Cap 74 Ya no soy mi pareja

6K 374 0
                                    

Punto de vista de Ace

Bryce sale furioso de la trastienda del bar con una expresión de dolor en el rostro. Inmediatamente sé lo que pasó en esa trastienda. Le ha rechazado.
Mi corazón se hunde al pensar en lo que podría haber sido.
Realmente pensé que los cuatro podríamos haber sido felices juntos, pero supongo que me equivoqué.
Bryce salta sobre la barra y le acerco su bebida, pero él la aparta.
—Vámonos de aquí—. Le tiembla la voz y por primera vez en su vida creo que podría verle llorar.
—¿Dónde está Erica? le pregunto antes de terminar la bebida que tengo delante.
Bryce gruñe enfadado al oír el nombre de Erica. -Sigue en la parte de atrás—, dice bruscamente antes de coger la bebida que apartó y llevársela a los labios. Inclina la espalda y se la bebe de un trago.
Meneando la cabeza por el sabor del whisky, Bryce se tapa la boca con el puño y estoy segura de que va a vomitar.
—Empiezo a preguntarle qué ha pasado en la trastienda, pero Bryce niega con la cabeza, enfadado.
—Aquí no—, dice mientras se pone en pie y sale del bar.
Lanzo unos cuantos billetes a la barra y le guiño un ojo a Lynne antes de seguir a mi hermano por la puerta. Para cuando llego fuera, Bryce está golpeando el lateral de mi coche, dejando enormes abolladuras en la puerta.
—Tío—, grito mientras corro a su lado. —¿Qué coño pasa?—
—Me ha rechazado, joder—, grita en la noche antes de volver a golpear la puerta de mi coche con la mano.
Me paro en el aparcamiento del Bunny Club con cara de desconcierto. Pensaba que habíamos venido aquí para que Bryce rechazara a Erica.
—Creía que habíamos venido para eso—, pregunto confundido.
—Es que... Quiero decir... era—, tartamudea Bryce. —Pero cuando la vi....
—No pudiste hacerlo—, termino la frase por él.
Bryce por fin deja de hacer abolladuras en el lateral de mi coche y nos quedamos de pie en el oscuro aparcamiento. En este momento sé que ninguno de los dos está dispuesto a abandonar este lugar sin Erica.

El estruendo de la música procedente del bar llena el silencio entre Bryce y yo. Bryce mira al suelo y patea la grava del aparcamiento.
—¿Qué vamos a hacer?— Le pregunto en voz baja.
—Ya no es mi compañera—, Bryce se ríe entre dientes pero puedo ver las lágrimas que se forman en sus ojos. —¿Qué vas a hacer?—.
—¿Lo aceptaste?— le pregunto a Bryce.
—¿Qué?— Bryce levanta la cabeza y me mira confundido.
—Por el amor de Dios, Bryce. ¿No prestaste atención a nada mientras crecíamos? Para romper el vínculo de pareja tienes que aceptar el rechazo—. Sacudo la cabeza con frustración.
—No lo acepté—, dice Bryce. —Le dije que no cuando me lo pidió
—Entonces no es demasiado tarde—, le digo a Bryce casi alegremente. -Todavía estamos a tiempo de arreglar esto-.
—¿Qué esperas que haga?—. Bryce se pasa los dedos por el pelo y tira de él. —No hay forma de que venga conmigo ahora. Me odia
—No me iré de aquí sin mi compañera-, le digo a Bryce. -Estoy harto de esperar a que vuelva a casa por su cuenta—. Me alejo del coche y vuelvo al Bunny Club. Me abro paso entre la multitud y vuelvo al bar. Sólo veo a la pelirroja en la barra. Levanto la nariz al aire y casi me falta el aroma de la lavanda. Golpeo fuerte con la mano en la barra, llamando la atención de Lynne.
Lynne se acerca a mí y se inclina sobre la barra. Puedo oler el whisky en su aliento mientras me habla.
—Se ha ido—, me dice con el ceño fruncido.
—¿Cómo que se ha ido? Le gruño a Lynne.
—Quiero decir que se ha ido con uno de vosotros—, dice Lynne con una expresión extraña en la cara. -Aunque no sé con cuál, pero obviamente no fuiste tú—.
Frunzo las cejas confundida. -¿Cuántos estábamos aquí esta noche?—. le pregunto.
—Tres—, dice Lynne con una sonrisa torcida. —Uno de vosotros ha estado viniendo al bar todas las noches y vigilándola—.
—¿Chris ha estado aquí?—. Me quedo boquiabierto.
Lynne se encoge de hombros. —Supongo que sí. Ahora, tengo otros hombres deseosos de mi atención. ¿Hemos terminado con esto?—.
—Sí—, digo enfadado mientras me doy la vuelta y me voy.

Salgo furioso del bar y vuelvo al coche, donde veo a Bryce esperándome con los brazos cruzados sobre el pecho. Sus ojos se clavan en los míos mientras camino hacia el coche.
—¿Dónde está? pregunta Bryce con un deje de urgencia en la voz.
—No te lo vas a creer—, me río entre dientes. —Se fue con Chris.
Bryce se da la vuelta y golpea de nuevo mi coche. —Claro que se fue—, gruñe en la noche. —Se lo ha estado follando todo este tiempo—
Vuelvo a mirar a Bryce confundida. —¿Qué te hace decir eso?
—Ella me lo dijo—, dice Bryce enfadado.
—Qué coño—, gimo. —¿Cuándo se complicó esto tanto, joder?—.
—Cuando la Diosa de la Luna nos dio a todos el mismo compañero—, vuelve a gruñir Bryce.
—¿Se escaparon juntos?— le pregunto a Bryce.
—Ella dice que no—. Bryce se pasea de un lado a otro junto a mi coche. —Ella afirma que él la cazó—.
—Eso suena a algo que habría hecho Chris—, le digo a Bryce, pero está demasiado enfadado para escuchar. No quiero creer que Erica y Chris huyeran juntos y nos dejaran atrás.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora