Cincuenta y cuatro.

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Y ahí estaba yo, a punto de ser sacrificada por una bola de dementes

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Y ahí estaba yo, a punto de ser sacrificada por una bola de dementes.

La idea de explorar lugares nuevos me emocionaba siempre, pero ahora que estaba en esta situación, probablemente me lo pensaría dos veces antes de aventurarme en lugares desconocidos.

—¿Cuál es tu nombre, cariño? – me dijo Jess – queremos agradecer en tu nombre

—¿agradecer? – espete – ¡son unos desquiciados!

—Maxie, se llama así – informo Peter – al menos el otro sujeto la llamo así

Maldito infeliz, que tiene que estar dando información.

—excelente. Maxine, agradecemos este sacrificio que harás por todos nosotros, por los niños de esta comunidad y por las generaciones futuras. Tu sacrificio no será en vano, te recordaremos como la mujer valiente que fuiste

Hizo una especie de reverencia, seguida por todos los locos de su comunidad. Luego, con un gesto de su cabeza, dio la orden de colocarme la mordaza y llevarme con los caminantes de aquella fosa.

Me colocaron sobre una tabla, de pies y manos atadas en cada una de las esquinas de la madera. La cargaron entre seis hombres bastante robustos, ahí supe que la suerte que había tenido con el hecho de que Daryl llegaba como mi salvador se había agotado y este, en efecto, era mi fin.

Los gruñidos se intensificaron y yo cerré los ojos.

Espero que esto no nos duela.


[...]


Unas horas antes.

—no creo que sea seguro que vayamos ahí – Glenn negaba viendo la estructura

—pero ¿Qué tal que hay algo que nos pueda ayudar? – le dije subiendo mis cejas repetidas veces

—supongo que por eso tienen un enrejado gigante – obvió Aaron

—lo lamento Maxie, pero creo que ellos tienen razón. Ese lugar no se ve bien – Rosita frunció sus labios – mejor no hay que arriesgarnos

—iré con ella – el sheriff se ofreció – ustedes quédense aquí y si encontramos algo los llamamos, si corremos peligro los tendremos también aquí afuera

—Maxie...

Daryl me dio una de esas miradas de preocupación y de que lo que estaba haciendo era una tremenda locura.

—solo entramos y salimos, lo prometo – levante mi mano derecha –. No voy sola, Rick me cuida

—no la dejare sola ni un segundo – Rick apretó el hombro de Daryl – descuida, primero me matan a mi antes de que le pase algo a ella

Dixon intercambio miradas entre los dos, no la estaba pasando bien con todo esto y entendía él porque, no era la mejor cuando se trataba de evadir los problemas.

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora