Capitulo 50

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Narra Giselle

Diablos, diablos, diablos como era que no había muerto, prácticamente me desangre hasta perder el conocimiento y ahora me encuentro con los que se suponía que eran mis amigos a mi lado, todo esto no había funcionado, de que estoy hecha, de hierro? ya he sobrevivido bastante, ya he sufrido mucho y he aprendido de mis errores porque no me muero, no soy tan mala persona para sufrir tanto, porque tan solo no puedo ir con la única persona que estoy segura que si me quería y aceptaba como era, Dylan.

Intente levantarme para largarme de un vez de aquí pero un fuerte dolor en el pecho me detuvo, no me muero pero si quedo con una enorme cicatriz, cualquier persona normal ya habría muerto, pero yo no, sigo con lo que se le puede llamar vida.

-No te muevas- me dijo Kimberly con dulzura? quien se cree para venir a darme órdenes, no podía moverme de aquí y no deseaba hablar con nadie así que me dedique a observar la gran mariposa que había pintada en el techo, después de algunos incómodos minutos llego una enfermera, e hizo salir a todos, amaba a esa señora.

-Te cambiare la venda y podrás irte a casa, solo mantente en reposo- me dijo sonriente.

-Ya no estaré aquí?- pregunte extrañada.

-Resulta que hubo una equivocación tu no eras la que sufría de bipolaridad- dijo con una mueca, que clase de clínica es esta, se equivocan con los registros y los pacientes intentan matar pacientes, la chica de cabello chino me dio una hoja con una dieta que debía seguir, aparte me quieren poner adieta, locos, salí por la puerta trasera para evitar ser vista.

Llegue a casa, me acosté en la cama, tenia sueño, la puerta de mi habitación se abrió y sentí un peso, y algo baboso en mi cara, olvidaba que aun tenia a Willy.

Me puse de pie y me mire en el espejo, tenia rasguños en mi cara, ahora si parecía loca, mi pelo estaba tieso, tenia moretones por todos lados, me duche, depile y me lave los dientes lo necesario parecer una persona normal y no indigente.

Se escucho la puerta principal abrirse, me tire a la cama de inmediato, me tape hasta el cuello y fingí dormir, escuche pasos que avanzaban hacia mi luego unos sollozos a mi lado, supe que era Zayn reconocía a todos por su olor, tenia buen olfato, estaba molesta con el, pero no soportaba escucharlo llorar y no hacer nada para evitarlo yo aun los quiero, abrí los ojos estaba agachado con su cabeza en mi estómago, tome su mano y el giro su vista sorprendido hacia mi, le sonreí y el a mi.

-Te extrañe demasiado- lloraba, nunca lo había visto así y no sabia que hacer, comencé a trazar pequeños círculos en su espalda.

-Yo también- admití y el me abrazo.

-Lo siento mucho, te encuentras bien, te duela algo, quieres comer?- me bombardeo de preguntas.

-Si, no y no - conteste simultáneamente a sus preguntas, el me sonrió y me abrazo aun con mas fuerza.

Nos quedamos unos minutos abrazados hasta que escuchamos que tocaban la puerta, Zayn bajo a abrir, pero yo en realidad no estaba preparada para verlos, salí por la ventana cargando mi mochila con ropa.

Si la enfermera supiera lo que yo entiendo como reposo aun estaría en esa clínica atada para no moverme.

Fui a la cafetería en donde trabajaba, no sabia si ella quería que aun estuviera hay después de desaparecer por casi un mes, recibí muchas miradas extrañas supongo que son por los rasguños en mi cara.

-Que estas haciendo aquí muchachita, regresa a tu casa a descansar- me regaño la señora Clare acariciandome la cara.

-Ya descanse demasiado, no me pasara nada por hacer unos cuantos pasteles- le dije para que no se preocupara por mi, en realidad si me dolía el pecho y estaba maridada pero no por eso dejaría de hacer lo que tengo que hacer.

Después de convencer a la Señora Clare de que me dejara trabajar y de hacer quinientos pastelillos decorados con una enorme rosa en el centro, decidí volver a casa no sabia si subir por mi ventana o entrar como gente civilizada por la puerta, pero sabia que ellos estaban allí y no estaba lista para hablar con ellos, me habían defraudado.

Mi herida me dolía demasiado y si subía por la ventana me podría lastimar aún mas, me tendría que enfrentar a ellos.

Tome valor, giré la perilla y abrí la puerta.

¿Mi Angel o mi Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora