H E R O || Daryl Dixon

Dieciseis.

A mí lo que se me daba bien era correr riesgos y no darme cuenta de las señales, aunque en mi defensa, había muchas ocasiones en donde esas señales no eran realmente claras.

Más si se trataba de lidiar con Daryl Dixon y su comportamiento totalmente indescifrable.

En esta ocasión, tome la decisión de irme de Alexandria un par de semanas para ayudar un poco en Hilltop, lugar que solía proporcionarnos de verduras y frutas que ellos solían cosechar y tomando en cuenta que Maggie ya se encontraba en aquel lugar, me pareció una gran idea echar una mano por aquel sitio.

Pero claro que esto no le hizo ni tantita gracia a Dixon, al menos eso demostró cuando se lo informe, cosa que tampoco tendría por qué hacer y me cerró la puerta en la cara. En fin, la decisión estaba tomada y no iba a ponerme a discutir con este hombre que lo único que hacía era confundirme.

Guarde mis dagas en su funda, me colgué la mochila al hombro y baje las escaleras dando brinquitos en cada uno de los escalones. Cuando crucé la puerta, vi a lo lejos Jesús, quien hablaba con Aaron y Rick bastante alegre, pero no me sorprendía, él siempre tenía una sonrisa puesta en su rostro.

—hablando de la reina de Roma – dijo el rubio en el momento que estuve a su lado -- ¿estás lista?

—sí, aunque no me gusta que hablen de mi a mis espaldas – les regalé una mala mirada a todos

—solo podemos hablar cosas buenas de ti, Maxie – Aaron me guiño – estábamos viendo como calmar a la fiera que nos dejaras en tu ausencia

Ladee mi cabeza, ¿fiera?

—Daryl – explico Rick –, cuando vuelvas, van a tener que hablar

—¿hablar de qué? – me cruce de brazos

—de los celos que le causas – Jesús me tomo por los hombros – Max, acéptalo, le gustas

—yo no sé nada – me solté de su agarre – Daryl siempre tiene actitudes raras, eso hace que me confunda y no estoy lista para algo así. Ya tengo suficiente con tener que sobrevivir por los caminantes

—como digas, pero de que va a estar de muy mal humor hasta que vuelvas, te voy a pasar factura de eso – Rick bromeo

—no doy terapia – le enseñe la lengua – ahora si me permiten, iré a ganarle el asiento de enfrente a este galán

Codeé a Jesús y corrí hacia la camioneta, ni siquiera dije adiós, simplemente me subí al vehículo suplicando para que nos moviéramos rápido.

[...]

Nada más llegar a Hilltop, Luka, uno de los chicos que vivía allí desde que la comunidad se hizo comunidad y que se hizo mi amigo gracias a las veces que solíamos coincidir, se acercó rápidamente para ayudar a bajar algunas cosas que también mandaba Alexandria.

—Maxie – me apretujo contra su cuerpo – así que vamos a ser dignos de tu presencia ¿no?

—sí, solo por unos cuantos días – aún estaba rodeada por sus brazos – podre molestarte todo el tiempo que yo quiera

—sabes que a mí nunca me molestas

Me soltó, al mismo tiempo que guiñaba. Jesús simplemente carraspeo ante aquella escena, gire para tomar alguna caja, el rubio me sonrió con picardía, como si pretendiera que entre el chico y yo hubiera algo más que una simple amistad.

—ni empieces – le advertí

—yo no dije nada – se defendió –, pero ahora entiendo por qué los celos