguna parada técnica.

—Esta es la ciudad de Angers – dijo Isa luego de cruzar un viejo puente –. Podemos llamar por radio desde aquí y obtener indicaciones sobre a donde debemos dirigirnos ahora

No tenía ni la más mínima idea de cómo se veía el apocalipsis en otro lado del mundo, sin embargo, debía admitir que Francia le daba ese toque antiguo y no parecía tan malo.

La carreta paro frente a un edificio luego de adentrarnos a la ciudad.

—ten, toma esto – Daryl le dio las riendas del caballo a Sylvie –. Protege al caballo – esta vez se dirigió a mí dándome la escopeta

—no gracias, tengo mis propias armas – sonreí complaciente

—cuando volvamos, debe estar aquí – intento amenazarme

—descuida, no dejare que nada malo les pase

Daryl averiguaba si en verdad estaba siendo condescendiente con él o intentaba bromear, no supo cómo reaccionar así que termino siguiendo a Isa adentro del edificio, bufe sin ni siquiera darme cuenta de la manera en que había sonado aquello.

—¿Por qué el enojo? – Sylvie ya estaba en el asiento del conductor

—¿Cuál enojo? – solté de forma brusca

—ese, no te veía así desde hace unos cuantos meses atrás – volteo a ver a Laurent

—no es nada. Solo trato de entender que hay de diferente en que sea yo quien los traiga hasta acá a que un sujeto extraño lo haga – me encogí de hombros –. Da igual, Isabelle siempre tiene la última palabra

Intentaba no sonar celosa, aunque fue bastante obvio que algo andaba mal entre Isabelle y yo luego de ser tan autoritaria con el tema de Laurent.

Luego de un rato en silencio, un estruendo espantoso comenzó a sonar desde dentro del edificio.

Hva faen er det? – las palabrotas las solía decir en noruego para que Laurent no entendiera –. ¿Qué se supone que hacen allí dentro?

—ese no es el único problema – Sylvie me señalo al caminante que caminaba sobre una calle angosta

—yo me encargo, solo es uno

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora