¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vanessa y Lily eran madre e hija, se habían unido al grupo luego de la experiencia fatídica de Terminus. Al principio Daryl pensaba que serían carga extra, hasta que vio como Vanessa sabía defender con garras y dientes a su pequeña hija, un par de años más joven que Carl.
Eso lo llevo a creer que tal vez no sería tan malo agregar a alguien como ellas al grupo.
Al momento de llegar a Alexandria, las cosas entre ellos dos se pusieron un poco más cercanas. Daryl admiraba la manera en que Vanessa había salido delante de su embarazo adolescente, tener un hijo nunca es fácil y menos con quince años.
Vanessa por su parte admiraba como Daryl había luchado toda su vida para justamente eso, sobrevivir. Él no tuvo una infancia fácil, no hablaba de eso con todos, pero ella hizo que él quisiera compartir más de su vida, de hecho, acudía siempre a su casa cuando las cosas se ponían mal.
Poco a poco, se convirtieron en el lugar seguro del otro, hasta terminar siendo más que amigos. Al principio Vanessa pensó que él no estaría de acuerdo con el hecho de hacerse cargo de Lily, sin embargo, ellos dos también tenían una excelente relación.
—no Lily, pon el brazo más arriba – indico Daryl, quien le estaba enseñando a tirar con el arco –. Las piernas ligeramente más separadas, si no perderás el equilibro
—eres muy mandón – Lily se rio ante el gesto de Daryl
—bien, si no quieres aprender entonces...
Dixon tomo su ballesta para darse media vuelta, pero Lily corrió para poder abrazarlo. La acción ya no era tan nueva en el día a día de Daryl, pero aún se sentía algo extraño cada que ella tenía ese tipo de muestras de afecto.
—no te enojes, solo era una broma – Lily hizo un puchero, pestañeando –. Vamos, aun me quedan cinco minutos más de clase. Haré caso, lo prometo
—más te vale poner atención – Daryl gruño soltándose de su abrazo –. Anda, en el mismo punto y con los pies más separados
Vanessa veía todo desde una distancia considerable, le gustaba la forma en que Daryl se preocupaba por su hija, las clases habían sido idea de él, con el objetivo de que Lily estuviera preparada para cualquier ocasión. A pesar de ser joven, debía valerse por si misma, en ese mundo apocalíptico, nadie sabía que podía suceder.
Cuando la clase acabo, Lily se dirigió a su casa para darse una ducha e ir a sus clases por la tarde. En Alexandria tenían a unos cuantos adultos enseñando lo básico, creían que no todo era defenderse y saber manejar un cuchillo.
—esa niña es un dolor de trasero, pero es buena en lo que hace – Daryl se acercó a Vanessa
—tiene a un buen maestro, ¿Qué puedo decirte? – ella le guiño –. Esta muy emocionada porque le estas ayudando, me dijo el otro día que ahora también quiere clases con los cuchillos