Cap 61 Os necesito a todos

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Punto de vista de Erica
Me escuece la mano de haberle dado una bofetada a Chris, pero se lo merecía. Me abandonó. Me quitó la virginidad y luego me dejó. De hecho, cuanto más lo pienso, más se merece una bofetada.
Un gruñido grave escapa de mis labios mientras miro a mi compañero. —¿Qué coño haces aquí?—.
—Podría pedirte lo mismo—. Chris cruza los brazos sobre el pecho y me fulmina con la mirada. -Y parece que acabo de salvarte el
culo—
—Podría haberme arreglado solo—, me río a carcajadas. —No necesito que luches mis batallas—.
—No habría habido batalla si te hubieras quedado en la Manada del Norte, donde perteneces—. Las palabras de Chris son afiladas y me cortan hasta la médula.
—Tú te fuiste primero—, digo. Siento que se me llenan los ojos de lágrimas. En cualquier momento voy a empezar a llorar, pero no de tristeza, sino de rabia.

—Hice lo que tenía que hacer—,me dice Chris. Me mira impasible mientras yo le fulmino con la mirada. —Hice lo gue era mejor para los cuatro—.
No puedo evitar burlarme de él. —Así que quitarme la virginidad y desaparecer a la mañana siguiente es lo mejor para mí—.
Los ojos de Chris se abren de sorpresa. —No pensé que importara, ya que tenías a Ace y a Bryce para mantenerte ocupada—.
—¿Ocupados?— Le chillo. —¿Qué coño se supone que significa eso?—.
Pasándose los dedos por el pelo ya desordenado, Chris deja escapar un suspiro. —
Es que no soportaba verlos contigo después de estarlo—.
—Y una mierda—, le grito. —Si no recuerdo mal seguías muy involucrado después de tu... vuelta—.
—No quiero compartir a mi pareja—, escupe mientras su cara se pone de un rojo intenso.
Me alejo un paso de él y me quedo con la boca abierta. —Eso es algo que deberías haberme dicho hace dos semanas, antes de quitarme la virginidad y salir corriendo a la mañana siguiente como si yo fuera un rollo de una noche—.
—Como te dije antes,— la voz de Chris es baja y calculadora. —No pensé que me echarías de menos porque tenías a Ace y a Bryce.-
—Eres tan tonto como tus hermanos—, gimo. —Os necesito a todos para sentirme completa—.
—¿Estás diciendo que no puedes ser feliz con uno solo de nosotros?—. A Chris se le cae la cara de vergüenza.
—Eso es exactamente lo que estoy diciendo—. Coloco las manos en las caderas y le fulmino con la mirada.
Chris y yo nos miramos durante varios minutos. Ninguno de los dos está dispuesto a hablar con el otro. Estoy enfadada porque me han localizado mis tres compañeros la misma noche. Chris está enfadado porque he abandonado la Manada del Norte.
Finalmente, el silencio empieza a afectarme y tengo preguntas de las que quiero saber las respuestas.
—¿Desde cuándo sabes dónde estoy?— le pregunto a Chris.
—Desde hace una semana y media. Ace y Bryce me llamaron y me dejaron un mensaje diciendo que habías desaparecido. Empecé a buscarte inmediatamente—.
—¿Así que me has estado vigilando durante la última semana y media?—. Siento que la ira me sube al pecho.
—Sólo quería asegurarme de que estabas bien—. Chris intenta defenderse. —Nunca has estado sola antes—.
Pongo los ojos en blanco. —He estado sola muchas veces. Estuve solo tres años en la universidad-.
—Eso fue diferente—, dice Chris avergonzado. —Tenías a tus padres a tu lado. Esta es la primera vez que no tienes a nadie—.
Por mucho que odie admitirlo, tiene razón. Era la primera vez que estaba sola, pero me las arreglaba bien sola. Tenía un trabajo y un apartamento. También había planeado matricularme en la universidad local para terminar la carrera. Me las arreglaba bien sola. Lo último que necesitaba era que Chris se abalanzara sobre mí como un caballero blanco e intentara arruinar todo lo que había construido. Las últimas dos semanas han sido tan liberadoras.
—No necesito que me rescates—, susurro. —Lo estaba haciendo bien por mi cuenta—.
—Sé que lo estabas—, dice Chris mientras da unos pasos hacia mí.
—Por eso no he intervenido hasta esta noche. Cuando vi a mis hermanos entrar en el bar supe que tenía que llegar a ti antes que ellos—.
—No lo entiendo—, le digo a Chris. —¿No vas a arrastrarme de vuelta a la Manada del Norte?—.
—No—, dice Chris en voz baja. —Quiero llevarte a vivir conmigo a mi apartamento. No está muy lejos de aquí—.

—¿Quieres que te elija á ti antes que a tus hermanos?—. No puedo creer lo que estoy oyendo.
—Eso no es necesariamente lo que te estoy pidiendo—, dice suavemente. —Te pido que te quedes conmigo mientras averiguas lo que quieres—.
—Ya sé lo que quiero—. Levanto los brazos y resoplo. —Quiero a mis tres compañeros-.
—Es que no creo que pueda darte lo que quieres—, dice Chris en voz baja. —No quiero compartir—.
—La Diosa de la Luna no nos dio opción—, le suplico a Chris. —Ella quiere que estemos todos juntos. Si no puedo teneros a todos, entonces no quiero a ninguno—.
¿Estás dispuesta a hacer el vago y trabajar en un club de striptease antes que estar con una sola de tus compañeras?—.
Chris frunce las cejas, confundido.
—Vámonos juntos a casa—, le ruego. —Ace y Bryce nos perdonarán—.
—No me voy a casa—, dice Chris con una mirada triste.
—Y yo no voy a volver sin ti—, le digo.
Chris da unos pasos rápidos hacia delante y me coge las mejillas con la mano. —Te quiero—, susurra justo antes de apretar sus labios contra los míos.
La electricidad recorre mi cuerpo al sentir sus labios contra los míos, pero no le devuelvo el beso. Apoyando las manos en su pecho, lo empujo. —Creo que deberías irte ya—, susurro.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora