Cap 119 Desesperado

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POV de Bryce

Giro en la entrada de la manada Este tan rápido como el coche puede y las ruedas patinan hasta detenerse delante. Aparco el coche de golpe y me dirijo furioso hacia la manada. Antes de llegar a la puerta, Alpha Jet sale corriendo de la manada con cara de preocupación. Me mira a mí y a su maltrecho coche, que está en la entrada, y puedo ver la rabia que le invade.
—¿Qué coño le has hecho a mi coche?—. Señala el coche.
Miro hacia atrás y me doy cuenta de que está un poco deteriorado.
Debo de haberle dado un poco fuerte a los baches en el camino de vuelta a la cabaña del oráculo. -¿A quién coño le importa tu coche?—. Le gruño. -¿Dónde coño está mi compañera?—
Alpha Jet parece sorprendido cuando le pregunto por mi compañera. —YO... YO... No sé de qué me estás hablando, balbucea.
Por la expresión de sus ojos me doy cuenta de que me esta mintiendo. —Sería una pena que murieras sin heredero—, le gruño al anciano.
Gotas de sudor comienzan a formarse en la frente de Alpha Jet mientras nos miramos fijamente. Tanto él como yo sabemos que no tiene ninguna posibilidad de enfrentarse a mí en una batalla.
Tiene sobrepeso y su salud está fallando.
-Intentémoslo una vez más—, gruño tan fuerte que las ventanas de la casa de la manada empiezan a sonar. —¿Dónde está mi compañera?—
—No lo entiendes—, levanta las manos en señal de derrota. —Tu madre ha reunido un ejército de pícaros. Todos dispuestos a cumplir sus órdenes—•
Agarrando a Alpha Jet por el cuello de su camisa, golpeo su cuerpo contra el marco de la puerta de la casa de la manada. - Empieza por el principio, le ordeno y me enseña el cuello en señal de sumisión.
Luna Malinda sale corriendo de la casa de la manada y grita con todas sus fuerzas cuando ve que tengo a su compañero contra la pared.
—¿Qué estás haciendo?— Dice mientras intenta apartar mi mano del cuello de su compañero.
Con un solo dedo, la empujo hacia atrás con un golpe en la frente. Luna Malinda se tambalea dramáticamente antes de caer al suelo.

-¿Qué sabes tú de esto?— gruño en su dirección.
Luna Malinda sacude la cabeza y las lágrimas empiezan a cubrir sus mejillas. —No sé de qué estás hablando-, grita.
—Ella es inocente—, ahoga Alpha Jet. —No sabe nada-
—Entonces, ¿por qué no la iluminamos?—, digo mientras dirijo a Alpha Jet a su casa de manada.
—Por favor—, me suplica Alpha Jet. —No le digas la verdad-.
-Oh, me río. —No le diré la verdad. Tú lo harás.
Alfa Jet cuelga la cabeza avergonzado mientras se acerca a su compañera y le ofrece la mano para ayudarla a levantarse del suelo. Luna Malinda pone su mano sobre la de él y él la ayuda suavemente a ponerse de pie. La preocupación y la confusión se reflejan en su rostro mientras mira al hombre que supuestamente era su pareja según el oráculo.
—¿De qué está hablando? Pregunta tímidamente. -¿La verdad sobre qué?— Alpha Jet me mira con ojos suplicantes pero ignoro su dolor. -
Podemos hablar de las profecías falsas y del dinero que ganaste con ellas más tarde—, digo con una sonrisa burlona en la cara. - Primero tienes que decirme dónde puedo encontrar a mi compañera.

Luna Malinda jadea fuerte y arranca su mano de la de Alpha Jet.
Entra en la casa de la manada y Alpha Jet la persigue.
—Malinda, mi amor—, la llama. —No es lo que piensas. Te hice una Luna.
Agarro a Alpha Jet del brazo y me niego a que siga persiguiendo a su compañera. —Como he dicho, podemos hablar de todo esto más tarde. Ahora mismo necesito saber dónde está mi compañera embarazada-.
Alpha Jet me lleva a través de la sala principal de la casa de la manada y a su oficina privada. Echa un vistazo por los pasillos para asegurarse de que no hay nadie antes de cerrar la puerta tras de sí. Me hace un gesto para que me siente frente a él, pero prefiero quedarme de pie.
Dejando escapar un suspiro frustrado, Alpha Jet se sienta en su escritorio y esconde la cabeza entre las manos. —- ¿Cuánto te ha contado?— Me pregunta y sólo puedo suponer que se refiere al oráculo.
—Lo suficiente para saber que toda esta manada es un fraude-. gruño. —Ahora, de nuevo, ¿dónde está mi compañera?—.
—No lo sé—, dice el Alfa Jet con remordimiento. —Si hubiera sabido que estaba embarazada nunca habría aceptado su plan—.
—¿Y qué plan es ese?— exijo saber.

—Tienes que saber que estamos desesperados—, comienza Alpha Jet. -Vosotros tres trillizos sois los únicos herederos varones de todo Estados Unidos, ahora que matasteis al heredero de la Manada Oeste. Vuestra madre sólo intentaba hacer lo mejor para todas las manadas-
—Deja de andarte por las ramas—, le fulmino con la mirada. -Ponte a ello
—Es complicado-,Alpha Jet.
-Entonces explicamelo como si fuera un niño—, le siseo.
Alpha Jet traga saliva y sigue hablando. —El plan era dividiros a los tres, para que cada uno gobernara una de las manadas. Por eso fuisteis prometidos a las hembras herederas de mayor rango de cada manada, excepto de la manada del Oeste. Cuando encontraron a sus parejas predestinadas, la Manada Sur amenazó con declarar la guerra. Alegaron que se había roto un tratado al negarles a su hija. Luna Alice logró apaciguarlos diciéndoles que ella cuidaría de su pareja. Sólo intenta arreglar las cosas entre las manadas—.
Mi cabeza se tambalea con esta información. Lo que el oráculo le dijo a mi madre era una verdad a medias. Erica no es la razón por la que las manadas estarán en guerra. Nuestra madre es la que causó estos problemas al prometernos a otras lobas.
—Le dijiste al oráculo qué decirle a mi madre, ¿no?-- pregunto.
Alpha Jet asiente y me pongo en pie. Cuando pongo la mano en el pomo de la puerta para salir de su despacho, Alpha Jet se aclara la garganta con torpeza. -¿Qué pasa con Hela?— pregunta.
-¿Quién es Hela?- replico.
—El oráculo—, dice con una mirada triste, —¿Todavía está viva?—
Gruño enfadado a Alpha Jet. -No-

Maldecida con los trillizos alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora