Cap 49 No más cosas sexys

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Erica POV

[Contenido para adultos]

Me duele todo el cuerpo y estoy cansada. Pero cuando veo a Ace y Bryce acariciándose la polla, no puedo evitar querer saber cómo se sentirían dentro de mí. Sólo de pensarlo se me contrae el vientre y sé que estoy lista para otra ronda.
No tengo que preguntar quién es el siguiente. Ace se abre paso entre mis piernas y me tumba boca abajo.
—Manos y rodillas, Fox—, gruñe seductoramente.
Rápidamente me pongo a cuatro patas. Meneando el culo hacia Ace mientras lo hago. Ace alinea su polla con los pliegues de mi coño. Recorre los pliegues con la punta, como hizo su hermano, antes de introducirse dentro de mí. Sólo que Ace no se abre paso a tientas. Me penetra con un movimiento fluido. Grito de dolor y de éxtasis cuando me penetra profundamente.
—Ten cuidado con ella, hermano—, le regaña Bryce, pero Ace no le hace caso.

Saca la polla y me la vuelve a meter de golpe. Esta posición es diferente de la primera. Ace se siente mucho más profundo que Chris. Me mete la mano entre las piernas y me frota el clítoris con fuerza mientras sigue penetrándome. Cierro los ojos con fuerza y me concentro en los círculos que Ace hace alrededor de mi clítoris.
Siento que la cama se hunde a mi lado y abro los ojos para encontrarme a Bryce de rodillas frente a mí. -Abre—, me ordena.
Veo un poco de pre-coma en la punta de su polla y no puedo evitar preguntarme a qué sabrá. Saco la lengua y lamo el semen de la punta de su polla. Su sabor salado me hace desear más. Abro la boca como me ha ordenado y me mete la polla en la boca. Ace y él trabajan en tándem. Mientras Ace me mete la polla por detrás,
Bryce empuja su polla hasta mi garganta.
—Joder—, gime Bryce en voz alta. —Su boca se siente increíble.
—No puede ser mejor que su coño—, gime Ace.
Ace deja de dar vueltas alrededor de mi clítoris y hunde sus dedos en mis caderas con rudeza. Veo a Chris moverse por el rabillo del ojo y, de repente, los dedos vuelven a estar sobre mi clítoris.
Cada vez estoy más cerca del orgasmo. Con la polla de Bryce en la boca, los dedos de Chris en el clítoris y Ace machacándome por detrás, tengo una sobrecarga sensorial. No sé en quién concentrarme, están pasando demasiadas cosas. He perdido la cuenta de las veces que los hermanos me han hecho estremecer y temblar bajo sus caricias. Orgasmo tras orgasmo sacuden mi cuerpo y noto que me flaquean los brazos y las piernas.

Ace se pone rígido detrás de mí y noto cómo me cubre las entrañas con su semen. En cuanto termina, se retira y Bryce me saca la polla de la boca. Caigo rendida en la cama.
Bryce me pone boca arriba y me besa suavemente. Su hábil lengua explora el interior de mi boca antes de separarse del beso. - Prometo ser suave pero rápido—, murmura mientras desliza suavemente su polla dentro de mí.
Baja su cuerpo sobre el mío y por un momento me olvido de que los otros hermanos están en la habitación. Con destreza, bombea su polla dentro y fuera de mi cuerpo, suave pero rápidamente. Sus movimientos no son bruscos ni erráticos, sino hábiles y planificados. Me gira la cabeza hacia un lado y me chupa el punto que me marca, lo que hace que me recorra un hormigueo por todo el cuerpo y que se me curven los dedos de los pies.
—Bryce—, exhalo mientras empiezo a escalar hacia otro orgasmo.
—No pasa nada, Zorrita—, me dice Bryce con dulzura mientras me reparte besos por todo el cuello. —Relájate y déjate llevar—.
Haciendo lo que me dice, me relajo y dejo que mi cuerpo sienta el orgasmo final que está sacudiendo mi cuerpo. Enrollo mis piernas alrededor de su cintura y muevo mis caderas con las de Bryce hasta que siento que empieza a retorcerse dentro de mí. Aprieto mi coño alrededor de su polla y él gime mi nombre con fuerza.
Suelto las piernas de su cintura y me tumbo en la cama agotada.
Los hermanos se tumban a mi alrededor. Ace está a mi derecha, Bryce a mi izquierda y Chris está tumbado entre mis piernas con la cabeza sobre mi estómago.
—Podría acostumbrarme a esto—, dice Bryce en voz baja.
—Voy a necesitar unos días para descansar—, bostezo. —Eso ha sido un entrenamiento—.
—¿Te encuentras bien?— me pregunta Chris con cara de preocupación.
Me agacho y le acaricio la cara. —Me siento de maravilla. Un poco dolorida, pero de maravilla—.
Chris vuelve a apoyar la cabeza en mi estómago y yo suelto un suspiro de alivio. Me siento de maravilla. Lo único que podría haber hecho la noche más perfecta habría sido que los hermanos también me hubieran marcado. Pero supongo que no están preparados para eso y, sinceramente, tampoco sé si yo lo estoy.
Primero necesito llegar al fondo de lo que está pasando con mis padres.
De repente, los tres hermanos se levantan de la cama. Chris me coge en brazos y entran todos en el cuarto de baño.

—¿Qué pasa? pregunto mientras me acurruco en el pecho de Chris.
—Todos estamos de acuerdo en que te vendría bien un baño-, dice Ace con una sonrisa en la cara.
—¿Qué dije de hablar a través del enlace mental sin mí?—, finjo poner mala cara.
—Ha sido por una buena causa—, dice Bryce mientras empieza a llenar de agua la enorme bañera.
Con cuidado, Chris me sumerge en el agua caliente, que me escuece al golpear mi zona íntima. Creo que estoy más dolorida de lo que pensaba. Hago una pequeña mueca de dolor mientras intento adaptarme a la nueva sensación.
Ace me da un beso rápido en la frente antes de levantarse de su sitio junto a la bañera. —Voy a traerte comida nueva—, me dice antes de volverse hacia sus hermanos. —Dejadla descansar. No más cosas sexys—.
Bryce se ríe a carcajadas. —Yo no soy el que la machacó por detrás—.
—Ya, ya, chicos—, les regaño. —Nada de peleas—.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora