Cap 112 La manada del Este

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Punto de vista de Erica

Las ruedas del avión patinan contra la pista mientras aterrizamos en el aeropuerto privado de la Manada Este. No sé si son los nervios que me burbujean en el estómago o si es el bebé, pero siento que podría vomitar en cualquier momento. Mil —y si...— pasan por mi mente y no sé cómo calmar la tormenta que empieza a desatarse en mi interior.
Bryce me abraza y bosteza somnoliento. Juro que ese hombre podría dormir durante el Apocalipsis. —¿Ya hemos llegado?-— Dice mientras me sonríe. Todavía le pesan los párpados de su largo mapa y parece adorable.
—Acabamos de aterrizar—, le digo.
—Bien—, dice mientras estira los brazos a los lados. -Acabemos con esto—.
—¿No estás un poco nervioso?—. le digo.
—¿Por qué iba a estar nervioso?—. Bryce se ríe. —Ya, sabemos quién está detrás de todo esto. Esto no es más que una confirmación—.
Suelto un gemido frustrado y de repente deseo que hubieran enviado conmigo a uno de los trillizos más serios. Hicieron falta nueve rondas de piedra, papel o tijera y cinco peleas de diez segundos para que los trillizos decidieran que Bryce sería quien me llevaría a la Manada Este a ver al oráculo.
El Alfa de la Manada del Este estaba más que feliz de acomodarnos. Estoy segura de que esperan que salga un tratado de esto ahora que los trillizos son Alfas de dos de las cuatro manadas de América. La única pega es que nos invitaron a quedarnos en la casa de la manada y estoy seguro de que nos encontraremos con Amber tarde o temprano. No es una situación que me haga mucha ilusión, pero a Bryce no parece importarle. Es casi como si se hubiera olvidado de que ella formaba parte de su vida.
El avión se detiene por fin y se abren las puertas. Bryce me coge la mano y me da un suave apretón. Sé que debe de notar mi ansiedad en el aire que nos rodea. Le devuelvo el apretón y Bryce me guía fuera del avión.
Al salir del avión, veo a Alpha Jet y a su compañera esperándonos al borde del aeródromo. Bryce se echa su equipaje y el mío al hombro mientras caminamos hacia el Alfa de la Manada del Este y su compañera.
—Alfa Bryce—, dice Alfa Jet con una sonrisa en la cara. -Qué placer verte de nuevo. ¿Quién es la que está contigo?— Alpha Jet pregunta mientras hace un gesto hacia mí.
Bryce me mira con una sonrisa en la cara antes de volver su atención a Alpha Jet. —Esta es nuestra compañera Erica—.
—Así que los rumores son ciertos—, dice distraídamente Alfa Jet.
—Los tres compartís compañera.
—Sí—, Bryce tono es bajo y severo. —¿Es eso un problema?— Alfa Jet levanta las manos. —Es sólo una rareza entre los de nuestra especie. Pero si funciona para todos ustedes... Bien por vosotros—.
—¿Estamos aquí para hablar de mis hermanos y yo compartiendo pareja? ¿O estamos aquí para determinar quién está amenazando a mi pareja y a mi hijo nonato?— Bryce gruñe.
-Pido disculpas—, Alpha Jet baja la cabeza. —Me pasé de la raya Bryce gruñe un lo que sea— en voz baja mientras seguimos al Alfa Jet y a su compañera hasta el coche que está esperando.
Para mi sorpresa, su compañera sube al asiento trasero y me hace un gesto para que suba con ella. Bryce y yo compartimos una mirada extraña antes de que él se suba en el lado del pasajero delantero y yo en el trasero.

La Luna de la Manada Este se vuelve hacia mí y me sonrie alegremente. Por fin me tomo el tiempo de mirar a la mujer que está sentada a mi lado. Lleva el pelo rubio recogido en un moño y sus ojos castaños brillan con entusiasmo mientras me mira. Parece tener más o menos mi edad, aunque Alpha Jet ronda los cincuenta.
—No nos han presentado—, chilla emocionada. —Soy Malinda—. Me tiende la mano para que se la estreche. Vacilante, le doy la mano antes de retirarla rápidamente. -Soy Erica—, le digo, aunque estoy segura de que ya lo sabe.
—Tengo que decir que eres mucho más guapa de lo que dijo Amber—, dice Malinda con una sonrisa dibujada en la cara.
—Gracias—, es todo lo que soy capaz de decir.
Vuelvo la cabeza hacia la parte delantera del coche e intento ignorar a la rubia animada que está sentada a mi lado, pero me lo está poniendo muy difícil.
—Amber y yo crecimos juntas—, sigue parloteando a mi lado. —
Puedes imaginarte mi sorpresa cuando Jetti me eligió como compañera de segunda oportunidad—.
Mis ojos se iluminan cuando dice —compañera de segunda oportunidad—. Ahora las cosas se ponen interesantes. Me gustaría que Ashley estuviera aquí, porque le encantarían estos cotilleos. Tendré que acordarme de mandarle un mensaje más tarde para contarle todos los sórdidos detalles.
—Malinda—, dice Alpha Jet con severidad desde el asiento delantero del coche. —Estoy seguro de que Erica no quiere oír hablar de la historia de nuestra vida—.
—Oh—, digo alegremente desde el asiento trasero. —La verdad es que no me importa-.
Puedo oír a Bryce depositar una tos bien colocada en su mano y sé que está luchando contra la risa. Tal vez, después de todo, me enviaron a la Manada del Este con el compañero adecuado.
Malinda le saca la lengua de forma infantil a su compañero y se vuelve hacia mí para continuar nuestra conversación. —Por supuesto—, dice mientras pone un ceño bien fruncido en su rostro,
—todos quedamos devastados cuando Luna Edna falleció sin darle un heredero a Jetti—.
Me tomo un momento para mirar en el asiento delantero a Alpha Jet y su cara está roja como la remolacha y sus nudillos blancos sobre el volante.
"Deja de incitarla,"dice Bryce a través del enlace mental, y no puedo evitar sonreír.
"No la he incitado"—, digo a la defensiva. "Me está dando toda esta información libremente"—.

Malinda me agarra de la muñeca y me saca de la conversación con Bryce.
—¿Te puedes creer que el oráculo nos haya emparejado? Es casi tan bueno como haber encontrado a mi pareja predestinada—.
—¡Malinda!- Alfa Jet prácticamente grita. -Ya basta—.
Malinda se arrellana en su asiento y cruza los brazos sobre el pecho, enfadada. Abro mi enlace mental con Bryce una vez más.
"Estoy impaciente por conocer a este oráculo"—, le digo.
Bryce sólo gruñe a través del enlace.

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora