5 | Nathan

44.2K 3.8K 1.8K
                                    

Liam. Ese era el nombre de la persona que realmente había llamado mi atención como hacía mucho no me pasaba.
Primero que nada, jamás lo había visto antes en la facultad y eso que yo conocía a muchísima gente. Segundo, no parecía ser el tipo de chico que se metiera en peleas ni nada por el estilo. Así que me preguntaba por qué se metió en mi pelea con Erin. ¿Tal vez era amigo de ella? Y tercero, y lo más importante, ¿por qué mi encanto y mi sonrisa matadora no habían funcionado cuando me disculpé?

Siempre funcionaba, con hombres y mujeres. Todos siempre querían ser parte de mi círculo de amigos. Jamás nadie me rechazó, así que no entendía por qué este chico parecía ser tan indiferente conmigo.

Tenía ganas de volverlo a ver. Intentar una vez más. Nadie se resistía a mí y este Liam no podía ser la excepción.

Así que los días siguientes intenté cruzarlo en la facultad, por el pasillo en el cual lo choqué pero no había rastro de él.

A la que sí me encontré fue a Erin. Finalmente.

Para mi sorpresa cuando me vio estaba absolutamente tan desinteresada por el tema de la fiesta como si no hubiese pasado nada.

- De verdad lamento haberte empujado y maltratado. - le hablaba pero ella parecía más concentrada en su teléfono que en mí.

- Sí, como sea...olvídalo Nate, estábamos ebrios. - me miró luego con una sonrisa y después volvió a centrar su vista en el celular.

- Sí, bueno...tú también estabas alteradísima esa noche por lo que me dijeron. ¿De verdad no crees que tenemos o teníamos una relación cierto? - pregunté con miedo.

- ¿De qué hablas? Claro que no. Habré estado enojada porque a veces ignoras mis mensajes pero nada más, ya ni recuerdo todo lo que te dije. Además...¿una relación contigo? Por favor, sería más fácil conseguir un viaje de ida y vuelta a la luna. - rió.

- Sí, claro. - reí también. Su respuesta me alivió por completo. Por lo menos ya estaba todo bien con ella.

El tema de la fiesta estaba completamente olvidado para Erin, para mis amigos y para todos en la facultad. Pero no para mí. Por alguna razón seguía pensando en ese chico rubio, seguía pensando en Liam.

Definitivamente no se sentía que estaba todo bien con él aunque me había dicho que me perdonaba. No me pareció convincente.

Para mi suerte lo volví a ver el viernes de esa misma semana. Estaba con una chica que tampoco conocía, hablando y al parecer leyendo unos apuntes en el patio principal de la facultad.

Dudé un segundo en acercarme pero luego dije ¿por qué no?

- Liam... - saludé con la mano mientras me ponía frente a ellos.

- ¡Hola! - me saludó la chica sorprendida y con una gran sonrisa. De eso hablaba, esa era la reacción que generaba en las personas. Eso era a lo que estaba acostumbrado.

- Un gusto, soy Nathan. - le extendí mi mano y ella la estrechó emocionada de inmediato.

- S-soy Zoe - se presentó nerviosa. De nuevo. La respuesta esperada.

- Un gusto. - le sonreí. Era bonita ¿cómo es que no la había visto antes? Conocía todas las chicas bonitas de esta facultad. 

- Liam. - volví a dirigirme a él ya que todavía no me había hablado. - ¿Cómo estás?

- Ah...bien. - respondió indiferente. Pero obviamente también parecía un poco sorprendido de verme allí.

- Que bueno, me alegro. Oye, tú eres amigo de Erin ¿cierto? - ya ella me había dicho que no conocía al tal Liam pero de todos modos necesitaba un tema para iniciar conversación.

- No, no la conozco. Solo de vista. ¿Por?

- Ah, es que pensé que por eso habías intervenido en mi pelea con ella, para defenderla.

- No, él solo se metió porque no toleraba más la situación. - contestó Zoe por él. Liam la miró extraño.

- Sí, es que pensé que ibas a golpearla y nadie hacía nada. - agregó inmediatamente el rubio.

- ¿Qué? ¿Golpearla? No, no, jamás hubiese llegado a eso ni estando ebrio. - reí - De hecho, ella era la que me estaba golpeando a mí, yo fui el golpeado. - bromeé pero la única que rió fue Zoe. Liam seguía impenetrable.

- Pues no estoy tan seguro de eso. A mí sí me amenazaste.

- ¿Ah sí?

- Sí, me sentí amenazado cuando te acercaste y luego me empujaste. Los matones de tus amigos también tenían pinta de querer darme una paliza. - me contó.

- Oh, bueno, lo siento, de nuevo. - me disculpé apenado.

- Ya te dije que estaba todo bien. - respondió serio y yo me quedé viéndolo de la misma manera.

Un extraño silencio incomodo se había instalado en el ambiente.

- Uno hace estupideces estando ebrio ¿no? - rompió el hielo Zoe.

- Sí, claro. Pero sé que esta vez me excedí por eso quería disculparme. Ya hablé con Erin y está todo más que bien. Ella tampoco se acuerda de mucho, ni tampoco está enojada conmigo. - les expliqué.

- ¿Ah, no? Estaba furiosa el día de la fiesta. - comentó Zoe y seguí hablando con ella al respecto un par de minutos. Al fin y al cabo era la única interesada en mi presencia. Liam ni siquiera intervenía pero lo notaba atento a nuestra conversación.

- Lamento que Liam siga enojado conmigo. - dije en un momento a propósito con la intención de me hablaba o comentara algo también.

- Si ya te dije que te perdoné. - habló finalmente entonces. Yo sonreí.

- Es que siento cierta hostilidad de tu parte. - añadí. Su amiga tambien sonrió y ambos lo miramos.

- Estoy bien. - agregó él confundido - Ya no sé cómo decirte que no tengo ningún problema contigo.

- ¡Sólo estoy bromeando, hey!Entonces si no hay ningún problema, supongo que aceptarás mi invitación para salir esta noche o tal vez mañana.

- ¿Qué...? - exclamaron ambos al unísono.

- Tú también estás invitada por supuesto. - me dirigí a Zoe.

- Claro ¡encantada! - aceptó rápidamente ella y Liam le dió un codazo en el costado.

- ¡Ouch! ¿Qué te pasa? - se quejó.

- Salgan ustedes, yo tengo cosas que hacer. - dijo luego Liam.

- No, es que mi deuda es contigo, por más encantado que estaría de salir con tu...¿amiga?

Hasta ese entonces no me había puesto a pensar si ellos eran amigos o quizás algo más.

- Sí, sí...somos amigos. ¿Qué creías, que era su novia? - aclaró rápidamente Zoe sin dejar de sonreírme emocionada. - Él es gay. - señaló al rubio.

¿Que Liam era gay? ¿Pero qué...? Jamás se me hubiese cruzado algo así por la cabeza. No parecía gay. No digo que tenía que parecerlo para poder serlo pero...me resultaba extraño.

Liam miró a su amiga justo después de que dijo eso y luego me miró a mí. Justo a mis ojos.

No sé que me pasó pero me sentí....me sentí intimidado por él por un momento. 

Dios.....¿acaso me estaba sintiendo nervioso? ¿Y por qué?

¿acaso me estaba sintiendo nervioso? ¿Y por qué?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora