Cap 106 Destrucción

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POV de Erica

Agarrándose el pecho, el alfa Devin cae de rodillas al romperse su atadura a la manada. No se atreve a levantar la vista del suelo. Ace no le dedica a su padre ni una segunda mirada mientras sube las escaleras.
Mi padre tiende la mano a Devin para que lo coja, pero Devin rechaza su ayuda. Se levanta lentamente y sale por la puerta principal de la manada. Mi padre le persigue. Incluso después de todo lo que le han hecho a mi padre, sigue siendo un buen hombre de corazón. Sé que persiguió a Devin para asegurarse de que estaba bien. Conoce el dolor de ser desterrado de una manada. Bryce y Chris están de pie con caras de asombro. Sus ojos parpadean entre las escaleras y la puerta principal por la que acaba de salir su padre.
—Deberíamos ir a por ellos—, dice Bryce, pero me doy cuenta de que no está seguro de si debe ir a por Ace o a por su padre. Chris tiene la misma expresión de confusión en la cara.
—Iré a ver cómo está Ace—, le digo. —Ve a despedirte de tu padre. Sé que ojalá me hubieran dado esa oportunidad—.
Bryce y Chris me envuelven en un abrazo y salen corriendo por la puerta principal de la casa de la manada. Miro hacia la cocina y veo a mi madre en la puerta con una sonrisa triste. —Ve con él, susurra.
Vi la expresión de Ace cuando desterró a su padre. Era una mezcla de odio y tristeza. Mientras subo las escaleras de la casa de la manada, intento prepararme para el estado de ánimo que pueda tener cuando llegue hasta él. Ace suele ser conocido por ser el trillizo sensato, pero era cualquier cosa menos eso cuando desterró a su padre.
En la puerta de su habitación oigo cómo las cosas chocan contra las paredes. Sé que la habitación va a quedar destrozada cuando entre. Llamo a la puerta y no espero a que me inviten a entrar. Al abrir la puerta, una lámpara sale volando hacia mi cabeza. Doy un portazo justo a tiempo para oír cómo la lámpara se estrella contra el otro lado de la puerta. Vacilante, vuelvo a abrir la puerta y echo un vistazo a la habitación. Todo está desordenado. Han tirado el colchón de la cama, han arrancado los cajones de la cómoda y los han esparcido por toda la habitación. Todo lo que era de cristal se ha hecho añicos y hay fragmentos de cristal por todas partes.
Ace está sentado en medio de la destrucción que ha causado en su habitación. Sujeta una foto contra el pecho y se le saltan las lágrimas. Me acerco con cuidado a Ace, procurando no pisar los cristales esparcidos por la habitación. Me siento a su lado, apoya inmediatamente la cabeza en mi hombro y respira hondo.
Miro la foto que aún tiene en las manos. Es una foto de familia.
Parece ser de la noche de su decimoctavo cumpleaños. Chris está de pie junto a su madre, con el brazo alrededor de los hombros.
Ace está de pie estoicamente junto a su padre y Bryce está arrodillado frente a los cuatro en una pose ridícula. Todos sonríen y parecen muy felices. Entonces me doy cuenta de que probablemente esta fue la última vez que fueron completamente felices juntos como una familia.
—Lo siento mucho—, susurro mientras acaricio su pelo oscuro. -No pretendía romper vuestra familia—.
Ace me mira y resopla. —¿Qué quieres decir?
Le quito la foto y se la tiendo para que pueda mirarla. —Mira lo felices que erais antes de que yo entrara en escena. Lo he estropeado todo. Quizá tu madre tenía razón al buscaros parejas separadas. Así vuestra familia habría permanecido unida—.
Ace mira alrededor la destrucción en su habitación y suspira. - Sabes que nada de esto es culpa tuya—, dice dulcemente. —Sólo perdí los nervios—.
—Pero no habrías tenido que perder los nervios si me hubiera alejado de vosotros tres—. Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. Puedo sentir cómo mis emociones empiezan a llenar la habitación que nos rodea, pero soy incapaz de mantenerlas bajo control. —Arruiné a tu familia—.
—Zorrita—. Ace limpia las lágrimas de mis mejillas. —Mi madre y mi padre arruinaron primero a tu familia. Era cuestión de tiempo que se supiera la verdad. Además, entonces te habrían apareado con ese escuálido cabrón de la Manada Oeste.
Arrugo la nariz con disgusto al pensar en el hijo del Alfa Félix. —No era mi tipo—, digo con una risita.
Ace tira la foto a un lado y me sube a su regazo. —¿Ah, sí, Zorrita? ¿Cuál es exactamente tu tipo?
Me doy golpecitos con el dedo en la barbilla y finjo que estoy pensando en su pregunta. —Rubio de ojos verdes—, digo bromeando.
Ace empieza a hacerme cosquillas en el estómago y yo empiezo a reírme. —¿Qué tal si lo intentamos una vez más?—. pregunta con sus ojos azules brillantes.
—Para—, exhalo. —Para, no puedo respirar—, digo entre carcajadas.
De repente, Bryce y Chris entran por la puerta del dormitorio. Sus pasos crujen sobre los cristales
rotos que hay por todo el suelo mientras se dirigen rápidamente hacia mí.
—¿Qué pasa?—, pregunta Chris con voz nerviosa.
—Nada—, sonrío a Bryce y Chris. —Solo estaba animando a vuestro hermano—.
—¿Eso fue antes o después de que destrozaras su habitación?—, se ríe Bryce.
—Este manoseo fue todo mío—, bromea Ace. Luego una mirada solemne cruza su rostro. —¿Se ha ido?—
Bryce y Chris comparten una mirada tentativa. Sé que les preocupa darle malas noticias mientras estoy sentada en su regazo.
—Se ha ido—, dice Chris mientras me saca del regazo de Ace y me pone de pie. De repente, unos puntos negros me impiden ver y me tambaleo. Las piernas me fallan y caigo al suelo.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora