Mi primo se encargó de pagar nuestras compras mientras yo salí del super con Liam y Alex. ¿Qué carajos estaba pasando? ¿Y por qué Liam tenía que aparecer tan repentinamente en mi vida cuando menos lo esperaba?
No estaba saliendo de mi casa ni siquiera para tomar aire en la vereda. Así que fue todo un milagro cuando mi primo me convenció de que lo acompañara al supermercado. Decía que mi etapa de depresión tenía que terminar de una vez y empezar a hacer algo con mi vida, empezando aunque sea saliendo de la casa.
Le hice caso, básicamente para que me dejara en paz. No me imaginé que justo ese día iba a encontrarme con Liam. No estaba ni remotamente listo para volver a verlo.
- Liam ¿qué pretendes? - le preguntó Alex viéndose un poco nervioso.
Ver a Alex también era fuerte. Más que nada por la bronca que crecía cada vez más dentro de mí después de todo lo que pasó. Aún tenía ganas de golpearlo.
- Alex dice que está arrepentido sobre lo que pasó ese día en la facultad. -me explicó Liam - ¿No es así, Alex?
Éste lo miró sorprendido. Se veía incómodo. Pero no era para menos. Yo tampoco sabía que pretendía Liam con todo esto.
- ¿Eso quieres que le diga? - respondió Alex.
- Solo dile lo que sientes de una buena vez. Alex - Liam se acercó a su amigo y lo miró con cariño - Querías hacer lo correcto, esta es tu oportunidad. Ya basta de tanto odio. Tú no eres así. Ninguno de los tres somos así. - agregó luego mirándome a mí.
Alex lo observó con tristeza y luego se dirigió a mí.
- Sí, quise exponerte delante de tu amigo...y de todos. Eso quería.
- Eso fue obvio. - respondí molesto.
- Estoy enamorado de Liam. - confesó después - Y sí, me molesta y me duele que se haya fijado en alguien como tú y no en mí, que estuve siempre a su lado. Eso es lo que más me duele. - miró a Liam cuando dijo eso último. - Estaba muerto de celos. Y para mí Liam se merece lo mejor. Incluso si esa persona no soy yo, no quería que estuviese con un chico que ni siquiera ha decidido su sexualidad. Pero, es cierto que eso no me da derecho a meterme en su relación ni mucho menos en tu vida.
Bajó la mirada hacia el suelo y parecía estar luchando con lo que quería decir.
- Todo lo que hice, siempre lo hice por Liam. - continuó - Nunca fue mi intención hacerte daño con maldad. No quiero ser una mala persona pero sé que lo fui de todos modos.
- Entiendo por qué estás enamorado de Liam. - lo interrumpí aún enojado - Pero no debiste meterte en nuestra relación más de lo que un amigo debería involucrarse.
- Lo sé. Liam me lo reclamó muchas veces y no le hice caso. Perdón. - se dirigió a él. - Lamento haberte fallado como tu amigo. Y a ti... - volvió a mirarme. - Lamento haberte presionado para que hablaras con tus amigos. No es mi problema lo que hagas con tu vida o cómo la quieras vivir.
Estaba serio pero su mirada y palabras parecían sinceras. Aún así no pude decir nada. Ya no me sentía tan enojado con él pero no sabía qué decirle. Entendí todo lo que me dijo pero simplemente no podía aceptar sus disculpas así como si nada.
- Ya nada de eso importa. - respondí finalmente. - Tú no me obligaste a hacer lo que hice. Yo solo arruiné todo. Sólo olvídalo. Y cuida bien a Liam.
Quería irme. Me estaba empezando a sentir horrible. El que Alex se disculpara me estaba dejando a mí como el único malo de la película. Sólo me hacía sentir peor de lo que ya me sentía.
- Que...les vaya bien. - fue lo último que pude decir a penas y empecé a alejarme.
Si me quedaba un segundo más me iba a poner a llorar.
Estaba dirigiéndome al auto donde debía esperar a mi primo, cuando sentí que una mano me agarraba y me detenía.
- ¿Tú no tienes nada que decirme? - preguntó. Sus hermosos ojitos celestes me miraban con ternura.
- Alex se disculpó contigo...y yo ya hable con él. - continuó - ¿Tú no piensas decirme nada a mí?
- Liam, no hay palabras para expresar cuánto lamento lo que hice.
- Lo sé, te creo.
- Ya no quiero lastimarte más...así que será mejor que no nos volvamos a ver.
- Lo nuestro no importa. No ahora. - me miró y tomó mis manos con firmeza. - Quiero que tú estés bien, Nate. Por favor. Tienes que hacer las cosas bien. Ve a clases, a trabajar. Sal...con tus amigos. Ten una vida normal. Por favor. Detesto verte así.
- Es que...ya no me importa mucho.
- Escucha, tienes que contarle la verdad a tus amigos. No ahora. Cuando tú lo consideres apropiado. Sabes que tienes que hacerlo porque te esta matando. Pero mientras tanto, no puedes deprimirte y dejar las cosas así nomas solo porque nosotros ya no estamos juntos.
Quería decirle que Michael ya sabía la verdad. Y probablemente ya se lo habría contado a todos. Ese ya no era el problema. Pero por alguna razón decidí callarme. Eso ya no importaba.
- ¿Cómo haces para ser tan fuerte? - pregunté de repente.
- No lo soy. Estoy aguantando todo esto a mi manera. Solo sé que tenemos que salir adelante. Juntos o separados...
Realmente Liam era mucho mas fuerte que yo. Siempre lo fue. Incluso convenció a su amigo para que me pidiera perdón, incluso vino a decirme palabras de aliento cuando él era quien me había dejado.
Deseaba tanto estar a su nivel. Ser tan buena persona como él.
Tenía razón. Ya no se trataba de nosotros, de nuestra relación. Se trataba de hacer lo correcto para nosotros mismos.
Él lo hizo cuando me dejó porque lo lastimé y ahora estaba intentando salir adelante, no guardando rencor por nada ni nadie, ni siquiera por mí.
Yo debía hacer lo mismo. Tenía que poner orden en mi cabeza. Arreglar todo lo que podía ser arreglado, dar lo mejor de mí y ser la mejor persona posible...así como Liam me había enseñado que podía ser. No podía dejar que todo eso fuera en vano.
Tenía que continuar mi vida...aunque Liam no estuviera en ella.
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El chico que detesto
Romance¿Qué pasa cuando es el hetero el que insiste en buscar al chico gay? Nathan, con su personalidad extrovertida, su gusto por las fiestas, salir a divertirse, beber y llevar a la cama a cualquier chica que quiere, no puede dejar de querer obtener la...