Diecinueve.

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Holi, esto ya no pertenece a las dos partes anteriores 😅 este ya es un nuevo One Shot! Espero que lo disfruten, muchas gracias por seguir leyendo.

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Las primeras veces siempre marcan un antes y un después, aun estando en medio de un apocalipsis zombie.

Al salir ese día de expedición, no me pasaba por la cabeza que sería EL DÍA. Ese día donde por fin iba a experimentar lo que era besar a Daryl Dixon.

Su espalda chocaba con la mía, nos encontrábamos rodeados de caminantes por todos lados y no estaba siendo una experiencia nada bonita, ya que eran más de los que habíamos visto antes de entrar al local.

—eres un imán de locura, Max – me dijo luego de sacar su cuchillo del cerebro de un caminante

—¡ay! Podría decir exactamente lo mismo – me queje – que yo recuerde siempre estamos juntos cuando algo malo pasa

—¡enfócate!

Rodé los ojos para proseguir con la tarea de asesinar a unos muertos come humanos, el mundo postapocalíptico es muy extraño.

Luego de unos minutos pudimos deshacernos de todos. Me alegré cuando vi al último caer ante Daryl, ya se me habían terminado las ideas para golpearlos en la cabeza ya que una de mis dagas se quedó incrustada en el cráneo de uno de ellos y prefería seguir matando caminantes, antes de perder tiempo intentando sacarla.

—mierda, Max – Daryl se agacho al cráneo donde estaba enterrada mi daga -- ¿Qué hiciste?

—asesinarlo, de nada – coloque mis brazos en jarra

—digo para dejar tan adentro la daga

Forcejeo un poco con la daga, lo que hizo que los músculos de sus brazos se notaran en demasía. Tuve que dirigir mi vista hacia otro lado, ¿este hombre era consciente de lo que podía provocar en la gente?

—no sale – anuncio, segundos más tarde

—¡ay, Dixon! ¿Para qué te sirven esos músculos? – lo avente hacia un lado – esto debe de ser como el martillo de Thor

No, no era como el martillo de Thor, en lo absoluto.

Intente sacarlo pisando parte de su cuerpo y haciendo palanca hacia atrás, lo que provocó que me fuera hacia atrás, cayendo de culo al piso. El pie que tenía encima del difunto se me doblo y ahora me dolía. Daryl me tomo del torso y me levanto de un solo movimiento.

—para eso sirven mis músculos – se burló – aunque ahora eres la reina de Inglaterra, felicidades

—¿Qué? – fruncí el ceño

Dixon se agacho a recoger la daga que por azares del destino si había salido del cráneo, me atreví a hacer un baile de la victoria, pero mi semblante cambio de inmediato a uno de dolor.

—creo que se me torció el tobillo – me toque la zona

—¿Por qué no? – ironizo Daryl – vamos a ver que encontramos y volvamos a casa

Cada que hablaba así a mí me daba algo en la boca del estómago, me gustaba que de alguna forma me incluyera en su vida, aunque claro que ya estaba más que acostumbrado a mi presencia, por más que no le gustara la idea.

Revisamos todo el lugar, encontramos algunas cuantas cosas que podíamos tomar, algunas mantas y también el cadáver de un sujeto, supusimos que era el dueño de la tienda y había dado su vida por proteger su patrimonio.

—¿me cargas? – le sonreí al cazador de forma angelical

—¿Qué? no pienso cargarte – me dijo burlón – no esta tan hinchado, si puedes llegar a la moto

H E R O || Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora