CAP 23 La pareja más guapa

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POV de Erica

La puerta de la habitación de Ashley se abre de golpe, Bryce y Chris entran bailando un vals en su cuarto con una sonrisa de satisfacción en la cara. Ashley se tumba boca abajo y suelta un grito de frustración contra la almohada.
—Esta es mi habitación, ¿sabes?—, dice después de serenarse. —Que sea tu compañera no significa que puedas entrar aquí siempre que ella esté—.
—¿Por qué estás desnuda en la cama con nuestra compañera?—, la voz de Bryce está impregnada de celos.
—Por el amor de Dios,— Ashley gime escondiendo su cara en la almohada una vez más. —¿Puedes llevarte tu harén a otra parte—
—¿Quieres dejar de llamarlo así?—, le siseo, pero Ashley ya no nos escucha.
Se levanta de la cama, se dirige a la puerta de su habitación y la abre de par en par. —¡FUERA!— Grita mientras todos la miramos atónitos. Realmente no tiene vergüenza. Está de pie con su mejor sujetador y sus bragas gritando que salgamos de su habitación.
Aunque, no puedo decir que la culpo. Interrumpi su sueño.
—Lo siento, Ashley—, le digo mientras salgo de su cama en silencio. —Te dejaré volver a dormir—.
—Espero un informe completo cuando vuelvas -, me dice mientras salgo por la puerta con los hermanos pisándome los talones.
Camino por el pasillo y cojo la maleta para llevarla a mi habitación, pero Chris me la quita de las manos y se la lleva a su cuarto. —No vas a volver al lado de los Omegas de la manada —, me dice.
—Desde luego que no me voy a quedar aqui contigo—, replico, poniendo las manos en las caderas.
—Por supuesto que no. Me quedaré con Bryce o Ace— dice Chris con expresión seria.
—Simplemente me darias tu habitación —, enarco las cejas mientras miro a Chris. No tiene ningún sentido. Hace sólo unos días estaba limpiando esta habitación y ahora me dicen que es aqui donde me voy a quedar.
—Por supuesto—, se rie Chris. —Me gusta guardar todas mis cosas chulas aqui—
Mi cara se sonroja ante la idea de que me llamen suya. Miro alrededor a los hermanos y mi cara se pone aún más roja. Les pertenezco a todos. —¿Estás lista para irnos?— Me pregunta Ace y miro la ropa que llevo puesta. Me he puesto la primera sudadera que he encontrado
esta mañana.
—Me... me gustaría cambiarme—, digo dócilmente.
—Por supuesto, Zorrita—, dice Bryce con un gesto de la mano. —Tómate tu tiempo—.
Los hermanos salen de la habitación de Chris y cierran la puerta en silencio tras ellos.
Más rápido de lo que nunca me había movido, corro hacia mi maleta y saco toda la ropa que había traído. Suspiro para mis adentros y saco un vestido azul y un par de bailarinas blancas.
Tendrá que servir. Me miro en el espejo del cuarto de baño de Chris y me avergüenzo de mi aspecto. No puedo creer que haya dejado que los hermanos me vieran en ese estado. Me paso el cepillo por el pelo revuelto y me estremezco de dolor cada vez que atravieso un nudo con el cepillo. Me recojo el pelo en un bonito moño desordenado y me recojo algunos pelos sueltos para enmarcarme la cara.
Miro la bolsa de maquillaje y me doy cuenta de que probablemente no tengo tiempo para maquillarme toda la cara. Rápidamente me pongo un poco de rímel y brillo de labios. Me miro al espejo y suspiro. Con esto bastará—.
A los hermanos no les importará—, dice finalmente Envy. Te querrán tengas el aspecto que tengas—
Abro la puerta de la habitación de Chris y veo que los hermanos me esperan fuera. Parece que han estado discutiendo por algo.
Bryce y Chris tienen caras de frustración y se me encoge el corazón. Esto es exactamente lo que me preocupaba. No quiero interponerme entre los hermanos.
—¿Va todo bien?— susurro en voz baja, pero consigo llamar su atención.
Tres pares idénticos de ojos azules se disparan en mi dirección y tres sonrisas idénticas se extienden por sus caras.
—Estás perfecta—, dice Ace casi sin aliento.
—Ese color azul realmente resalta tus ojos—, dice Chris pensativo.
—Me alegro de que no te hayas vuelto a tapar las pecas—, dice Bryce y Chris le da un codazo en el costado. —¿Qué? Me gustan
sus pecas—.
Noto cómo se me sonroja la cara de vergüenza por todos los piropos. No estoy acostumbrada a recibir cumplidos de los trillizos, y mucho menos de tres a la vez.
Bryce me ofrece su brazo y yo le enarco las cejas. —No habréis tenido otra pelea de diez segundos por esto. ¿Verdad?—

Ace y Chris me ofrecen una dulce sonrisa. —Por supuesto que no.
Regla uno, recuerda— Ace dice dulcemente. —Bryce te acompaña al brunch y Chris te acompaña a la salida—.
—¿Y tu?— pregunto mientras mis ojos revolotean hacia el suelo.
—A mi me toca sentarme a tu lado en el coche—, me dice Ace con una sonrisa en la cara.
—Vale—, digo mientras enlazo mi brazo con el de Bryce mientras los otros dos nos marcan el camino.
Justo cuando estamos a punto de llegar a la puerta principal, oigo a Luna Alice chillar enfadada. —¿Cómo que la has liberado de sus obligaciones?—.
—Probablemente deberíamos irnos—, dice Bryce con una sensación de pánico en la voz y sé que habrá una conversación incómoda cuando volvamos del brunch.
Asiento con la cabeza y, de repente, me siento como una adolescente que se escabulle de casa sin el permiso de mis padres. Empiezo a reírme tan fuerte que se me escapa un bufido.
Me tapo los labios y la nariz con las manos, avergonzada, pero a los hermanos no parece importarles.
—¿He mencionado que tenemos la pareja más mona?—. dice Ace mientras abre la puerta del acompañante de su todoterreno.
—No en los últimos cinco minutos—, Chris pone los ojos en blanco mientras sube a la parte trasera.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora