83 | Nathan

15.8K 1.2K 443
                                    

- ¿Salimos esta noche? - propuso Michael mientras estaba tirado en el sillón de mi casa lo más cómodo comiendo papas fritas.

- Na, ni ganas - respondí.

- ¿Cómo que no? ¡Es viernes! - exclamó.

- No estoy de ánimos.

- Ah, claro, pero para pasar toda la tarde con Marco sí tuviste ganas - reclamó de pronto.

- ¿Estás celándome con mi otro mejor amigo? - lo molesté.

- Ay, él tiene otro mejor amigo. Me siento traicionado.

- Okay, primero solo nos juntamos a estudiar después de clases, y segundo te invité para que vinieras pero preferiste ir a tu casa a dormir.

- ¿Quién carajos se junta a estudiar después de clases? ¡Yo termino con el cerebro quemado!

- Sí, claro. Di la verdad. Estás celoso de Marco - me reí.

Me llevaba genial con mis dos amigos pero entre ellos era otro asunto distinto y todavía no terminaba de entender por qué.

- La pregunta sería ¿son celos de amigo o acaso estás enamorado de mí? - bromeé.

- Sorry, no eres mi tipo. No me gustan los traidores que me dejan de lado por otros mejores amigos que conocen de hace tan solo unos meses.

- Uh, me das ternura - seguí molestándolo y me acerqué para intentar besarlo.

- ¡Quítate, no me toques! ¡No te lo mereces! - gritó y se alejó.

Nos empujábamos y reíamos como dos tontos, con esas bromas que solíamos hacer siempre. Había estado serio pensando en Liam todo el día y agradecía reírme un rato de esas estupideces. Tal vez salir a despejarme no sería tan mala idea.

- Está bien, salgamos - le dije al final - Pero no te pongas ebrio porque después te tengo que andar cuidando como un bebé.

- ¡Trato hecho!

- ¿Puedo invitar a Marco para que venga con nosotros? - pregunté a propósito.

Me miró con mala cara y ni hacía falta que me respondiera. Era muy gracioso cuando se ponía así.

- Ya, ¿por qué no lo quieres? - le pregunté después más serio.

- No es que no lo quiera. Simplemente es muy diferente a mí.

- ¿Quieres decir que él es menos idiota y tú eres más idiota?

Me arrojó un almohadón del sillón por la cabeza mientras me moría de risa con sus reacciones.

- ¿Por qué no sales directamente con tu nuevo noviecito Marco? - se quejó.

- No es mi novio - respondí dejando de reírme.

Al decir esa palabra era imposible no acordarme nuevamente de Liam.

- Ay, ya te volviste a poner serio. ¿Puedes dejar de pensar en Liam un segundo? - fue como si mi amigo me hubiese leído la mente. ¿Tan obvio era? 

- No puedo. Voy a enviarle un mensaje - saqué el celular de mi bolsillo y empecé a escribir. Pero Michael se acercó y me lo quitó de un manotazo.

- Recién saliste anoche. Tienes que dejar que pase un día por lo menos. Te verás como un desesperado - me retó.

- ¿Y tú qué sabes sobre esas cosas si nunca sales con nadie? Y además sí estoy desesperado y preocupado porque lo noto muy raro. Y ya es de noche así que técnicamente ya pasó un día.

- Uh, estás perdido, amigo. Dale tiempo. No seas pesado.

- Solo le preguntaré cómo está, nada más. Vamos, dame mi teléfono.

- Yo le escribiré por ti porque no confío en tu loco corazón enamorado.

Michael entró al chat con Liam y empezó a escribir un mensaje como si fuese yo.

- Hola Liam ¿cómo estás? - relataba mientras escribía - Yo, bien. Saludos.

- ¡Oye, no! No te atrevas a enviar ese mensaje tan frío. Así no hablo yo y menos con él.

- Okay, okay. Borrando. Entonces mejor...Hola amorcito. ¿Quieres venir esta noche a casa a cog...

Ni lo dejé terminar la frase porque me acerqué a arrebatarle mi teléfono, pero Michael fue más rápido y me esquivó escondiendo el celular en su bolsillo.

- Si envías ese mensaje, te asesinaré - lo amenacé. Él solo se revolcaba de risa en el sillón.

- No soy tan idiota como para enviar eso. Pero convengamos que eso sí suena más como tú.

Eso no lo iba a negar. Si habré sido descarado y enviado esa clase de mensajes a chicas en el pasado.

- Solo bórralo y envía un mensaje decente, por favor - le pedí.

- Okay, okay. No te preocupes. Yo me encargo. Tengo todo bajo control.

Volvió a tomar el teléfono pero puso una cara de pánico cuando encendió la pantalla.

- Oh, oh... - dijo.

- ¿Qué? - pregunté asustado y me acerqué a mirar.

- El mensaje se envió.

- ¿Qué? ¡¡Te voy a matar!! - le quité el aparato y chequeé la conversación. Era cierto. Le había enviado eso a Liam y me quería morir.

- Se habrá enviado sin querer cuando intentaste quitármelo como un bruto. ¡¡Es tu culpa!!

- ¡Eres un Idiota!

No había forma de eliminar ese mensaje pues el servicio de mensajería indicaba que ya se había enviado y llegado al destinatario. Y no solo eso...Liam estaba en línea y lo había leído. Iba a pensar cualquier cosa.

Solo quería que me tragara la tierra.

Solo quería que me tragara la tierra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El chico que detestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora