Siete.

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Según Daryl ya estaba lista para sus maravillosas clases de rastreo. No se lo había pedido, la verdad, es que me daba vergüenza hacerlo, pero se ofreció un día que me atrapo repitiendo todo lo que él decía. Me gustaba hacer eso en clases y así aprendía mucho más rápido.

Salimos no muy lejos de la prisión. Yo seguía un poco extraña con él, bueno, bastante extraña con él, me limitaba a hablarle lo justo y necesario.

Hasta Hershel me interrogo para saber cuál era la causa, obviamente no dije nada que me delatara.

Durante el trayecto jugaba a patear unas piedritas, no quería tener que verlo si no era requerido para las clases y yo misma me reprendí cuando noté que mis ojos viajaban a su espalda un par de veces.

—¿Por qué estas tan rara? – escuche su voz interrogándome

—explícate... siempre he sido rara, Dixon – dije sin despegar la vista del suelo

—sí, eres un tanto extraña, pero no a estos niveles – seguía un par de pasos delante de mí

—¿Cómo que a estos niveles?

—desde lo que sucedió en el supermercado... tratas de evitarme, hablamos solamente cuando es necesario y tus chistes malos ya ni siquiera aparecen

Nunca lo había escuchado hablar tanto.

—¿Qué? No, no pasa nada – me quede estática cuando detuvo su andar y se giró – de verdad

—¿es por lo de Beth? – entrecerró los ojos

Mierda, mierda, ya se dio cuenta de lo que está pasando.

—¿Q-Qué de Beth? – tartamudee

—cuando fuimos a decirle lo de Zach... no demostró mucho y creo que hubo un momento donde te sentiste un poco desplazada – rasco su nuca

—¿Por qué lo dices?

Por qué tu intento de huir sutilmente no fue tan sutil... quizás.

—de repente te fuiste y no fue lo mismo desde entonces – se encogió de hombros – ¿el abrazo tuvo que ver?

—n-no – negué rápidamente — ¿Cuál abrazo? Daryl, en serio, no sucede nada, solo no quiero estropear nuestra amistad hostigándote

—no me hostigas – desvió la mirada

El silencio incomodo reino, suspire y continue caminando, no sabía más que decir y él no me estaba ayudando.

—¿vamos? O ¿planeas asesinarme y dejar mi cadáver en alguna zona difícil de encontrar? – le dije con mi tono sarcástico

—ahí está la Maxie que me gusta

Paso por mi lado con una mueca en su rostro, ¿habia dicho que le gustaba? Sonreí para mis adentros y comencé a avanzar dando saltitos como si Heidi me hubiera poseído.

La mecánica de esta lección seria ponerme a prueba, según Daryl lo que escucho que aprendí era suficiente como para llegar a la "meta". Un granero abandonado que encontró en una de sus expediciones fue dejando rastros desde ese punto para que yo pudiera encontrar dicho lugar.

—pero necesito una teoría, un porque – le dije cruzándome de brazos – pretendes que la encuentre así nada más ¿acaso quieres vivir aquí para siempre?

—tú puedes, aparte no hay prisa, ¿tienes algún compromiso muy importante que hacer? – arqueo una de sus cejas – yo tengo tiempo

—¿Rick sabe de esto? – le cuestione incrédula

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora