Cap 103 Nos salvaste

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POV de Ace

Mis hermanos y yo paseamos fuera de la habitación del hospital. Nos han echado de la habitación por ocupar demasiado espacio.No dejo de echar un vistazo a la habitación del hospital. Los médicos y las enfermeras van y vienen de la cama con distintos equipos médicos. Tengo que apartar la mirada.
Erica está gris en la cama del hospital. Ha perdido tanta sangre que necesitará una transfusión. El único problema es que no encuentran a nadie compatible. Su grupo sanguíneo es tan raro que el hospital no lo ha visto nunca.
De repente, se me ocurre una idea. Irrumpo en la habitación del hospital y todas las enfermeras y el médico me miran asombrados.
—Alpha, tendrás que esperar fuera—, me dice uno de los médicos con el pánico reflejado en la cara.
—Tengo una idea—, grito mientras una de las enfermeras intenta empujarme fuera de la habitación. —¡Puede usar nuestra sangre! Somos sus compañeros—.
El médico se detiene un momento a pensar. —Puede que funcione-, dice finalmente el médico. —Ven aquí.
Entro corriendo en la habitación y me remango. La enfermera me tumba en una camilla y rápidamente encuentra una vena en mi musculoso brazo. Me da un balón blando y me dice que lo apriete despacio. Conecta el otro extremo de mi vía a la de Erica. Aprieto la bola con la mano y noto cómo la sangre sale lentamente de mi brazo.
Al cabo de unos minutos, las alarmas de las máquinas de Erica empiezan a apagarse una a una. Levanto la vista y veo a mis hermanos mirando a través de la puerta del hospital con cara de alivio.
—Alfa—, se me acerca en voz baja una de las enfermeras. -Has donado toda la sangre que has podido de forma segura a tu compañera—.
—¿Ha sido suficiente?— Pregunto con cautela.
—Parece que sí—, la enfermera me ofrece una pequeña sonrisa. - Pero si necesita más, supongo que tus hermanos estarán más que dispuestos a donar también.
La enfermera retira la vía de la intravenosa de Erica y de mi brazo antes de hacer señas a mis hermanos para que entren en la habitación. Bryce y Ace intentan entrar en la habitación al mismo tiempo, empujándose el uno al otro mientras intentan entrar antes que el otro.
—Eso fue pensar rápido, me dice Bryce. —Gracias por salvar a nuestra compañera
Todos miramos a nuestra compañera. Sigue pálida, pero ya no tiene el color grisáceo de antes. El pitido constante de su máquina nos hace saber que está bien.
—Deberíamos imos a casa a dormir—, digo sabiendo muy bien que ninguno de nosotros saldrá de esta habitación hasta que Erica lo haga.
Bryce y Chris se miran y yo me río. —No nos iremos hasta que ella lo haga—, dicen al mismo tiempo.
—Me lo imaginaba—, les digo a mis hermanos. —Yo tampoco me voy—
Unos golpes en la puerta llaman nuestra atención. Levantamos la vista y vemos que Beta Aaron y su compañera Evelynn están en la puerta.
Bryce corre a su lado y los abraza. Es la primera vez que alguno de nosotros abraza al Beta o a su compañera. Se quedan atónitos mientras le dan torpes palmadas en la espalda a Bryce.

—Alfa—, Beta Aaron nos saluda con la cabeza mientras entra en la habitación y se acerca a su hija.
—Beta Aaron—, decimos al unísono.
—¿Qué le ha pasado?— pregunta Evelynn en voz baja. -
Acabamos de recibir una llamada de tu padre diciendo que Erica estaba en el hospital y que era seguro que volviéramos—.
—Ella pateó totalmente el trasero del Alfa de la Manada Oeste, dice Bryce emocionado.
—Pero entonces su hijo le sacó un cuchillo de plata—, Chris aclara mientras se aparta del lado de Erica para poder estar junto a su hija.
—¿Se va a poner bien?— pregunta Evelynn mientras toma la mano de su hija entre las suyas.
—Ace, aquí estuvo pensando más rápido que los médicos y le salvó la vida—, Chris me da una palmada en la espalda.
—Gracias por salvar la vida de mi hija—, dice Beta Aaron en voz baja.
—Ella significa mucho para nosotros—, le digo al Beta.
—He oído que es tu compañera—, gruñe ligeramente Aarón Beta.
—Es compañera de todos vosotros—.
—Sí—, admito. —Nos pertenece a todos—.
—Bueno, eso es nuevo—, se ríe Evelynn. —Todos os odiabais de pequeños—. Evelynn parece estar más de acuerdo con la situación que su compañero.
Beta Aaron se aclara la garganta con torpeza. -¿Has marcado a nuestra hija?—
Todos giramos la cabeza hacia un lado y les mostramos la marca brillante que tenemos en el cuello. Evelynn mueve suavemente la cabeza de su hija hacia un lado y mira la luna creciente que brilla
intensamente en su cuello.
—Bueno, eso es diferente—, dice Evelynn mientras roza suavemente con la mano el cuello de su hija.
El ligero contacto con la marca de Erica parece sacarla de su letargo. Sus hermosos ojos azules comienzan a abrirse. —¿Mamá? ¿Papá?— Susurra con voz ronca. Luego cierra los ojos y murmura algo sobre sueños.
—Estamos aquí, cariño—, dice Evelynn mientras aparta el pelo de la cara de su hija.
Erica abre los ojos al oír la voz de su madre y se sienta en la cama con una mueca de dolor. Evelynn empuja suavemente a su hija hacia la cama.
—Mamá, no puedes estar aquí—, dice Erica con lágrimas en los ojos. —No es seguro para ti—.
—Al parecer, alguien mató al Alfa de la Manada Oeste y descubrió quién nos incriminó—, dice Aaron Beta mientras nos mira a los tres.
—Yo lo hice—, dice Erica mientras deja caer la cabeza sobre la almohada detrás de ella. -Yo te liberé-.
—Sí, lo hiciste, nena—, dice Aarón Beta con orgullo en la voz.-Nos salvaste. A ti y a tus compañeros—.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora