Sesenta y ocho.

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Había logrado que Aaron y Daryl me dejaran con ellos en la búsqueda de nuevas personas para la comunidad

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Había logrado que Aaron y Daryl me dejaran con ellos en la búsqueda de nuevas personas para la comunidad. Se supone que yo tenía guardia en la puerta, pero algunos cuantos favores me dejaron libre para irme de expedición.

Llevábamos un par de horas fuera de la comunidad, solo habíamos conseguido algo de gasolina que le sacamos a un auto y un par de latas de sopa de tomate.

—¿creen que deberíamos regresar? – cuestiono Aaron viendo la posición del sol

—avancemos un poco más y veamos que hay en aquellos edificios

Daryl señalo con su cabeza un par de edificaciones que sobresalían de entre los árboles. No parecía estar lejos y volver con tanta luz del día era una pérdida de tiempo, tomando en cuenta nuestro botín.

Avanzamos entre la naturaleza, solo como medida preventiva de gente que pudiera llegar a nosotros mientras éramos presa fácil en medio de la carretera.

Aparte de que llevábamos a Daryl, el experto en rastreo. No me preocupaba en absoluto la forma de regresar a los vehículos que habíamos dejado atrás.

—¿ya te cansaste? – cuestiono Daryl hacía mi

—¿Por qué lo dices? – arrugue mi nariz

—ya no estas cantando esa estúpida canción – explico –. Te cansaste de ella o ya no tienes la misma energía de antes

—en primer lugar witzy araña no es estúpida, habla de superación personal por si no lo sabias – le aclare mientras lo señalaba con mi índice –. Y en segundo, sí, ya me cansé 

Hice un puchero, la semana pasada me había hecho un pequeño esguince en el pie y ahora toleraba menos las caminatas largas. Supuse que solo era cuestión de días, pero aún me costaba trabajo apoyar el pie.

—te dijo que no vinieras – Aaron contesto antes que Daryl, quien lo vio curioso de que supiera que iba a decir –. Eso es lo que ibas a refutarle

—¡vaya! Mírense, toda una pareja – bromee

—cállate – Daryl me empujo con el brazo – ¿quieres que paremos?

—no, estoy bien, ya falta poco y puedo descansar ahí

Les asegure a ambos y continuamos con la caminata.

Llegamos a una especie de zona industrial deshabitada. Los edificios que sobresalían parecían ser una bodega de un supermercado y el otro algo de textiles. Un par de casas al final de la calle, mientras que lo demás parecían ser pequeños negocios para los trabajadores de la zona.

—¿Qué vamos a investigar primero? – dije abriéndome paso con las dagas ya en las manos

—¿vamos? – cuestiono Daryl – tú vas a ir a sentarte a esa banca y nosotros iremos a inspeccionar

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora