Sesenta y dos.

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Un letrero rojo con algunas de las letras desgastadas nos dio la bienvenida

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Un letrero rojo con algunas de las letras desgastadas nos dio la bienvenida. Era un viejo hospital, aunque para este momento todo estaba desgastado por el tiempo.

Rick y Michonne en una de sus aventuras románticas lo encontraron, supusieron que todavía habría algo dentro y así es como terminamos varios en esta nueva misión.

—hagamos grupos de dos o tres – mencionó el sheriff, haciendo un mapa en una hoja de papel sobre el capo de un auto –. Limpiemos cada uno de los pisos y salgamos lo más rápido que podamos

—¿nos llevamos todo lo que encontremos? – pregunto Glenn

—sí, después en las comunidades veremos qué sirve – sentencio Rick –. Sí ven algo sospechoso, la mínima situación de riesgo, salimos

Los ojos de todos se posaron en mí, sentí las mejillas enrojecerse rápidamente.

—¿ahora que hice? – me encogí de hombros

—solo es para cuidarte – Michonne sonrió de lado –. Tú vienes conmigo, así nos aseguramos

—ella viene conmigo – Daryl gruño –. Sé de lo que es capaz, en ambos sentidos

—¡hey! Ya basta, no los voy a matar, lo prometo... creo – fruncí mi ceño

—más vale asegurarnos, Maxie – Grimes también sonrió –. Ve con Daryl y Jesús, ellos te cuidaran bien, piso dos

Rick dividió al resto, solo eran cuatro pisos así que no íbamos a tardar demasiado en inspeccionar, tomar las cosas y salir del lugar.

—te quiero en una pieza – Glenn me palmeo la espalda

—¡los odio a todos! – me quejé – que lo sepan

Nos colocamos en la posición de siempre, dos tocarían las puertas y los demás nos haríamos cargo de los caminantes que salieran por la puerta.

Me quedé en shock cuando vi a uno de ellos arrastrar un tubo con el que sostienen el suero, parecía que aún llevaba el catéter incrustado en el brazo.

—no creo que ya le sirva de mucho – encaje la daga sobre su cabeza

—Maxie, vamos

Daryl me hizo un gesto con la cabeza para ingresar al lugar. Siempre que entrabamos a un sitio así de viejo, tenía un olor bastante peculiar, pero siendo un hospital habia una mezcla extraña en el ambiente.

Sacudí la cabeza al pensar que esta gente probablemente murió encerrada o asesinada por el simple hecho de estar enfermos. Subimos las escaleras, yo en medio de Daryl y Jesús, a veces me sentía como una niña chiquita cuando salíamos de expediciones, sin embargo, lo entendía.

—nos vemos ahora – Ezekiel continuo el camino con Jerry y Dianne

—bien, ¿Cómo quieren hacer esto? – cuestiono Jesús

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora