Sentencie mi vida por una estupidez.

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Eleanor

Ha sido un espanto de día, hoy me he levantado muy tarde, por lo cual salí de prisa de casa y terminare llegando muy tarde a clases, para mí mala suerte la primera clase la impartirá el maestro de química a quien odio y detesto, yo le llamo el ogro, él es muy estricto y dominante, ¡¡Ja!! Como si eso me intimidara a mí. Hace poco ese maestro llegó a impartir clases en la universidad, desde que lo vi sentí que algo no andaba bien con él, sentí mala espina, temor de algo que no puedo explicar. Y como siempre la mala suerte me acompaña ese profesor termino siendo mi vecino, sin querer a veces observó lo que hace, enserio a veces he notado que hace cosas muy extrañas y que asustan, no son cosas de personas normales, se que él nota mi mirada intensa la cual no me inmutó en disimular. Se que oculta algo y yo seré quien lo descubra, tengo la idea loca que se trata de un asesino serial o psicópata, mi madre me regaña por ser tan entrometida en sus palabras “Metiche” lo acepto me gusta el chisme, es un pecado con el que lucho cada día. Pues en fin llegué al salón de clases que es más bien como un salón de conferencias con gradas, hay asientos con mesas integradas, somos cientos de alumnos. Intente entrar disimuladamente pero la tonta de yo tumbó unas cosas al pasar, claro el maestro psicópata me mira intensamente, yo solo cierro los ojos con fuerza “Estupida” me digo a mi misma.

—Señorita Eleanor ¿De nuevo llegando tarde? —Me dice el profesor, su voz es fría.

—Lo siento no volverá a pasar.

—No haga promesas que no podra cumplir. Mejor ya pasé y siéntese que ha distraído al resto de la clase... Me rindo con usted.

Él vuelve a girarse y lo cual aprovecho para hacerle una mueca, saco mi lengua. Tomo asiento al lado de mi mejor amiga, su nombre es Fátima, en donde en la misma mesa está nuestro mejor amigo Esteban.

—¿Por qué has llegado tarde? —Me pregunta Fátima y Esteban en susurros.

—Me quedé dormida.

—De seguro te desvelaste viendo tus dramas —Me dice Fátima.

—No te metas con mis dramas que son sagrados. —Le digo orgullosa.

Pronto el maestro nos silencia molesto, ¡¡Ashh!!, lo odio.

La clase termina y salimos del salón de clases, me quedo afuera en la puerta charlando con mis amigos.

—Ay Eleanor, ya sabes que el profesor te tiene en la mira, ya no debes llegar tarde —dice Fátima.

— Sí lo sé, pero me gusta molestarlo —le confieso.

—No entiendo porque te cae tan mal, todas las chicas están locas por él, incluso yo, es tan guapo, alto, varonil, ese tonificado cuerpo, sobre todo el porte que lo caracteriza lo hace un Dios, a pesar de ser maestro él aún es muy joven no nos lleva mucha edad, apto para ser mi novio —Fátima me confiesa.

—Exageras, no es tan, tan guapo. El que si es guapo es mi crush Cristian.

Nos interrumpe Esteban que nos acompaña.

—¿Que dices?, por supuesto que no, el profesor es un millón de veces más guapo que Cristian, lo que pasa que el amor es ciego.

—Pues será muy guapo ese profesor, pero no le quita lo engreído, gruñón, ogro, psicopata y sobre todo esa amargura que se carga, ustedes solo lo soportan aquí pero yo aún tengo que soportarlo cómo vecino, él oculta algo estoy segura de eso —les contesto.

Fátima y Esteban agrandan los ojos, se quedan estáticos.

—¿Que les pasa? ¿Por qué tienen esas miradas?

Escucho un carraspeo atrás de mí, por ese aroma que inunda a mis fosas nasales se de quién se trata, agachó la cabeza luego me giro y termino de confirmar que es el profesor psicópata.

— Profesor —. Arqueo una sonrisa para disimular.

—¿Profesor psicópata? —Su temple es sombrío y frío.

—Si, les estaba contando a mis compañeros de un profesor que es muy raro, por supuesto que no se trata de usted.

—Si claro, ¿además de mí que otro profesor tiene de vecino? Es claro que hablaba de mí.

Sin más se marcha enojado.

—Eleanor, ahora sí la cagaste —me dice Esteban.

Tenso el rostro de preocupación.

—Siii, la regué, ¿y si se desquita conmigo y me mata?

—Tu si exageras —me dice Fátima.

Mi Maestro Es Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora