Capitulo 22

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Salí corriendo de casa se me hacia tarde para el trabajo, a la Señora Clare no le importa si llego tarde pues dice que primero es el estudio y después el trabajo, pero aun así no me gusta llegar tarde porque luego las demás trabajadoras me miran con cara de querer matarme en especial dos que son las meseras son unas gemelas rubias y altas con su estúpida voz chillona, el año pasado tenia suficiente problema con una de las gemelas pero este año están las dos, ahora es mucho peor tienen, la misma personalidad son unas hipócritas y maleducadas solo están trabajando aqui porque son las sobrinas de Clare.

Llegué y salude a la señora Clare, era una anciana de unos ochenta años con el pelo blanco y un poco gordita, me pongo mi delantal y entro a la cocina en ella se encuentran otros de mis compañeros amasando masas, partiendo huevos y mezclando los ingredientes, al verme me saludan al igual que yo a ellos tome mi puesto y observe el pizarrón de pendientes, empece a cocinar los quinientos brownies para una fiesta después un pastel de bodas que era muy difícil ya que era de tres pisos, tacho los pendientes que ya adelante en la pequeña pizarra.

-Gisselle ven para acá- me grita Monica, la chica que se encarga de tomar la orden y de cobrar a los clientes me sonríe, por su sonrisa se que necesita algo Mónica es una chica de veintidós años es pelirroja y tiene algunas pecas en su nariz, es muy bonita.

-Mande - le digo sonriendo, esperando escuchar para que me ocupa ahora, ella tiene a su mamá enferma por lo que seguido tiene que salir en medio del trabajo.

-Mi madre se a puesto mal y tengo que salir, me puedes cubrir, por favor por favor, por favor- me rogó con ojos suplicantes.

-Claro - le respondo amable, odio tomar su puesto porque tengo que hablar con mucha gente, no soy muy social y me estrezan las personas que tardan en decidirse en que pedir, Monica salio del local corriendo.

-Buena suerte- le grite -Gracias - me responde de la misma manera.

Por la puerta entra mi primer cliente haciendo sonar las campanas que se encuentran arriba de la puerta, espero que no sea tan malo, giro para verlo era un niño como de unos ocho años con el pelo castaño y ojos azules, camina lentamente hacia mi donde están todos los pastelillos en el estante de vidrio, el niño me mira temeroso y vuelve a observar los pasteles con un ligero brillo en los ojos, escucho las campanas sonar de nuevo, entra un joven alto como unos cuatro años mayor que yo, al ver al niño suelta un suspiro de alivio.

-Kevin aquí estas me tenias muy preocupado- el niño le señala uno de los pasteles y el me mira sonriendo.

-Hola me puedes dar dos brownies por favor- me dice sonriendo, el de parece al niño pequeño solo que tiene las facciones más definidas.

-Claro, para llevar o para comer aquí- el me mira igual que el pequeño tiene ojos azules y luego mira al pequeño- Para comer aquí- dice decidido.

-Gusta algo de tomar- pregunto amable, con la sonrisa que tienes que llevar siempre.

- Una malteada de fresa y un chocolate caliente por favor- dice sonriendo mientras le toma la mano al pequeño, tomo la nota y se la entrego a los cocineros en unos minutos tengo la orden y se la entrego le cobro y se sientan en una de las mesas.

Los clientes van y vienen hasta ahora no me a tocado un señor apurado o indeciso eso me pone feliz pero la sonrisa se me borra al ver a una chica que nunca pensé ver aquí, Ashley.

La rubia camina hacia mi moviendo exageradamente sus caderas se para frente al mostrador y se quita las gafas mirándome con desprecio.

-Que va a ordenar - digo lo mas amable posible.

- Me gustaría un pastel de vainilla con chocolate líquido arriba y chispas de chocolate arriba con un poco de coco a un lado con un chocolate caliente- anoto todo rápidamente en la pequeña libreta, valla que especial es esta chica pense.

¿Mi Angel o mi Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora