CAP 15 Una cama llena de hombres

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ACE
Todos miramos a Erica con cara de asombro. El vestido que llevaba puesto esta hecho pedazos y está atado aquí y allá en un esfuerzo por cubrir su cuerpo. Miro su hermoso cuerpo y me siento increiblemente culpable por burlarme de su peso el otro día.
—Erica es mi compañera—, dice Chris en voz baja.
—También es mía—, añade Bryce.
—Mía también—, añado yo.
Siempre supimos que existía la posibilidad de que compartiéramos una pareja, pero creo que ninguno de nosotros esperaba que ocurriera.
— ¿Qué hacemos con ella?— Bryce se muerde el labio inferior mientras contempla a nuestra compañera.
Chris golpea a Bryce en el hombro y lo lanza contra la pared.
—¿Cómo que qué hacemos con ella?
—No podemos dejarla en el puto suelo , le contesta Bryce a Chris y le empuja con fuerza,
- ¿Queréis dejar de pelear?—, les siseo a los dos. - La recogeremos y la llevaremos a mi habitación.
- ¿Por qué a tu habitación?— Chris me mira mal.
—Porque está justo aquí—, señalo mi habitación. Bryce y Chris me miran con frustración.
—Creo que deberíamos llevarla a su habitación—, dice Chris brevemente. —No creo que le haga gracia despertarse en una habitación extraña.
—Lleva varios días limpiando mi habitación. No es un lugar extraño,
—me dice Bryce moviendo las cejas.
—La vamos a llevar a MI habitación—, reitero.
Bryce abre la boca para protestar, pero no tiene esa oportunidad porque la puerta se cierra de golpe escaleras abajo, interrumpiendo nuestra discusión.
El sonido de la voz de mi madre empieza a recorrer la casa y sé que tenemos que llevar a Erica a algún sitio donde mi madre no la vea. Miro a mis hermanos antes de coger a Erica en brazos y llevarla con cuidado a mi dormitorio. Miro su vestido hecho jirones y los cortes de su cuerpo y no puedo evitar preguntarme que le habrá pasado esta noche. Parece que alguien se haya peleado con ella.
Bryce retira las mantas de mi cama y yo tumbo a Erica antes de arroparla con las mantas.
— ¿Cómo es posible que todos tengamos la misma compañera?—, pregunta Chris mientras se sienta en el borde de mi cama y le aparta el pelo de la cara a Erica. Ella murmura algo en sueños
antes de apoyarse en la mano de Chris.
—Sabiamos que sería una posibilidad—, les recuerdo a mis hermanos. —Al fin y al cabo, somos idénticos.
Bryce se pasea por el suelo de mi dormitorio mientras murmura para sí mismo una y otra vez.
— ¿Cuál es tu problema? —Chris le dice a Bryce en voz baja.
— ¿Ustedes no ven el problema?—. Bryce nos susurra con dureza y ambos lo miramos confundidos. —Hemos estado torturando a Erica básicamente durante los últimos dieciocho años. No hay forma de que acepte el vínculo de pareja con ninguno de nosotros.
—No sé ustedes dos, pero yo siempre me metí con ella porque me gustaba—, digo y de repente me doy cuenta de lo estúpido que suena.
—Ella siempre ha sido la única constante en nuestras vidas además de nuestros padres-, murmura Chris, negándose a apartar los ojos de Erica, * ¿Y si no nos acepta?
Tendremos que compensarla, digo en voz baja. -Tendremos que demostrarle que somos dignos,
—Es imposible que madre esté de acuerdo con esto-, nos recuerda Chris, —Ella es una marginada, una pícara.
- ¿Quién es madre para cuestionar con quién nos emparejó la Diosa de la Luna?—, le espeta Bryce a Chris, —Además ella es de sangre Beta.
Sentada al otro lado de la cama miro al ángel que yace ante mí. Lo que dije era cierto. Siempre me había metido con Erica porque pensaba que era la criatura más hermosa que la Diosa de la Luna había puesto en esta tierra. Cuando era más joven no sabía cómo expresar esos sentimientos, así que me metía con ella. Ahora, la idea de perderla por cómo actuamos es un dolor punzante en mi pecho. Ella tendría que aceptar el vínculo. Me mataría que nos negara.
Chris se levanta de la cama y se pasa los dedos por el pelo. —¿Están todos preparados para compartir pareja?
Miro a Bryce y él se limita a encogerse de hombros como si no fuera para tanto y yo le doy la razón. —Siempre lo hemos compartido todo—, le recuerdo a Chris. — ¿Por qué nuestra pareja iba a ser diferente?
— ¿Estás preparado para saber que tu compañera se acuesta con uno de nosotros cuando no está contigo? —me sisea Chris.
Niego con la cabeza. —Ella nos pertenece a todos —le recuerdo a Chris.
— ¿Y si no nos quiere a todos?—. La voz de Chris es de pánico. —¿Y si solo elige estar con uno de nosotros?
—Ella no hará eso—, dice Bryce con seguridad.
—No lo sabremos hasta que despierte—, me encojo de hombros.
Me quito los pantalones y me meto en la cama junto a ella, que se acurruca en mi pecho.
—Oh, ahora si que nos vamos a quedar a dormir—, dice Bryce mientras se quita los pantalones y se mete en la cama del otro lado de Erica.
—Espera...— dice Chris enfadado. — ¿Por qué les toca a ustedes dos dormir a su lado?
Bryce sonrie mientras le pasa suavemente un dedo por la mejilla.
—Porque has esperado demasiado.
—Y es mi habitación—, apostillo con una sonrisa.
Chris se quita los pantalones de traje y se tumba al final de la cama. —La próxima vez llamo a la cuchara grande-, dice con un gran bostezo.
—No si yo llego primero—, dice Bryce mientras se acurruca junto a
Erica e inhala profundamente.
— ¿Has pensado alguna vez que quizá esta no sea la mejor manera de que se entere de que somos compañeros? —dice Chris con sueño. —Despertarse en una cama llena de hombres.
—Sólo estás celoso de no haber conseguido un buen sitio—, me río entre dientes mientras le rodeo la cintura con los brazos y la atraigo más hacia mí.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora