- ¿Puedes dejarme solo, por favor? - le pedí sintiendo mis ojos inundarse de lágrimas.
Lo único que me faltaba era largarme a llorar delante de Nathan después de toda nuestra discusión...y después de ese beso inesperado.
Todo lo que sentía por él seguía intacto ahí en mi corazón. Lo confirmé en ese apasionado beso que me dio. Y no tenía comparación con el que me había dado el otro chico en el club anoche.
El beso de Daniel había sido tan tierno, de verdad. Me tomó con tanta dulzura y cuidado como si yo fuese lo más frágil en el mundo y tenía miedo de romperme o lastimarme. Fue tan lindo, me sentí tan atesorado que me dejó pensando en él incluso cuando volví a mi casa.
Pero luego apareció Nathan...y con uno de sus besos brutos y apasionados me hacía volver a perder la razón y a recordarme que mi corazón solo enloquecía con su toque.
- No quiero irme...- me miró con tristeza. Podía notar que realmente le había dolido lo que le dije.
- Nathan...necesito tiempo.
- ¿Tiempo para qué? ¿No confías en mí? Bien, entonces dime cómo puedo hacer para que vuelvas a confiar.
- Justamente eso es lo que requiere tiempo supongo. Además qué gracia tiene si yo tengo que decirte qué hacer.
- Está bien, tienes razón pero...no sé, no sé cómo demostrarte que estoy dispuesto a hacer lo que sea por ti. Ya le dije a todo el mundo la verdad, todos saben que te amo.
- Eso lo hiciste más que nada por ti, para no ocultarte más, como debe ser. Y me alegra que lo hayas hecho, de verdad - dije . - Pero lo nuestro...va más allá de eso. Y yo no sé cómo entregarme completamente a ti de nuevo cuando ya lo había hecho antes, me da miedo.
- Jamás volvería a lastimarte de esa manera, o de ninguna otra forma. Lo juro.
- Sé que tienes buenas intenciones. Pero no es suficiente. No lo sé, no sé qué más decirte. Así me siento.
- Okay, lo entiendo, fui un imbécil que arruinó todo lo que teníamos pero...¿entonces ahora vas a volver a salir con otros chicos? ¿Por eso volviste a estar con alguien más anoche? ¿Quién era el chico? - insistió con eso.
- Eso no importa...y no estoy saliendo con nadie. Solo fue un beso - le expliqué.
- A mí sí me importa, Liam. Sé que no tengo derecho a ponerme celoso pero lo hago de todas formas porque no quiero perderte.
- Ya me perdiste una vez, Nate.
Me miró sorprendido, como si por fin se hubiese estado dando cuenta de la situación entre nosotros, de que ya nada era igual.
Unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos pero rápidamente se las limpió.
Mierda, no quería que se pusiera así, pero necesitaba decirle todo eso que sentía.
- Está bien, ya me voy - habló después. Parecía estar queriendo controlarse para no largarse a llorar más. - Pero no me voy a dar por vencido. Solo quiero que sepas eso.
No agregó más nada ni yo tampoco. Se alejó de mí, y salió de mi casa.
Yo me sentí un poco más aliviado al haber aclarado las cosas y contarle cómo me sentía al respecto. También era lindo saber que él quería seguir intentando y no darse por vencido. No esperaba menos de Nathan. Pero aún no bastaba...no era suficiente para volver a sentirme como antes y arriesgarme a tener una relación con él.
Ojalá el tiempo lo solucionara, de verdad lo deseaba porque lo amaba muchísimo y parecía que no había forma de cambiar eso.
No comí nada, ni hice nada, ni me levanté el resto del día, solamente me quedé tirado en mi cama sufriendo con mi complicada historia de amor. Ni siquiera podía dormir.
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...