Punto de vista de Erica
El apartamento es una habitación individual con una pequeña cocina y un baño diminuto a un lado. No hay lavadora ni secadora y una fina capa de polvo lo cubre todo.
—Ashley se pasea por la habitación. —¿Estás segura de que quieres hacer esto?—.
—Si no puedo tener a los tres no quiero a ninguno. Además antes de sentar la cabeza y convertirme en su Luna quiero tener la oportunidad de descubrir quién soy.— Digo mientras camino por el sucio apartamento. —¿Cuánto costaba este otra vez?—.
Ashley saca el anuncio de su bolsillo. —800 dólares al mes.
Miro alrededor del apartamento una vez más. Mordiéndome el labio inferior, intento hacer cuentas en mi cabeza. En mis ahorros tengo suficiente para el primer y el último mes y tal vez uno más si soy lo suficientemente cuidadosa con mi dinero.
—Creo que podré salir adelante si encuentro un trabajo—, me digo en voz alta.
—¿De verdad piensas vivir... aquí?—, Ashley arruga la nariz. —Eres la hija de un Beta, por el amor de Dios. Estás apareada con tres de los hombres lobo más poderosos del mundo y vas a dejarlo todo para vivir aquí.—
—No estoy marcada ni apareada con los hermanos, así que técnicamente no soy más que una pícara—, le digo mientras cojo un bolígrafo del bolso y empiezo a rellenar la solicitud.
Ashley se inclina y me olfatea. —No hueles como un pícaro—, dice con una mirada divertida. —¿No se supone que los pícaros huelen mal?—.
—Creo que si—, digo mientras miro la lista de referencias. -
¿Puedo apuntarte como referencia?—.
—¿De verdad vas a hacer esto?— pregunta Ashely.
—Prométeme que no le dirás a nadie dónde estoy—, le pregunto.
—Los dos sabemos que primero van a venir a buscarme a ti—.
—Estás literalmente justo fuera de la frontera de la manada—, se burla Ashley. —No será tan difícil encontrarte si realmente buscan
-No vendrán a buscarme—, digo y Envidia aulla tristemente en mi cabeza. —He bloqueado sus números y he dejado casi todo atrás.
Sólo traje lo que traje a la manada del Norte—.
Termino de rellenar la solicitud y mi bolígrafo vacila antes de garabatear rápidamente mi nombre al final. Ashley suelta un suspiro frustrado mientras me mira.
—No va a ser lo mismo en la manada sin ti—, resopla con los brazos cruzados sobre el pecho. Me doy cuenta de que intenta no llorar.
—Vamos—, le digo mientras tiro de su manga. —Vamos a buscar al administrador del edificio—.
Al entrar en el despacho del administrador, me llevo una grata sorpresa. Me esperaba una capa de mugre y suciedad por todas partes, igual que en el apartamento, pero está limpio y ordenado.
Suena un timbre cuando la puerta se cierra detrás de mí. Ashley se acurruca junto a mí como si se sintiera en peligro.
Su estado de ánimo cambia al instante cuando un hombre apuesto de pelo oscuro y rasgos melancólicos sale de la parte trasera de la oficina. Se limpia las manos grasientas con un trapo que deja a un lado mientras se acerca a nosotros.
—¿Puedo ayudarle? Sus ojos se centran en los míos y es mi turno de sentirme incómoda.
Ashley me empuja a un lado y le dedica unas largas pestañas. - Busco tu número de teléfono—, dice con su voz más seductora.
Él apenas le dedica una mirada antes de volver a concentrar la intensidad de su mirada en mí.—Umm... — Intento romper el incómodo silencio de la habitación.
—Me interesa el apartamento 2B—.
Le tiendo el papel para que lo coja, pero sólo lo mira en mi mano.
—No tienes trabajo y sólo tienes una referencia. No—.
Me sorprende. No puedo creer que me diga que no tan rápidamente. Se da la vuelta para entrar en la trastienda de la oficina y yo sigo en estado de shock.
—Tengo el primer y el último mes de alquiler—, le grito, lo que le hace detenerse.
—¿Y los otros diez meses del año?—. dice bruscamente.
—Prometo arreglarlo—, oigo el tono suplicante en mi voz. —Por favor.
—Prometes averiguarlo—, dice con una pequeña sonrisa en la cara. —Déjame adivinar—, señala a Ashley. —Ella es tu referencia
—Lo soy—, dice Ashley mientras se inclina sobre el escritorio empujando su escote.
—¿Tiene siquiera dieciocho años?— me pregunta el hombre con una risita en la voz.
Cuelgo la cabeza. —No, no tiene—.—Así que no tienes trabajo ni referencias—, se ríe de mí. —No puede hablar en serio—.
—Por favor, señor-, empiezo. —No tengo a nadie ni nada. Sólo intento encontrar un lugar donde empezar de nuevo—.
—¿De qué huyes?—. Me levanta una ceja.
—No quieres saberlo—, murmura Ashley en voz baja.
Por primera vez, el hombre se ríe a carcajadas de nosotros dos. Me imagino que estaba intentando mantener la compostura al vernos.
Se mete la mano en el bolsillo, saca una tarjeta de visita y me la tiende para que la coja. —Toma—, me dice mientras cojo la tarjeta.
—Si Romeo te contrata, te dejaré quedarte en el apartamento—.
Miro la tarjeta de visita que tengo en la mano y en el anverso aparece una mujer con poca ropa. En letras rosa neón sobre el cuerpo de la mujer está el nombre del negocio, 'The Bunny Club.
Miro la tarjeta y me tiemblan las manos. —¿Es un club de striptease?— pregunto en voz baja.
—Lo es—, me dice el hombre. —Pero no todas las chicas que trabajan allí son strippers. También necesitan camareras y esas cosas—.
Respiro hondo, miro la tarjeta y me trago mi orgullo. —Vale, iré—.
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Maldecida con los trillizos alfa
Werewolf-Yo fui el primero en besarla-, alardea Bryce. -Yo la llamo virginidad -, grita Ace en voz alta. -Ella me amara primero-, responde Chris enfadado. Erica pone los ojos en blanco y pisa fuerte. - ¡Los odio! Los odio a todos. Erica se encuentra sin hog...