Treinta.

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Holi, antes que nada, quería desearles unas felices fiestas y espero que estén pasando unos días muy lindos con sus familias. 💓
Lo siguiente es que quiero recordarles que esto es un libro de OneShots, porque hoy hay una sorpresa y no quiero que se me espanten. Gracias por leer y por estar aquí.

Los toquidos en la puerta de la habitación me hicieron despertar de un solo golpe, al mismo tiempo que Daryl se levanta de igual manera intentando descifrar que es lo que estaba sucediendo

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Los toquidos en la puerta de la habitación me hicieron despertar de un solo golpe, al mismo tiempo que Daryl se levanta de igual manera intentando descifrar que es lo que estaba sucediendo.

—¿Qué está pasando? – dijo aun adormilado

—ábrele la puerta, siempre lo dejas afuera – talle mis ojos para poder ver bien – pobrecito

Desde que el apocalipsis comenzó, la vida de todos se modificó radicalmente y por consiguiente en la cabeza de muchos de nosotros los planes que habíamos construido, los sueños, las cosas que queríamos conseguir ya se encontraban en la basura.

Para mí con que el mundo se fuera al demonio era más que suficiente. ¿Qué más en mi vida podría cambiar tanto?

Hasta que llego él.

—¡mami! – al abrir la puerta, Leo corrió hacia la cama

—hola, mi amor – le quite el cabello de la cara – papi siempre se olvida de dejar la puerta abierta, perdón

Él solo asintió y se acurruco junto a mí en la cama.

—creo que alguien ya gano mi sitio – Daryl se cruzó de brazos

—te hacemos hueco, no te preocupes

—chi, papi

Leo alzo sus manitas hacía Daryl, quien no tardo ni dos segundos en unirse de nuevo a la cama. Ya que los días estaban siendo más lentos por toda la nieve, nos permitíamos estar tiempo extra juntitos por la mañana.

Nos teníamos que acomodar de mejor manera ya que la cama no era adecuada para tres personas, pero amaba ver a Daryl hacer gestos y provocarle cosquillas a nuestro pequeño hijo. Era una faceta de él que no esperaba conocer o al menos no siendo compartida conmigo. Sabía que sería bueno, después de verlo con Judith, Gracie, Hershel e incluso RJ, pero tener uno propio lo volvía diferente.

Aún recuerdo el día que Siddiq nos dio la noticia, hace un poco más de tres años. Los dos nos quedamos helados al saber porque mi cara se ponía más pálida, la razón de mis vómitos mañaneros y el hecho de que cada vez que Daryl llevaba algo que cazaba, yo tenía que huir de ahí.

Al principio no sabíamos que hacer o como íbamos a hacer para mantener a un niño a salvo en medio de un apocalipsis zombie, pero ambos estábamos convencidos de que, si el bebé ya venía en camino, lo único que nos quedaba por hacer, era cuidarlo, amarlo y protegerlo con nuestra vida si fuese necesario.

Y aquí estamos, tres años más tarde.

—¿Qué les parece desayunar algo de cereal? – sugirió Daryl luego de un rato

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora