Punto de vista de Erica
No puedo evitar sentirme un poco cohibida cuando entro en la biblioteca con mis compañeros. Todas nuestras marcas brillan intensamente. Nunca había visto nada igual.
Cuando nos acercamos al mostrador de la biblioteca, parece que todo el mundo nos mira. Cuando nos acercamos al mostrador, la bibliotecaria endereza los hombros y se incorpora al ver a mis compañeros.
—Alfas—, dice mientras revuelve los papeles que tiene delante. -¿En qué puedo ayudarles hoy?—.
No me extraña cómo la bibliotecaria ignora por completo mi presencia, a pesar de que estoy de pie delante. Al parecer, a mis compañeros tampoco les pasa desapercibido.
Ace se adelanta y habla más alto de lo necesario para estar en una biblioteca. —Nuestra compañera necesita ayuda para encontrar unos libros—.
En cuanto Ace dice la palabra compañera, una charla silenciosa llena la biblioteca y la gente se levanta de sus asientos intentando verme mejor.
La bibliotecaria traga saliva y me mira. -Tendrás que perdonarme, Luna—, dice mientras su cara se sonroja de vergüenza. —No me había dado cuenta de que los Alfas habían encontrado a su pareja
—No pasa nada—, digo en voz baja, esperando que todos desvien su atención en otra dirección. Me preguntaba si tiene algún libro sobre lobos blancos o marcas brillantes de vínculo de pareja—.
La bibliotecaria nos escanea a los cuatro y cuando sus ojos se posan en nuestras marcas suelta un pequeño grito ahogado. —No estoy segura—, dice sinceramente. —Pero creo que deberías mirar en la sección de míticos. Está justo ahí—.
Un gruñido sale del pecho de Chris. Me doy cuenta de que no le agrada la idea de que me llamen mítica. Le pongo la mano encima y se la aprieto un poco.
—No pasa nada—, me río suavemente. —Que te llamen mítico no es un insulto-.
Chris me coge de la mano y me lleva hacia la sección mítica de la biblioteca. La sección mítica de la biblioteca está en el último rincón y, por suerte, está vacía. Dejo escapar un suspiro de alivio porque no quiero investigarme delante de un público.Mientras Bryce, Chris y yo hojeamos los libros de las estanterías,
Ace se dirige a los ordenadores de la parte delantera de la biblioteca para hacer su propia investigación. Todos los libros de la sección mítica son viejos. Sus lomos están desgastados y apenas puedo leer los títulos. Mientras mis dedos hojean los libros, se detienen en uno que parece ser útil.
Al sacar el libro de la estantería, mis brazos se doblan bajo su peso. Le quito el polvo a la cubierta y las letras doradas en relieve de la portada casi brillan. Llevo el libro a la mesa, en el rincón más alejado de la biblioteca, y lo dejo sobre ella con un pequeño ruido sordo. Llama la atención de Bryce y Chris, que siguen hojeando los libros.
—¿Qué has encontrado, Zorrita?—, pregunta Bryce acercándose a la mesa.
—No estoy segura—, le respondo con sinceridad. -Es casi como si el libro me estuviera llamando—.
Paso los dedos por la portada del libro y las letras empiezan a brillar de nuevo: -Criaturas míticas del mundo de los hombres lobo—. Chris ladea la cabeza con curiosidad. Pasa los dedos por delante del libro, pero las letras no brillan bajo su contacto. Frunce un poco el ceño.
—Creo que este libro es para ti—, susurra Chris.Respiro hondo y abro el libro. Yo también frunzo el ceño. La letra del libro está en un idioma que no entiendo. Parece un callejón sin salida. Apoyo la cabeza en el libro y éste se calienta al tocarlo. Las páginas empiezan a brillar. Levanto la cabeza del libro y veo que los caracteres de las páginas empiezan a cambiar al inglés.
—Creo que deberíamos ir a por Ace—, digo mientras hojeo las páginas del libro.
Antes de que ninguno de los dos hermanos tenga la oportunidad de ir a buscar a Ace, éste aparece en la mesa. —Creo que he encontrado algo que podría ayudarnos—, dice con emoción en la voz. —Se supone que hay un libro que sólo puede leer una criatura mítica del mundo de los hombres lobo—.
Levanto el libro y sonrío a Ace. —Creo que lo hemos encontrado—.
—¿Qué probabilidades hay de que este libro esté en nuestra biblioteca?—. Bryce pregunta con curiosidad.
—¿A quién le importa por qué está aquí?—. Chris prácticamente zumba de emoción a mi lado. —¿Qué dice el libro?—
Hojeo las páginas del libro, busco cualquier cosa que mencione a un lobo blanco. Hay montones de páginas sobre licántropos y otras criaturas, pero no veo nada sobre lobos blancos. Estoy a punto de darme por vencida cuando algo llama mi atención,
—Creo que he encontrado algo—, digo mientras empiezo a leer en voz alta.
—El lobo blanco es uno de los mayores misterios de la tradición de los hombres lobo. Se dice que sólo aparece una vez cada doscientos años. Este lobo está supuestamente bendecido por la mismísima Diosa de la Luna, Selene. El lobo blanco es considerado un lobo tardío. No cambiará hasta los veinte años. Una vez que cambie, podrá encontrar a su pareja, pero no antes.
Antes de que el lobo blanco se aparee, son capaces de hacer a otro lobo mas fuerte proyectando sus poderes en ellos. Un lobo blanco solo puede ser marcado por su pareja. Después de que la loba blanca es marcada y apareada tiene la habilidad de hacer a toda su manada más fuerte...—
El resto de la página ha sido arrancada del libro. Le doy la vuelta a la página, pero no hay nada más escrito sobre los lobos blancos.
—Falta el resto de la entrada, digo con tristeza.
—Bueno—, dice Ace en voz baja. Sabemos por qué la Manada del Oeste te quería tanto. Pensaron que tendrías la habilidad de hacerlos más fuertes—.
—Pero no habría podido ser marcada por su futuro Alfa—. Mis cejas se juntan en confusión.
—Quizá no sabían esa parte—, dice Bryce mientras da, una patada con los pies encima de la mesa.
—O quizá no les importaba-, aclara Chris. —Quizá sólo querían que usaras tus poderes para hacer más fuerte al futuro Alfa—.
—Creo que es hora de que nos sentemos con los Alfa de la
Manada Oeste—, gruñe Ace.
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Maldecida con los trillizos alfa
Werewolf-Yo fui el primero en besarla-, alardea Bryce. -Yo la llamo virginidad -, grita Ace en voz alta. -Ella me amara primero-, responde Chris enfadado. Erica pone los ojos en blanco y pisa fuerte. - ¡Los odio! Los odio a todos. Erica se encuentra sin hog...